La inflación se aleja del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), del 2%. Tras situarse por debajo en junio por primera vez desde marzo de 2021, ha vuelto a repuntar y en agosto se localizó ya en el 2,6%. Diferentes servicios de estudios coinciden en que las tasas serán superiores al nivel de estabilidad de precios que pide la entidad monetaria, previsiblemente, hasta finales de 2024.
Esto se debe, por un lado, a los efectos base (los precios de la energía iniciaron su descenso tras el verano de 2022 y ahora se comparará el IPC actual con el de entonces). Además, en general los precios llevan siete meses sin registrar una sola bajada y en lo que va de año han subido un 2,9%, con más intensidad de lo habitual. A esto se suma ahora el encarecimiento de los combustibles.
En este sentido, Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), explica que "la inflación en España puede aumentar transitoriamente en los próximos meses como consecuencia de las tensiones de costes (tal y como refleja la subida de la inflación subyacente) en un contexto en que el efecto escalón empieza a ser desfavorable y los precios de la energía han repuntado tras las anteriores bajadas".
Sin embargo, "el endurecimiento ya acometido en la política monetaria, según vaya desplegando sus efectos contractivos, aunque retardados en el tiempo, va a posibilitar volver a la estabilidad de precios en España a finales de 2024, cuando el IPC se sitúe por debajo del 2%, tanto en términos de IPC general como de IPC subyacente", añade Izquierdo.
Acabará el año por encima del 4%
Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Reserch, también señala que "el reciente incremento en el precio de los combustibles y la rigidez a la baja que muestra la inflación en el sector servicios hacen más probable que en el último trimestre del año se observe un rebote y que la variación en el IPC termine el año por encima del 4%".
Además, Cardoso apunta que "en 2024 se prevé que la convergencia hacia el objetivo del 2% sea lenta, sobre todo en ausencia de presiones a la baja por parte de los precios de las materias primas. El incremento en los costes salariales se unirá al incremento en el precio del combustible y de la electricidad para mantener la inflación por encima del objetivo".
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), en sus últimas previsiones, calcula que la inflación subirá al 3,5% en septiembre, pasará al 4,1% en octubre, subirá al 4,7% en noviembre y cerrará el año en el 5%. El próximo año tomará una senda descendente, pero en todo caso se mantendría en el entorno del 4% durante el primer semestre y por encima del 2% hasta noviembre.
En la misma línea están las estimaciones trimestrales de Caixabank Research. Según sus cálculos, la inflación media subirá del 3% al 4,1% en el último trimestre de este año, pasará al 3,5% en el primero de 2024, al 3% en el segundo, al 2,5% en el tercero, y al 2,1% en el cuarto. Hay que tener en cuenta que esto son medias trimestrales, por lo que en el segundo semestre ya se podría conseguir el objetivo.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, apuntó este miércoles que el repunte de la inflación es "compatible" con la visión de "medio plazo", de cara a 2025, en la que "va convergiendo progresivamente hacia el objetivo" del BCE.
La inflación en la UE
La inflación en la Eurozona se situó en agosto en el 5,3%, la misma tasa que un mes antes, frente al aumento en España. Este periódico ya informó de que las previsiones apuntaban a que en el segundo semestre España no saldría 'favorecida' en la comparativa con la Unión Europea.
Durante la primera parte del 2022 nuestro país sufrió una inflación más elevada que el conjunto de la UE, pero desde septiembre del año pasado está en una mejor posición que la media europea. Por esta razón España ahora volverá a ver crecer su inflación, mientras que la UE, con tasas más elevadas en el segundo semestre de 2022, se beneficiará de ese 'efecto base'.
Este efecto podría provocar que la inflación en el conjunto de la UE siga bajando y esa media acabe siendo similar a la inflación de España. Sin embargo, las nuevas presiones de los precios energéticos podrían alterar esta tendencia.
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