Economía

La industria encadena seis meses de caída: "El sector está sumido en una recesión técnica"

El PMI manufacturero de diciembre refleja que la economía de la industria española permaneció sumida en territorio de contracción en diciembre, aunque con una leve mejora respecto al mes anterior

El sector manufacturero cerró el año en el terreno negativo, encadenando seis meses de caída tanto en la producción como en los nuevos pedidos. Así lo refleja el índice de gestores del compra (PMI), que se situó en diciembre aún por debajo de los 50 puntos, lo que implica una contracción de la economía de este sector.

Diciembre cerró un periodo nefasto de aproximadamente medio año para la economía manufacturera española, y el sector probablemente esté sumido en una recesión técnica. Golpeados duramente por la inflación elevada, la inestabilidad económica y la incertidumbre en general, tanto la producción como los nuevos pedidos se redujeron
drásticamente", asegura Paul Smith, Economics Director de S&P Global Market Intelligence.

Tanto la producción manufacturera como los nuevos pedidos cayeron considerablemente en diciembre. Las empresas informaron ampliamente que la persistente incertidumbre existente en el mercado y la inestabilidad económica en general están perjudicando la demanda, tanto en el país como en el extranjero.

Los nuevos pedidos de exportación se redujeron por décimo mes consecutivo, en medio de una caída de las ventas a los países europeos cercanos, detallan desde S&P. Para la producción, el final de 2022 marcó el cuarto mes consecutivo en el que se registró una disminución, y de nuevo el ritmo de contracción fue pronunciado.

En todo caso, el PMI de España se situó en diciembre en los 46,4 puntos, ligeramente por encima de los 45,7 puntos del mes anterior, lo que se traduce en un menor ritmo de caída desde el pasado mes de septiembre y ofrece signos de estabilización, según S&P Global Market Intelligence.

"Los últimos datos del índice PMI alientan las esperanzas de que el sector se haya estabilizado como mínimo, si es que no ha dado un giro y se está encaminando de nuevo hacia una mejor salud", comenta Paul Smith. Esto se refleja en que las carteras de pedidos cayeron a un ritmo más lento y el empleo se mantuvo sin cambios tras una desaceleración prolongada.

La estabilización del empleo reflejó en parte un creciente optimismo entre las empresas de que se producirá una recuperación en las ventas y el consumo en los próximos doce meses por, entre otros aspectos, el fin de la pandemia. La confianza empresarial repuntó en diciembre hasta alcanzar su mejor nivel desde mediados de año. No obstante, continúa la persistente preocupación sobre la inflación y su impacto negativo en el gasto y en los volúmenes de ventas.

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