La inflación se moderó ligeramente en agosto pero continuó disparada por encima del 10%, según ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. En concreto los precios fueron un 10,5% más altos que un año antes pero retrocedieron tres décimas respecto a la subida récord de julio (10,8%), según refleja el Índice de Precios de Consumo (IPC).
Entre los grupos con mayor influencia positiva en la tasa destacan la vivienda, que aumenta su variación casi dos puntos, hasta el 24,8%, a causa de que los precios de la electricidad suben este mes más que en agosto de 2021; y los alimentos y bebidas no alcohólicas, que sitúa su tasa en el 13,8%, tres décimas superior a la del mes pasado, y la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994.
La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumenta tres décimas, hasta el 6,4%. Es la tasa más alta desde enero de 1993 y sitúa su diferencia con la del IPC general en más de cuatro puntos.
Medidas para controlar la inflación
El pasado 12 de agosto, la vicrpresidenta primera para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró en Vigo que el IPC comenzaría a bajar en un mes tras el récord de julio. Alegando a las proyecciones del Banco de España y del BCE que auguran una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios, subrayó que el Gobierno ya ha tomado medidas para mitigar la situación.
El Gobierno asegura que con sus medidas la inflación se ha logrado contener en 3,5 puntos, de los que un punto corresponde a la bonificación de los carburantes, dos puntos a la rebaja fiscal en la factura eléctrica, y medio punto al resto de medidas (tope del alquiler, abono transporte, etc.). Es decir, que de no haber sido por esta batería de ayudas, la inflación sería del 14%.
En cualquier caso, España sigue sufriendo un inflación histórica no vista desde hace más de treinta años, con tasas superiores al resto de las principales economías del euro. A falta de que Eurostat confirme los datos, Francia, por ejemplo, sufrió una inflación del 6,5% en agosto; Alemania, del 8,8%; e Italia, del 9%.
Este mismo lunes el Banco de España (BdE) advertía en una presentación que el episodio inflacionista será más duradero de lo previsto, siendo un lastre para el crecimiento económico y la recuperación del PIB, aún un 2,5% por debajo del nivel alcanzado justo antes de la pandemia. De hecho, advierte de que ya hay signos de debilitamiento en la economía.
Pérdida de poder adquisitivo
Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Económicos advierten que gran parte de la inflación es importada, apoyándose en el deflactor del PIB (indicador que descuenta la inflación 'importada' del exterior con la compra de materias primas y energía en el extranjero y únicamente tiene en cuenta la subida de precios experimentada en los bienes y servicios producidos a nivel nacional), que en el segundo trimestre se situaba en el 3%, según el INE.
Esta parece ser la referencia que el Gobierno tomará en su negociación salarial con los funcionarios, pues fuentes del Ministerio de Economía explican que ese 3% se refiere, fundamentalmente, a la subida que han experimentado salarios y márgenes empresariales (sin especificar en qué proporción cada cual) en el segundo trimestre del año, el último periodo del que se disponen datos.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha advertido recientemente de que los trabajadores españoles acabarán el año con una pérdida de poder adquisitivo del 4,4% como consecuencia de la inflación. El organismo destaca la de nuestro país como una de las caídas más acusadas en los salarios 'reales', es decir, la remuneración una vez descontado el nivel de precios. Esta referencia representa la cantidad de bienes y servicios que el trabajador puede consumir con el dinero que percibe, su verdadero poder de compra.
Tras confirmarse la subida de precios de agosto, patronal y sindicatos han reaccionado con posiciones opuestas: mientras CEOE reclama contención salarial para evitar una espiral inflacionista, CCOO pide desbloquear la negociación colectiva incrementando los salarios "para que no sean los trabajadores quienes paguen el coste de la crisis".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación