Siemens quiere comprar el 32,9% que no tiene de Siemens Gamesa para sacar a la compañía de Bolsa y reconducir su situación. Una oferta de 18,05 euros por cada acción, valorada en 4.048 millones, que va dirigida a accionistas minoritarios y algún inversor institucional como BlackRock, dueño del 3% del fabricante de aerogeneradores. Iberdrola era hasta 2020 otro de los grandes inversores de la compañía, pero logró escapar de la posterior crisis con un venta que supera en un 10% el precio ofrecido desde Alemania.
Iberdrola alcanzó a principios del mes de febrero, poco antes de la llegada de la crisis del coronavirus, un acuerdo con Siemens Gamesa para la venta de la totalidad de su participación del 8,07% en la compañía por un importe de 1.100 millones de euros y supera en 107 millones de euros sobre la oferta que han lanzado este mes desde Münich.
El acuerdo entre Iberdrola y Siemens fue muy mediático. La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán y los dueños alemanes de Gamesa mantenían serias discrepancias tras la fusión de Siemens con Gamesa. Hasta esa fusión en 2017, el principal accionista de Gamesa era Iberdrola, con una participación cercana al 20%. La eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán permitió que el gigante alemán devorará al fabricante de Zamundio, con un control del 59% de la nueva compañía. Galán se conformó con un 8% y un consejero dentro de la nueva Gamesa.
Pero la relación no fue como se esperaba. La gestión de Siemens Gamesa enfrentó a Iberdrola con Siemens en los tribunales. El equipo de Galán acusaba a la alemana de puentearlos en el Consejo de Administración, al no someter a su consideración decisiones de inversión millonarias con el argumento de no pretender "paralizar la compañía".
Una tormentosa relación que apenas duró cuatro años y que zanjó con la venta de las acciones a un precio un 27% superior al que cotizaban en aquella jornada, la eléctrica se comprometía a cambio retirar toda su actividad judicial contra ellos. Iberdrola lograba pocos meses antes de la pandemia un acuerdo con plusvalías que cifraba en 500 millones de euros y que marcaría sus cuentas de un complejo 2020.
Una huida a tiempo de Iberdrola
La operación de Galán de hace dos años toma más valor con los sustos que está dando al mercado Siemens Gamesa. La propiedad alemana en el fabricante de Zamundio ha estado marcada por lo que ellos mismos denominan “dificultades operativas”. Unas dificultades que se han reflejado en múltiples profit warnings (advertencia sobre beneficios), pese a ser uno de los fabricantes de los principales fabricantes de aerogeneradores para plantas eólicas del mundo.
Los cambios en la dirección y las dificultades desde Münich para gestionar la empresa provocaron que grandes clientes, como el propio Iberdrola, se decantasen por ‘los molinos’ de competidores como Vestas o Windar.
La OPA de Siemens pretende tomar el control total de la compañía. Tras ello, simplificar procesos y crear una estructura corporativa “más coherente” con una gobernanza “más ágil”. “La integración pretende mejorar la rentabilidad, la previsibilidad de los resultados financieros y el crecimiento de la empresa”, explicaban este lunes. Un complejo reto que Iberdrola lleva dos años mirando desde la barrera.
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