Economía

Inflación: Hacienda hace más caja con las rentas bajas por los errores que arrastra el IRPF

Desde 2018 los tipos marginales que soportan los contribuyentes de menos renta son particularmente elevados y la inflación tiene un efecto superior al esperado, avisa EsadeEcPol

El efecto de la inflación en la recaudación del IRPF está infra-calculado y es ahora especialmente elevado para las rentas bajas, que son las más numerosas y las que soportan el grueso de la recaudación. Así lo advierte el trabajo ¿Se redujo el fraude fiscal y la economía sumergida tras la pandemia? Análisis a partir de la recaudación del IVA de Francisco de la Torre, director del foro de fiscalidad EsadeEcPol e inspector de Hacienda.

El alza de los ingresos en el IRPF por la inflación se conoce como progresividad en frío. Como el Gobierno de Pedro Sánchez se niega a deflactar la tarifa para adaptarla a la inflación, el informe explica el mayor impacto que tiene ahora en las rentas bajas y el que esté subestimada en que se toman elasticidades históricas, cuando la normativa del IRPF ahora no es la misma.

Juega en contra de los contribuyentes con menos renta un problema que arrastra el impuesto, un error de salto que incrementó exponencialmente la rebaja en la reducción por rendimientos del trabajo que aprobó Cristóbal Montoro en 2018 y que la que ha validado María Jesús Montero en 2023 no corrige.

Se trata de un importante error de salto que hace que las rentas entre 12.000 y 21.000 euros tributen a un marginal muy elevado que sólo experimentan contribuyentes con rentas desde 300.000 euros, a niveles como los del Amancio Ortega, con marginales efectivos de entre un 43% y un 50% -y casos de hasta un 92%-, lo que significa que de cada euro que se les suba el salario, Hacienda se quedará con el 43% y 50% -y 92%-.

"Desde 2018 los tipos marginales que soportan los contribuyentes de menos renta son particularmente elevados. Esto significa que, ante situaciones de inflación, el efecto de subidas del tipo efectivo del impuesto es superior al esperado, ya que hay varios millones de contribuyentes en estas circunstancias", explica De la Torre, que ya advertía en su trabajo junto a Carlos Victoria (2033) Los efectos del IRPF en las rentas medias-bajas y como amortiguarlas mejor de que el tipo efectivo del impuesto no hace más que subir año tras año, pese a que se han ido acordando rebajas de impuestos.

Con una inflación baja, la traslación a los salarios es menor, subraya De la Torre en conversación con Vozpópuli.

El informe advierte de que “la mayor parte del incremento recaudatorio proviene de la inflación y el crecimiento; si ambos se debilitan, como parece estar ocurriendo, se dispondrá de menos recaudación".

6.000 millones más en el IVA

Con todo, el trabajo se centra en el IVA y concluye que el porcentaje del consumo de hogares que tributa en el IVA creció entre seis y siete puntos sin que hubiese variaciones significativas de la normativa, algo que solo puede explicarse por afloramiento.

Este incremento de las bases sometidas a control llevó a un aumento de la recaudación del IVA de unos 6.000 millones de euros anuales tanto en 2022 como en 2023.

En el periodo 2019-2023, se produce primero una pandemia que obliga a cerrar buena parte de la actividad económica, lo que se traduce en una importante caída del crecimiento económico. La caída recaudatoria y el aumento del déficit en 2020 fueron también muy importantes, rememora el informe.

Entre 2021 y 2023, tenemos un periodo de recuperación con creación de empleo, pero a la vez ensombrecido por la inflación. En este periodo el crecimiento de la recaudación ha ido batiendo sistemáticamente las previsiones, son los "residuos impositivos" a los que hace referencia el Banco de España.

Parece que nos encontramos ante dos efectos, señala el trabajo. El primero, en 2020, que se refiere a caídas de las recaudación superiores a las esperadas cuando se produce una caída importante en el crecimiento económico, efecto que recuerda que ya enunció Víctor Hugo en Los Miserables. Y entre 2021 y 2023, sucede exactamente lo contrario, un aumento inesperado de la recaudación, que parece que está tocando techo, pero se ha consolidado.

Hay dos razones que explican los "residuos impositivos positivos" de los que hablan el Banco de España y estudios como el de García Miralles y Martínez Pagés. La inflación y la reducción de la economía sumergida, debida, entre otras razones, a la mayor utilización de medios electrónicos, que dejan rastro, y la correlativa reducción del efectivo, fenómeno general en todo el sistema fiscal.

Se produce un aumento del porcentaje de operaciones sujetas y declaradas en el IVA superior al consumo en ese periodo, que coincide con una mayor utilización de las tarjetas de crédito que tienen obligaciones informativas específicas.

Pequeños pagos en tarjeta

Los datos del Banco de España sugieren también una menor utilización del efectivo. Todo esto lleva a concluir que "se ha producido una reducción de la economía sumergida, acompañada, con gran probabilidad, por un mejor cumplimiento fiscal. De otra forma, el aumento de las bases imponibles no hubiese sido, varios años, superior al aumento de las variables macroeconómicas en las que se basa".

El informe analiza pequeños pagos en tarjeta, a la espera de que se acabe informando de pagos en Bizum.

En opinión de De la Torre como investigador, "el efecto más relevante para explicar el incremento de la recaudación en el IVA es el cambio social por la pandemia, por comodidad y por haber menos disponibilidad de efectivo por parte de los bancos por la retirada de cajeros".

¿Qué recomienda entonces este trabajo? "Invertir en recursos en lucha contra el fraude y mejorar el control a través de medios de pago que dejan rastro merece la pena pero tampoco es la panacea que nos permita olvidarnos de las restricciones presupuestarias". Por eso cree que "el mensaje de prudencia presupuestaria que se deriva de los estudios del Banco de España no se puede obviar, aunque una parte del crecimiento de la recaudación fiscal provenga de la reducción del fraude fiscal y sea estable y no volátil."

Llama a "insistir en lo que ha funcionado, las obligaciones de información de los medios de pago, intensificándolas y extendiéndolas a otros medios de pago que dejan rastro (como las transferencias, incluyendo las de menos cuantía)". Pero también augura que el fraude se irá trasladando desde procedimientos más burdos hacia otros más sofisticados, lo que exige adaptarse si se quiere que su reducción sea permanente.

"No es descartable en todo caso que parte de esta reducción de la economía sumergida se deba a la mejora de la conciencia social y no sólo a cuestiones de control derivadas, fundamentalmente, del cambio de hábitos sociales. Por eso, convencer a los españoles de que deben pagar sus impuestos, fue, es y creo que seguirá siendo la medida anti-fraude más importante de todas", concluye.

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