Los ciudadanos españoles (también los europeos) han terminado por acostumbrarse a una inflación que ni los gobiernos ni el Banco Central Europeo son capaces de controlar. En enero de 2022, el Índice de Precios de Consumo estaba en el 6,1%, el mismo nivel que pronostica el indicador adelantado de inflación que elabora el Instituto Nacional de Estadística.
La encuesta realizada hace unos días por el Centro de Investigaciones Sociológicas muestra que la mitad de los españoles cree que la situación económica es peor que hace medio año, y un 19% asegura que tiene que recurrir al endeudamiento o a sus ahorros para llegar a fin de mes, porque su poder adquisitivo se ha reducido con la subida de los precios desde la segunda mitad de 2021.
Los datos del Banco de España del mes de enero no dejan lugar a dudas. El dinero que atesoraban las familias en las entidades financieras a finales del pasado mes de enero ascendía a 928.565 millones de euros, lo que supone un descenso de 13.239 millones respecto a las cifras de cierre del pasado año: es el mayor retroceso en veinte años, según las estadísticas del banco central español.
El primer argumento que podría justificar este desplome del 1,4% es el cambio de política monetaria del Banco Central Europeo. Después de que los tipos de interés hayan permanecido invariados durante más de seis años, las familias podrían haber buscado refugio en los depósitos a plazo en los bancos. No ha sido así.
Las entidades financieras tienen más dinero del que necesitan para financiarse. Por eso, las cantidades 'aparcadas' en depósitos a plazo permanecen prácticamente inalteradas en los últimos meses. Desde el mes de julio del pasado año se mueven entre los 65.000 y los 66.000 millones de euros, a la espera de que los bancos incrementen la rentabilidad de este tipo de operaciones.
Tampoco al endeudamiento. Con los números del Banco de España, las nuevas operaciones de crédito firmadas en enero han descendido un 21% en el caso de los préstamos hipotecarios y se han mantenido estables en el caso de los créditos al consumo.
Podría pensarse también que se han trasladado a la inversión. No tiene justificación estadística que avale esta tesis, a pesar de que los mercados financieros registraron importantes alzas en el mes de enero. Según los datos de Inverco, las captaciones netas de dinero por parte de los fondos de inversión ascendieron en enero a 3.677 millones de euros. Faltarían alrededor de 10.000 millones de euros que no se justifican por el posible efecto "gasto de las rebajas".
Ahorro contra la inflación
Todo parece indicar que la única manera que han tenido buena parte de las familias de afrontar la perdida de poder adquisitivo derivada de la inflación ha sido tirar del ahorro acopiado durante los últimos ejercicios. Especialmente, del disponible en las cuentas corrientes.
El saldo vivo de la liquidez de las familias (el dinero disponible en cualquier momento sin tener que pagar una penalización al banco) marcó en diciembre del pasado año su máximo histórico en 941.804 millones de euros. Para hacerse una idea de lo que significa esta cifra, basta decir que en diciembre de 2012, hace diez años, el dinero “guardado” en cuentas corrientes ascendía a 308.560 millones de euros, tres veces menos. En 2002, apenas superaban los 69.000 millones.
Las nuevas operaciones de crédito firmadas en enero han descendido un 21% en el caso de los préstamos hipotecarios
Para encontrar un desplome parecido al de enero pasado del saldo vivo de las cuentas corrientes hay que remontarse a enero de 2007, cuando la liquidez de los hogares pasó de 290.998 millones de euros a 279.702 millones, un descenso de 11.296 millones. El resto de las bajadas, la mayoría registradas en los meses de verano, se había limitado al entorno de los 7.000 millones de euros.
La bajada del mes de diciembre puede convertirse en tendencia si las entidades financieras no trasladan la subida del precio oficial del dinero, 300 puntos básicos (3%) en los últimos siete meses, al ahorro de familias y empresas. De momento no parece claro. El tipo de interés medio que pagan los bancos por una cuenta corriente es en la actualidad del 0,06%, según la última actualización del Banco de España. Esta remuneración supone que tener disponibles 10.000 euros en una cuenta corriente reporte a su titular un beneficio anual de 6 euros. Es cierto, que es el triple que hace un año, pero entre 2 y 6 euros hablar de ganancias parece un sarcasmo.
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