El golpe de la inflación se sufre ya en todo el territorio español, pero algunas provincias han experimentado subidas de precios más acusadas que otras, afectando en mayor o menor medida al poder adquisitivo de los consumidores. Las diferencias son notables, en algunos casos de casi tres puntos porcentuales.
Mientras en Madrid o Barcelona el Índice de Precios de Consumo (IPC) creció en febrero respecto al año anterior por debajo del dato nacional (situado en el 7,6%), un 6,9% y 7,1%, respectivamente; en provincias como Toledo o León los repuntes inflacionarios superaron el 9%.
En concreto, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo 11 provincias están por debajo de la tasa nacional: Santa Cruz de Tenerife (6,8%), Las Palmas (6,8%), Ceuta (6,8%) Madrid (6,9%), Barcelona (7,1%), Almería (7,1%), Guipúzcoa (7,1%), Cádiz (7,2%), Vizcaya (7,5%) y Asturias (7,5%) y Baleares (7,5%).
En el otro extremo están Toledo (con una variación de precios interanual que alcanzó el 9,7% en febrero), León (9,6%), Huesca (9,5%) y Ciudad Real (9%). La diferencia entre la mayor tasa (Toledo) y la menor (Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas y Ceuta) es de 2,9 puntos.
Albacete, Ávila, Badajoz, Burgos, Castellón, Córdoba, Cuenca, Gerona, Guadalajara, Huelva, Jaén, Lérida, Lugo, Ourense, Pontevedra, La Rioja, Segovia, Soria, Tarragona, Teruel, Valladolid, Zamora y Zaragoza, también registraron subidas de precios generales superiores al 8% en el segundo mes del año, cuando los precios energéticos repuntaron aún más por el impacto del inicio de la guerra en Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero.
La electricidad, el gas y otros combustibles se encarecieron un 60,3% respecto al mismo mes del año anterior a nivel nacional. También otros productos y servicios subieron sus precios, como los servicios de alojamiento (12,6%), muebles y accesorios (7,1%), los alimentos (5,6%) y las bebidas no alcohólicas (5,3%).
Pero también hay diferencias entre comunidades si se analizan los diferentes productos que componen la cesta de la compra del INE. Los precios energéticos, por ejemplo, subieron un 74,8% en Las Palmas, un 71% en Melilla y un 69% en Sevilla y Santa Cruz de Tenerife; mientras que en Barcelona crecieron un 53% y en Gerona y Madrid, un 54%.
Los precios de los alimentos se encarecieron un 7% o más en León, Castellón, Zaragoza y Melilla; frente a Soria, La Rioja, Almería, Valladolid o Albacete, donde la inflación en los alimentos no alcanzó el 5%. Por otra parte, las bebidas no alcohólicas superaron la barrera del 7% en Vizcaya, Córdoba, Gerona, Huelva, Jaén, Lugo, Tarragona; y se dispararon un 12,7% en Las Palmas y un 11,9% en Santa Cruz de Tenerife.
Los precios suben en el 90% de los productos
En general, el 90% de la cesta de la compra que elabora el INE había subido sus precios respecto al mismo mes de 2021 (177 subclases de un total de 198). La electricidad fue en febrero un 80,5% más cara que en el mismo mes de 2021, la mayor subida interanual de los últimos tiempos, aunque descendió ligeramente respecto a enero. El gas natural se encareció un 12,1% en términos anuales y el petróleo subió el precio de la gasolina y el gasóleo hasta el 25,1% y 28,4%, respectivamente.
También los alimentos, con productos un 30% más caros que hace un año, como el caso del aceite de oliva. El arroz (9,4%), la leche (9,4%), el café (8,2%), los huevos (6,6%), el pan (6,4%) o la carne (6,4%) son otros ejemplos.
Tan sólo los precios de ocho productos o servicios de la cesta del IPC no sufrieron ninguna variación respecto al año anterior (los productos farmacéuticos, el tren, el metro, el transporte combinado, los servicios de telefonía fija, los juegos de azar, las tasas administrativas y los servicios jurídicos y contables).
Finalmente, otros trece rebajaron sus precios respecto a febrero de 2021, entre ellos los frutos secos (-0,4%), las gafas graduadas (-0,5%), los servicios de telefonía móvil (-0,9%), los ordenadores (-4%), los smartphones (-5,7%) y los peajes (-20,8%)
Tras repuntar un 7,6% en febrero, los economistas auguran que el petróleo, la electricidad y otras materias primas harán que la inflación rompa la barrera del 10% si los precios no se moderan en las próximas semanas. La última vez que la inflación se situó en el doble dígito fue en abril de 1985, hace ya 37 años y en un contexto de reestructuración industrial tras la crisis del petróleo de 1973.
En aquel momento, factores internacionales (tras el conflicto armado del Yom Kippur, la OPEP paralizó su producción de petróleo, propiciando una escalada récord del precio del barril) ya pusieron en un brete a la economía española.
Mientras tanto, la mayoría de los trabajadores no ha visto crecer sus salarios. La subida salarial pactada en los 1.694 convenios activos hasta la fecha alcanzó el 2,26% de media, lejos del 7,6% del IPC general y del 3% de la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos).
No obstante, la fotografía está todavía muy incompleta, pues más de la mitad de los convenios colectivos están aún por negociar. Cerca de medio millón de empresas los tendrán que actualizar en los próximos meses con la inflación disparada, lo que inevitablemente complicará las negociaciones entre empresarios y empleados, según reconocen ambas partes a este periódico.
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