El hidrógeno producido a través de tecnologías renovables se ha convertido en la tecnología ‘de moda’ para descarbonizar la economía. Por ello, no es de extrañar que grandes empresas como Enagás, Iberdrola, Naturgy, Redexis, Repsol, BP o Eni acudan a la llamada de la patronal gasística Sedigas para unirse en un grupo de trabajo para impulsar el hidrógeno.
Esto es el Think Tank del Hidrógeno. Un grupo de trabajo que arrancó Sedigas en 2020 en plena pandemia, y que ahora junto a los socios que ha integrado en estos dos años presenta su memoria. El objetivo de estas 20 empresas y asociaciones es que la inyección y almacenamiento de hidrógeno en las infraestructuras de gas natural sea una realidad.
Esta iniciativa que lideran las grandes energéticas está centrada en identificar las aplicaciones que mejor pueden contribuir a la utilización del hidrógeno renovable de forma extensiva como fuente de energía, así como las adaptaciones necesarias a los equipos actuales para que el consumo final sea una realidad en todos los segmentos de mercado.
Un grupo de trabajo que se crea en una tecnología que promete movilizar grandes cantidades de capital. La Visión 2030 de la Hoja de Ruta del Hidrógeno del Gobierno prevé movilizar inversiones estimadas en 8.900 millones de euros durante el periodo 2020-2030. Todas las inversiones se esperan que sean emprendidas por el sector privado con el necesario apoyo público, en los casos en los que se determine su necesidad.
Se considera que España es el país de la Unión Europea con mayor potencial de producción y exportación de hidrógeno renovable debido, en parte, a la estacionalidad del consumo y a la alta cuota de capacidad de generación renovable instalada. La Visión 2030 prevé una capacidad instalada de electrolizadores de 4 gigavatios (GW). No obstante, como hito intermedio hasta alcanzar el objetivo de 4GW, se estima que para el año 2024 sería posible contar con una potencia instalada de electrolizadores de entre 300 y 600 MW.
¿Qué hace el Think Tank del Hidrógeno?
Este grupo de trabajo con empresas como Iberdrola, Repsol o Naturgy identifica las posibles barreras regulatorias que hacen que la inyección sea una realidad y elaboran propuestas para solventarlas. Otro de sus trabajos es identificar las adaptaciones necesarias en las infraestructuras gasistas actuales para la incorporación de mezclas de hidrógeno y gas natural.
Su principal tarea es dar respuesta a las “dudas” de las distintas Administraciones acerca de los beneficios de la inyección de hidrógeno en red, así como para aclarar la supuesta pérdida de valor del hidrógeno mezclado con gas natural. También unen fuerzas entre las empresas para resolver las necesidades que se les puedan plantear a los posibles inversores y promotores de proyectos.
El Think Tank gestiona sus actividades desde un órgano plenario. Hasta la publicación de esta memoria, Javier Fernández, director de regulación de Nedgia, filial distribuidora de gas del grupo Naturgy, es el presidente junto con Miguel Lombarte, de Sedigas, que ocupa el cargo de secretario general.
Esta asociación, que integra a otras empresas como Nortegas, Madrileña Red de Gas, Reganosa o Engie, se focaliza en tres vías: revisar la regulación, las experiencias internacionales y hacer un primer análisis de la situación tanto de las infraestructuras gasistas como de los equipos consumidores frente al hidrógeno.
Un concepto que llega para quedarse
El "hidrógeno renovable" o "hidrógeno verde" son conceptos que prometen monopolizar las conversaciones energéticas del corto y medio plazo. Aunque todavía este en una fase muy inicial y hay una corriente en el sector que mantiene sus dudas sobre la capacidad de esta tecnología.
El hidrógeno verde puede convertir en un combustible capaz de mover coches, calentar casas o activar fábricas. Es el sustituto perfecto de los derivados del petróleo o del gas natural, ya que puede ocupar su lugar sin contaminar el planeta.
El foco está puesto sobre la industria intensiva en hidrógeno y procesos de alta temperatura, transporte pesado de larga distancia, transporte marítimo, transporte ferroviario o aviación. Además, el hidrógeno se sitúa como una alternativa las necesidades de almacenamiento de aquellas fuentes de generaciones que no encuentran soluciones en sus altos picos de producción, como es el caso de la eólica o la fotovoltaica.
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