La historia de Inditex, que a pesar de ser una multinacional tiene mucho aún de empresa familiar, está ligada a la de su fundador Amancio Ortega. Un personaje tan anónimo que incluso había quien pensaba que no existía, que era un invento. Estoy hablando de cuando Zara empezó a despuntar y no se había publicado en los medios ni una fotografía de este personaje. Solo aceptó salir del anonimato y asumir su condición de figura pública cuando decidió sacar su empresa a la Bolsa de Madrid. Entendía que, para que tuviera éxito la colocación, hacía falta que se conociera su imagen. Han pasado muchos años y ha seguido cultivando, contra lo que suelen hacer muchos empresarios de éxito, la discreción.
Muchos creen que por su empresa, e incluso por su carácter, Ortega es gallego (y nadie lo puso en duda durante años) pero lo cierto es que nació en la pequeña localidad de Busdongo, en la provincia de León, en 1936, hijo de un ferroviario que, a su vez, era de Valladolid, pero estaba destinado allí. Luego la familia se trasladó a Tolosa (Guipúzcoa) y finalmente a A Coruña, ciudad a la que llegó con 12 años. Por las estrecheces económicas tanto de su familia como del país en aquellos años, Amancio pronto decidió que ganar dinero era más importante que el que siguiera estudiando.
No sabemos de todos modos qué tal estudiante era, solo que con 14 años comienza a trabajar de repartidor en Camisería Gala, una tienda coruñesa, al igual que su segundo empleador, La Maja, otro establecimiento del sector textil en que se desempeñaba como vendedor. Ahí conoce a Rosalía Mera, su primera mujer, con la que se casa. La pareja entonces empieza a confeccionar sus propios diseños por las noches y los fines de semana, hasta que dejan la tienda y empiezan su aventura empresarial.
El origen de Inditex
En 1963 Amancio funda su primera compañía, Confecciones GOA (este exótico nombre no es más que las iniciales de Amancio Ortega Gaona al revés). Su modelo de negocio era distinto al practicado por la industria textil entonces, con métodos de producción más rápidos y menos intermediarios, encargándose de la fabricación, la distribución y la venta de sus prendas. Se especializó en vestidos femeninos y en batas guateadas. De ahí viene lo de que Ortega, con diferencia el hombre más rico de España, empezó cosiendo batas. Ya entonces su filosofía era la de ofrecer moda al alcance de todos los bolsillos.
Hasta 1975 no abre su primera tienda Zara (su marca más famosa), en su ciudad adoptiva, A Coruña. Hereda el éxito de su anterior proyecto y su “moda a precios asequibles” conquista la España de la Transición, multiplicándose el número de tiendas. En 1977 en Arteixo -donde aún sigue su sede- construye las fábricas GOA y Samlor. Ante el espectacular crecimiento de sus negocios, se hacía necesario poder controlar los establecimientos comerciales y las fábricas. Para ello, en 1985 crea Inditex (otro acrónimo, esta vez de Industria de Diseño Textil) que agrupa la producción y las ventas de Zara.
Los expertos del sector reconocieron hace años el genio de Ortega al revolucionar una actividad “tradicional” agilizando los procesos. Si la mayoría de las marcas tardan meses para lanzar una nueva colección, con su sistema de producción propia, Inditex puede hacerlo en dos semanas. Esto le permite ajustarse rápidamente a las nuevas tendencias del mercado.
La creación de Inditex impulsa la expansión internacional y en 1988 abre tiendas en Oporto, Nueva York y París. Su buena situación económica se traduce en la creación de nuevas marcas en los últimos años del siglo pasado: además de Zara, se integran en Inditex Pull & Bear, Bershka, Oysho, Massimo Dutti y Stradivarius, a las que también se sumó Zara Home en 2003. A pesar de las grandes inversiones inmobiliarias personales de Amancio Ortega, Inditex suele pagar alquileres por los locales que ocupa, que suelen estar cerca de tiendas de lujo muy bien situadas. Por precios, casi siempre gana en la comparación. Otra estrategia ganadora.
Actualmente Inditex está presente en los cinco continentes. La tienda más remota de Zara está en Auckland, a casi 20.000 kilómetros de Arteixo. Sin embargo, y sobre todo tras el cierre de actividades en Rusia, su mayor reto no es ampliar puntos de venta sino mejorar las ventas online. Presumen de que SINT, su sistema de gestión integrada de inventario, les permite dar respuesta a los pedidos online tanto desde los almacenes de las tiendas como desde sus centros logísticos, lo que se traduce en una mejora de la eficiencia al acortar los plazos de entrega.
Aunque se sabe muy poco de su vida personal, es evidente su amor por la familia. Josefa Ortega, su hermana, se encargó siempre de llevar las cuentas. De su primera mujer, fallecida en 2013, se divorció en 1986 pero fue vital para los comienzos de Inditex. La hija que tuvo con ella (también tuvo un hijo afectado por una parálisis cerebral), Sandra Ortega, posee un 5% de las acciones de la compañía (también heredó de su madre una importante participación en Pharmamar, siendo la mujer más rica de España). Su hermanastra Marta, hija de su segundo matrimonio (Flora Pérez, una dependienta de una de sus tiendas) es, desde hace un año, la presidenta de Inditex (él lo fue hasta 2011 y desde entonces fue Pablo Isla, que era consejero delegado desde 2005).
Con Zara y su filosofía de “moda a precios asequibles” conquista la España de la Transición y multiplica el número de tiendas
Para cerrar el capítulo del nacimiento de Inditex queda por contar su salida a bolsa el 23 de mayo de 2001. Ese día logró una subida del 22%. A los diez años, su valor ya se había multiplicado por tres. Más allá de que haya sido una buena inversión para sus accionistas, lo interesante es el motivo por el que el discreto Amancio Ortega decide salir del anonimato y empujar a su rentable empresa al mercado de valores. La clave es que quería acelerar su expansión internacional (actualmente está presente en 95 países) y decidió, aconsejado por su entonces vicepresidente y consejero delegado, José María Castellano, que era preferible obtener los fondos de ese modo que conseguir el dinero de los bancos y tener deudas.
Esto es importante porque explica el verdadero origen de la bolsa, más allá del casino especulativo que es para muchos: una forma de conseguir financiación por parte de las empresas, renunciando con ello a una porción de la propiedad y de los dividendos anuales que son ingresados por los nuevos accionistas. Inditex tiene pocas acciones en circulación, reservando la mayor parte para la familia. Es por eso que en el Ibex solo pondera por el 60% de su capitalización total ya que solo Amancio Ortega aún retiene un 59% de las acciones de la empresa, motivo por el que es uno de los hombres más ricos del mundo. Y efectivamente, empezó cosiendo batas.
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