Objetivo cumplido. Una de las grandes reivindicaciones del campo era reducir con las importaciones de terceros países, que generaba "competencia desleal". En febrero, toda Europa observaba con pesar las manifestaciones que se sucedían por el continente, exigiendo cambiar muchas de las políticas que todavía ahogan al sector. Y al menos en un aspecto han tenido éxito. Las importaciones de frutas y verduras en marzo de este año, un mes después de las tractoradas, cayeron un 9,49% con respecto al mismo período de 2023, según los datos de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) consultados por Vozpópuli. .
En marzo se importaron 410.249 toneladas de frutas y verduras (190.506 de frutas y 219.743 de hortalizas); un año antes, se habían comprado 449.200 toneladas, casi un 10% más. Se trata de un dato muy significativo que rompe la tendencia de los últimos años, en los que no paraba de aumentar año tras año la entrada de productos hortofrutícolas de otros países.
Aunque no hay certeza absoluta, sí hay bastante seguridad de que esta disminución de las importaciones tiene mucho que ver con las manifestaciones agrarias, que concienciaron a los gobernantes de la importancia de proteger la producción nacional, al menos durante unas semanas.
Por primera vez en mucho tiempo se observa una caída interanual de las importaciones. Aunque de un mes a otro se puedan producir caídas, el dato importante es el de un mes con respecto al mismo mes del año anterior, porque representa la diferencia real. Por ejemplo, en junio y julio las importaciones siempre son mucho menores que el resto de meses del año, porque es temporada alta. En cambio, marzo siempre es uno de los más complejos en este sentido, porque no es temporada alta y ya se ha agotado todo lo producido en verano y otoño, por lo que necesitamos recurrir a terceros.
Pero el hecho de que de febrero a marzo las importaciones aumenten no significa nada en sí mismo, más allá de la propia naturaleza. Lo realmente significativo, es que después de mucho tiempo, la diferencia interanual ha caído.
Ejemplo de ello es lo vivido este año: si nos fijamos únicamente en estos meses, el dato es negativo, porque se han comprado 57.361 toneladas más en marzo. Sin embargo, al compararlo con el año anterior los datos se muestran mucho más alentadores, no solo porque de marzo a marco hayan caído un 10%, sino porque la diferencia intermensual del 2023 fue más grande todavía: 127.311 toneladas más de febrero a marzo. Es decir, este año, el gasto en importaciones ha sido mucho más contenido.
Las importaciones se han disparado un 60% en la última década
El campo ha defendido durante mucho tiempo que era el momento de dar un cambio radical en este sentido, y empezar a trabajar en reducir las importaciones, que "ahogan al sector". Como ya contamos en Vozpópuli, las importaciones de frutas y verduras se han disparado casi un 60% en la última década, a la vez que las exportaciones, uno de los puntos fuertes de la economía española, no paran de disminuir.
En el año 2013 se importaron 2.573.635 de toneladas de frutas y hortalizas. Diez años más tarde, en 2023, se compraron 4.116.985 toneladas de estos alimentos. Es decir, las importaciones han aumentado un 59,9% en este tiempo. Solo de 2022 a 2023, el último año completo del que se tienen datos, las importaciones aumentaron un 7% (un 10% en el caso de las frutas y un 3% en el de las hortalizas).
Según explican desde la Federación, "la importación hortofrutícola en 2023 mantiene su tendencia creciente y aumentó en 2023 respecto a 2022, un 7% en volumen y un 19% en valor, totalizando 4,1 millones de toneladas y 4.473 millones de euros respectivamente". Por su parte, dando otro dato preocupante, aseguran que "la exportación española de frutas y hortalizas frescas en 2023 retrocedió un 6% en volumen con relación al año anterior, totalizando 11,3 millones de toneladas y creció el mismo porcentaje en valor, situándose en 16.855 millones de euros".
Ya sea pura casualidad, estrategia de los políticos de cara a las europeas o convencimiento real de las autoridades, la realidad es que durante el mes de marzo han caído de manera significativa las importaciones de terceros países, un dato especialmente clave en estas elecciones europeas en las que el campo tendrá un papel fundamental.
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