Leche, huevos, pan, patatas, pasta, legumbres... El precio de uno de cada tres productos de la cesta básica del supermercado sube más de un 15%, encareciendo la compra de los hogares españoles. En términos generales, los alimentos y bebidas no alcohólicas sitúan su tasa en el 13,8%, tres décimas superior a la del mes pasado, y la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994, según el INE.
La inflación se nota en la totalidad de los alimentos, aunque el margen de la subida en este sector es muy amplio, oscila entre el 4,6% y el 71,2%. Las mayores subidas de precios se localizan en productos como harinas (39%), mantequilla (31,8%), pastas y cuscús (30,3%), salsas y condimentos (26,5%), leche (26%), y huevos (22,4%).
Les siguen las frutas en conserva (18,3%), las legumbres y hortalizas congeladas (18,1%), los alimentos para bebé (17,7%), la carne de ave (17,6%), los yogures (17,3%), las patatas chips (17,2%) y normales (15,3%), la carne de vacuno (15,2%), y el pan (15,2%).
En el siguiente rango están aquellos productos que suben menos de un 15% pero más de un 10%: legumbres y hortalizas frescas (14,8%), queso (14,6%), café (13,7%), aceite de oliva (13,2%), té (13%), pizzas y quiche (12,8%), confituras y mermeladas (12,6%), frutas (12,1%), pescado congelado (10,8%), azúcar (10,7%), arroz (10,7%), y helados (10,5%), entre otros.
Finalmente, por debajo del 10% pero también con tasas positivas está la carne de porcino (9,8%), el pescado fresco o refrigerado (9,7%), el marisco fresco o refrigerado (9,3%), los zumos (9%), el agua mineral (9%), el marisco congelado (8,5%), los cereales de desayuno (7,1%), los refrescos (6,8%), el chocolate (4,9%) y los frutos secos (4,6%).
El tope al precio de los alimentos
Como solución, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz está negociando con los supermercados para limitar el precio de la cesta básica de productos, aunque ha reculado con el tope de precios y, tras el aviso de la CNMC, ya asume que la iniciativa solo saldrá adelante si los supermercados ceden, algo que no tienen previsto hacer por el momento. De hecho, tampoco podrá exigir qué productos deberán formar parte de esta supuesta cesta.
La idea inicial de la ministra de Trabajo era que los veinte o treinta alimentos más básicos tengan un tope en su precio como escudo ante la inflación, como ya tuvieron las mascarillas sanitarias o la bombona de butano, aunque esta vez se haría mediante pacto entre las partes, sin necesidad de fijar los topes por ley.
Varios economistas consultados por este periódico nada más conocerse la intención de Díaz advirtieron de que esta propuesta es "ineficaz" y "peligrosa", destacando el riesgo de desabastecimiento, racionamiento y cartel de empresas.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación