La aprobación este martes de la nueva directiva de copyright europeo, con 348 a favor y 274 en contra, ha supuesto un importante revés para el sector digital, ya que cambia por completo el ecosistema en el que se estaban moviendo hasta ahora las principales plataformas de contenido en la red.
La nueva normativa se ha enfrentado desde sus inicios a una oposición totalmente fuera de lo común dentro de las instituciones europeas, poco acostumbradas a ser el centro de la polémica. La regulación tenía como objetivo modernizar y adaptar a las nuevas tecnologías la legislación europea en materia de derechos de autor. "Nuestra Unión, el mercado digital más grande del mundo, se beneficiará de unas normas de protección más modernas y justas", celebraba este martes el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.
En un principio, implicaba una mejora de la regulación ya existente. No obstante, según han denunciado sus detractores la reforma estaba motivada por la presión ejercida por el lobby de las empresas titulares de los derechos de propiedad intelectual.
Son muchos los gigantes en el sector digital que aseguran que la supuesta mejora no es mejora alguna, sino que supone una violación de la libertad de expresión de millones de ciudadanos europeos. Plataformas como Google, Twitter, Mozilla o Wikipedia ya han mostrado su rechazo a la directiva aprobada este martes en Estrasburgo.
Polémica
El foco de la polémica reside en dos artículos, principalmente. Por un lado, en el actual Artículo 15 -que en la fase previa al último cambio era el Artículo 11- con el que se pretende establecer la conocida como 'link tax' o una tasa por compartir enlaces de noticias en Internet. Es decir, obliga a cualquier sitio web que contenga publicidad a pagar por compartir y recoger citas a artículos de prensa.
Por otro lado, es probable que tengamos que decir adiós a los ‘memes’: cualquier tipo de contenido creado por los usuarios que contenga extractos de trabajos con licencia será eliminado. Como resultado, los miles de enlaces que se comparten a diario en redes sociales, los sitios web de agregación de noticias y los motores de búsqueda ya no mostrarán extractos o dejarán de estar disponibles.
Sin embargo, el artículo más odiado por los opositores a la normativa es el Artículo 17 -antiguo artículo 13-que obligará a webs como Youtube, Instagram, Twitter o Facebook a establecer filtros para que el contenido con derechos de autor que se trate de subir a la red sea bloqueado de forma automática. Según la normativa pendiente de aprobación, estos filtros de ‘censura automática’ deberán recoger excepciones como la cita y la parodia.
"Finalmente lo que se ha votado es un texto tecnófobo, hecho a medida de los monopolios del copyright y que además no garantiza el derecho de los autores a vivir dignamente de su trabajo"
Twitter y Google, en contra
Twitter es una de las grandes afectadas por esta nueva normativa, cuyo proceso de implementación tomará cerca de dos años. Según aseguran desde la compañía, han estado pendientes en todo momento del debate planteado por la reforma de la directiva y continuarán colaborando con las instituciones europeas, mantienen "su preocupación" al respecto.
"Mantenemos nuestras preocupaciones sobre las implicaciones que tendrá la votación de hoy sobre la naturaleza controvertida, creativa, abierta y conversacional de Internet", emplaza un portavoz. Desde Google -cuya plataforma de noticias, Google News, se nutre de enlaces externos- se han sumado a la postura de Twitter, añadiendo que la nueva directiva "seguirá provocando inseguridades jurídicas".
Mozzilla, la creadora del buscador Mozilla Firefox, ha afirmado que la regulación va a ser "para atrincherar a los titulares de las licencias de derechos de autor". De manera paralela, Wikipedia también se ha posicionado y ha calificado de "decepcionante" el resultado que ha tenido la votación, al tiempo que ha acusado de "no escuchar a las millones de voces europeas" que han rechazado públicamente la decisión.
Dentro de las millones de voces europeas que se han opuesto están los más de 5 millones de personas que han firmado una petición en la web Change.org en contra de la directiva. Durante las últimas semanas se han incluso llegado a producir manifestaciones en varios países europeos, las más multitudinarias en Alemania.
Desde XNet, una plataforma de activistas especializada en derechos digitales y una de las principales precursoras del movimiento #SaveYourInternet en España, han calificado el la normativa de ser "un texto tecnofóbo" y afirman que "está hecho a medida de los monopolios del copyright y que además no garantiza el derecho de los autores a vivir dignamente de su trabajo".
"Censura previa y automática"
Para poder entender el nivel de rechazo y pesimismo que provoca la nueva ley entre sus detractores, es necesario tener en cuenta el impacto que tendrá sobre los usuarios y sobre todo, a quién beneficia. Según explica el profesor Miquel Pequera, profesor de Derecho Mercantil de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) y experto en legislación en materia de propiedad intelectual, el problema es que es una normativa "confusa", cuya puesta en práctica resulta prácticamente imposible de predecir.
La principal innovación del texto final, según ha apuntado Pequera, es que por primera vez la responsabilidad sobre el contenido con derechos de autor recae sobre las plataformas, como es el caso de Facebook o Twitter. Son ellos los que a partir de ahora van a tener que imponer sistemas de filtrado que diferencien qué contenidos subidos por los usuarios son ilícitos o no. “Esta carga de filtrado puede ser excesiva, incluso para las grandes plataformas”, apunta.
En XNet también alegan que la imposición de filtros va a provocar que se lleve a cabo "censura previa, automática y masiva de Internet". "Es como si al vendedor de coches se le responsabilizara de los delitos viales cometidos por sus compradores", añaden.
Por otro lado, la puesta en práctica de la directiva dependerá de los gobiernos de cada país miembro, por lo que esas excepciones cambiarán en función de la geografía. Es por ello que las excepciones -la cita y la parodia- reflejadas en la normativa no tienen asegurada su protección. "Aunque la directiva diga de cara a la galería que hay contenidos que sí quedarían amparados por excepciones, como la parodia o la cita, un algoritmo no va a poder detectar eso”, explica Pequera.
No obstante, el profesor matiza sobre la temida “desaparición de los 'memes'”. Para que un ‘meme’ sea eliminado por incluir contenido con licencia, es el propietario de los derechos de autor el que tiene que reclamar su retirada. “Habrá que ver también qué cosas son las que los titulares hacen valer, probablemente muchas de estas cosas las dejarán pasar”, concluye.
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