"Vivimos al día. Tener proyectos a largo plazo es inasumible". Así resume el Consejo de la Juventud de España (CJE) la situación que, según asegura, sufre la gran mayoría de los jóvenes españoles que vive de alquiler en medio de la inflación generalizada. España es uno de los países de la Unión Europea donde los jóvenes tardan más en abandonar las casas de sus padres. ¿Sus principales obstáculos? El paro juvenil, la precariedad laboral y la difícil tarea de encontrar un alquiler barato.
La vivienda y sus gastos asociados -agua, electricidad o gas- es uno de los grupos que componen el Índice de Precios al Consumo (IPC). Los dos informes consultados para este artículo abordan el retraso de los jóvenes españoles a la hora de emanciparse. Ambos estudios, presentados este agosto, utilizan datos de 2021 o años anteriores. Es decir, antes de que la inflación superase la barrera de los dos dígitos y del recrudecimiento de la crisis energética por la guerra en Ucrania.
Cerca el 65% de los españoles de entre 15 y 34 años todavía vive con sus padres, según BBVA Research. Con 29,8 años de media, España es el octavo país de la UE donde los jóvenes tardan más en emanciparse, detalla Eurostat. Los suecos lo hacen a los 19
Existe una franja clara entre el sur y el norte de Europa respecto a la edad de emancipación. En España, los jóvenes abandonan sus casas de media a los 29,8 años, tres años más tarde que la media europea (26,5 años). Es el octavo país de los 27 de la UE donde más se tarda. En esto, los españoles se parecen a los polacos (29 años), a los italianos (29,9) y a los griegos (30,7), según Eurostat. Los portugueses, que lideran el ranking, esperan hasta los 33,6 años para tomar esta decisión. Los suecos, todo lo contrario: se independizan a los 19.
Eurostat apunta a que existe una relación entre la edad en la que se abandona el hogar familiar y el desempleo juvenil. España, en concreto, es el segundo país de la Eurozona con la tasa de paro juvenil más alta, sólo superada por la de Grecia. BBVA Research también vincula este retraso a la precariedad laboral y salarial.
El servicio de estudios publicó hace unas semanas el informe 'Medidas para fomentar el alquiler y ayudar a la emancipación de los jóvenes'. En sus páginas, alerta de que cerca el 65% de las personas de entre 15 y 34 años todavía vive con sus padres. Este fenómeno se debe, según BBVA Research, a la dificultad para acceder a una vivienda en España a coste bajo y en un lugar que satisfaga las preferencias de los recién graduados.
¿Cuánto se 'come' el alquiler del salario?
A la hora de emanciparse, el alquiler es la opción favorita de los españoles. ¿Es lo más económico? Según este estudio, no tiene por qué. En 2020, por ejemplo, un hogar español gastó de media el 30% de su renta en el alquiler. Aquel año, los jóvenes de entre 16 y 24 años ganaron al mes algo más de 1.200 euros brutos, según el INE.
El Consejo de Juventud de España (CJE) ofrece cifras más dramáticas sobre los más jóvenes. "Nuestros datos actuales dicen que los jóvenes dedican el 79,2 % del salario al alquiler. La media anual de un sueldo joven es de 12.850 euros, inferior al Salario Mínimo Interprofesional, y el alquiler está a 848 euros [al mes] de media", señala Juan Enrique Gallo, portavoz de la plataforma, haciendo referencia a cifras del año pasado.
El CJE presentó el mes pasado la última edición de su Observatorio de Emancipación. El análisis, que se centra en el segundo semestre de 2021, destaca que la tasa de emancipación juvenil subió 0,7 puntos respecto al semestre anterior, hasta situarse en el 15,6%. Ya entonces, la escalada de precios "puso a la juventud en serios apuros". "El precio medio del alquiler en España ascendía a 848 euros mensuales, mientras que una persona joven solo podía destinar 320 euros al mes para el alquiler sin sobreendeudarse", destaca el estudio.
Entre 2020 y 2021, a Jaime, un joven madrileño de 26 años, le dio tiempo a independizarse y a volver de nuevo a casa de sus padres. A principios de 2020, se fue a vivir de alquiler con un amigo a una vivienda de protección oficial en Madrid. Pagaba 730 euros mensuales. Con la calefacción en invierno, la luz y el agua se gastaba unos 200 euros más. Pero la pandemia torció sus planes: la empresa en la que trabajaba entró en ERTE. "Cuando volví a currar, no me daba para todo", recuerda. Quería ahorrar, pero independizado le resultaba imposible. Fue entonces cuando decidió regresar a su hogar de toda la vida. Ahora, sigue tratando de ahorrar para volverlo a intentar. "El problema es que la compra ha subido una barbaridad", lamenta.
Ser joven en medio de la inflación
Juan Enrique Gallo, el portavoz del Consejo de Juventud, también cumple los requisitos: es joven y vive en alquiler en Madrid. Además del arrendamiento, la luz, el agua y la compra del súper, cada mes asume otros gastos, como el del transporte público. También los gastos en el ordenador y el móvil, imprescindibles para su trabajo y que hay que renovar cada cierto tiempo. Con la inflación actual -subraya-, los 200 euros que podría ahorrar antes al mes se le quedan en 170. "Hoy en día es prácticamente imposible ahorrar. Vivimos al día. Si cobras 1.000 euros, tienes 800 de gasto. Los 200 euros [restantes] te permiten tener poca vida social y algo de vacaciones. Tener proyectos a largo plazo es inasumible", denuncia.
En el caso de Marta, una joven actriz madrileña, los altos precios le hacen cuestionarse los planes de futuro con su novio. En teoría, tiene pensado independizarse con él en 2023. Pero teme a la escalada de precios. Ella tiene ahorros, pero no un empleo fijo; compagina sus trabajos como actriz con otros ajenos a su profesión. Su pareja sí que tiene un trabajo indefinido. "Me da miedo encontrarme un gasto desmesurado (…) Voy a tener que buscar un trabajo que no sea de lo mío porque, sino, no voy a poder sobrevivir", explica a este diario.
Para BBVA Research, la solución pasa por la mejora de la situación laboral de los jóvenes -en este sentido, alaba la reforma laboral impulsada por el Gobierno- y en aumentar la oferta de vivienda social, actuando, por ejemplo, sobre las viviendas vacías. Aboga también por medidas como las reducciones fiscales a los propietarios cuando sus inquilinos sean jóvenes con recursos limitados. El Consejo de Juventud, por su parte, también considera que utilizar las viviendas vacías para ampliar la oferta de vivienda puede ayudar a los jóvenes a corto plazo. A largo, la plataforma juvenil apuesta por un control de los precios del alquiler y una mayor inversión en vivienda pública.
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