Quitar beneficios extraordinarios para sufragar ayudas a los consumidores es la filosofía que mueve al Gobierno en el impuesto a las energéticas que prepara, con el que también podrá financiar subneciones para la industria electrointensiva, la más afectada por el alza de los precios de la energía. En el diseño que ultiman los Ministerios de Hacienda y de Transición Ecológica se incluyen créditos fiscales para las empresas que realicen inversiones verdes y para las empresas que sufren el alza de precios de la energía, según trasladan fuentes conocedoras.
Es la fórmula que se analiza para no desincentivar las inversiones y seguir ayudando a industrias como la electrointensiva, que se inspira en los impuestos a eléctricas y energéticas italiano, en vigor desde abril, y británico, anunciado en mayo.
Todo ello, a pasar de que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha sostenido un cruce de declaraciones críticas con el sector, muy molesto con el anuncio del impuesto, en el que ha asegurado que el impuesto no afectará a sus planes de reinversión ligados a la transición verde. "El diferencial es tan grande que caben las dos cosas, la de garantizar la reinversión y aportar esos beneficios extraordinarios para el conjunto de los ciudadanos", ha afirmado la ministra en Ondacero.
El sector, por su parte, venía avisando de que el impuesto afectará a las inversiones verdes. Los analistas del mercado alertan además de que originará más subidas de precios.
Pues bien, a pesar de este enfrentamiento, los preparativos el impuesto contemplan incentivar la inversión para no perderla en un momento tan delicado para la transición verde como el que se vive con la guerra en Ucrania.
A lo que se añaden las ayudas a la industria electrointensiva, a la que ya se intenta aliviar en los Decretos de choque contra la guerra, y en la línea de una proposición de ley de Izquierda Unida que tramita el Congreso para dotarle de beneficios fiscales.
Los ejemplos italiano y británico
Estos incentivos conviven con otros aspectos duros del impuesto a las energéticas que prepara el Gobierno: no será deducible en Sociedades y se vigilará que las empresas no lo repercutan en los consumidores.
El impuesto italiano a las eléctricas en el que se mira el Gobierno de Pedro Sánchez tampoco es deducible en Sociedades ni en el Imposta regionale sulle attività produttive (IRAP), una especie de Sociedades regional.
El impuesto italiano ofrece créditos fiscales por costes de electricidad y gas de hasta el 20% a empresas que hayan sufrido unos incrementos concretos.
Por su parte, Reino Unido prevé ofrecer una exención del 80% del coste de las nuevas inversiones, que puede sumarse al 100% que ya se venía deduciendo por esos costes, para evitar que no se desplomen las inversiones.
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