Al debate de las pensiones se suman todos. Por un lado, porque todos los trabajadores dudan de si las arcas de la Seguridad Social seguirán teniendo dinero para pagar su pensión cuando le llegue el momento de jubilarse y, por otro, porque a todos menos a los gobernantes (que se juegan 9 millones de votos si legislan contra los pensionistas) les resulta sencillo presionar y pedir medidas que garanticen tanto la suficiencia como la sostenibilidad del sistema, una tarea nada fácil dado el envejecimiento de la población, la caída de la natalidad y la insuficiente inmigración.
Las grandes empresas del Ibex 35, como el Banco Santander o La Caixa, se suman también a la tendencia de opinar sobre la viabilidad del sistema, pero luego no tienen tanto en cuenta a las arcas de la Seguridad Social cuando deciden aplicar Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) como los que están en proceso en ambas entidades, y que supondrán una merma considerable para la recaudación del Sistema y comprometerán aún más su capacidad de pagar las pensiones en el futuro.
Cuando una empresa lleva a cabo un despido masivo de trabajadores o un ERE, habitualmente de más de 50 años, estos pasan a cobrar un porcentaje del sueldo que, por alto que sea, no llegará en ningún caso al 100% de su salario habitual. Sobre esa cantidad nueva que reemplaza a la nómina, la empresa pagará una cotización a la Seguridad Social y otra por desempleo, pero que será siempre inferior a la que abonaba antes de producirse el despido.
"En el momento en el que se produce un ERE hay una minoración de las cotizaciones, porque la retribución de la cotización es inferior al salario", advierte a Vozpópuli un exalto cargo de la Seguridad Social con el anterior Gobierno del PP.
Cuantos más despidos, menos recaudación
La situación no obstante era aún peor en el pasado, antes de que aprobara la llamada "enmienda Telefónica". Esta medida fue aprobada en el año 2010 a raíz de que esa compañía despidiera a 6.000 trabajadores después de haber registrado importantes beneficios, lo que suponía un cargo injusto para el Estado que tenía que asumir muchos subsidios por desempleo.
Esa enmienda, que fue desarrollada posteriormente por el siguiente Ejecutivo, estableció que las empresas con más de 100 trabajadores y que estén en beneficios deben ocuparse de financiar el desempleo de los trabajadores de más de 50 años a los que despida o prejubile.
"Ahora está más reglado, pero evidentemente, a todas luces, se produce una minoración de ingresos a la Seguridad Social. Y si se produce masivamente el efecto es mayor (...) ahora mismo hay varias amenazas de ERE en sectores importantes", recalca esa misma fuente.
Botín pide pensiones dignas
"Todos sabemos lo que funciona y, sobre todo lo que no funciona", decía Ana Botín, presidenta del Banco Santander, durante la celebración de su Junta General de Accionistas en abril, al tiempo que pedía al Gobierno un entorno que permita "que las pensiones de los trabajadores sean suficientes para tener una vida digna, pero que, a su vez, sean sostenibles", aunque luego no le ha temblado el pulso para ofrecer prejubilaciones a trabajadores a partir de 55 años con un 65% del sueldo.
En caso de que haya una parte del ERE que no se cubra voluntariamente, parte de los trabajadores serían despedidos y tendrían que intentar reengancharse al mercado laboral en otra empresa. "En caso de que consigan un contrato, cobrarán un sueldo inferior porque no tienen complementos de antigüedad y es otra empresa, así que lo que empezarán a cotizar será menor y la recaudación de la Seguridad Social será inferior", apunta a este periódico Ángeles Rodríguez, de CCOO.
Una parte del debate gira en torno a las recomendaciones de muchos expertos, entre ellos la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), de adecuar la edad real de jubilación (la edad al a que de media se jubilan los españoles) con la edad legal, que es más tardía porque hay muchas prejubilaciones.
Al tiempo que todos recomiendan ese movimiento, las empresas siguen promoviendo prejubilaciones para poder rejuvenecer sus plantillas y ahorrar costes, lo que resulta, cuanto menos, paradójico.
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