Todo apunta a que la economía se ha mantenido fuerte también en el tercer trimestre, pero las entrañas de las cifras empiezan a poner en evidencia la tan anunciada desaceleración. El consumo privado y la inversión de las empresas de bienes de equipo ya no crecen tanto, según los informes internos del Ministerio de Economía y Competitividad recogidos por este periódico, que confirman el mantenimiento del perfil expansivo del PIB entre julio y septiembre, pero también la ralentización de estos dos indicadores, claves para la economía española.
El diagnóstico del Ministerio coincide con el que están haciendo casi todos los organismos económicos y servicios de estudios, como el Banco de España, que a finales de septiembre presentó su último informe sobre la economía española, en el que insistía en que el PIB se frenará casi un punto en 2017. El consumo y la inversión explicarán parte de este freno, según el supervisor.
Y eso es lo que se está empezado a ver en las cifras. Según Economía, los datos sobre algunos componentes del consumo privado ya publicados reflejan un avance más contenido en el tercer trimestre, como las ventas minoristas, las ventas de las grandes empresas de bienes y servicios de consumo, las matriculaciones de coches e incluso la confianza del consumidor, que ha vuelto a empeorar en el mes de septiembre. Y algo similar ocurre con la inversión en bienes de equipo.
Sin embargo, las empresas mejoraron su situación económica y patrimonial en ese mismo periodo, lo que les permitió aumentar su capacidad productiva. Además, al mismo tiempo, se moderaron los gastos de personal, lo que generó una mejora del resultado económico bruto de las empresas y una ampliación de su rentabilidad.
El sector servicios sigue siendo el más dinámico de la economía española
Por el lado de la oferta, los indicadores del Departamento dirigido por Luis de Guindos ponen de manifiesto cierto dinamismo en la actividad del sector industrial en el tercer trimestre, aunque la cifra de negocios y la entrada de pedidos en la industria siguen a la baja. La actividad en el sector de la construcción, en cambio, sigue expandiéndose, aunque el sector servicios sigue siendo, sin duda alguna, el más dinámico de la economía española, sobre todo gracias al comercio.
Por su parte, el turismo ha mostrado una evolución muy favorable en el tercer trimestre, coincidiendo con la campaña de verano. Solo en agosto llegaron a España 10,1 millones de turistas, lo que supone un máximo histórico y un incremento de cerca del 6% respecto al año anterior. Además, los turistas que vinieron volvieron a gastar en conjunto más que hace un año, a pesar de que el gasto por persona cayó un 1,9%.
El mercado laboral
Igual que la actividad económica, el mercado laboral también mantuvo el pulso en el tercer trimestre, aunque algunos datos no son tan positivos como parecen. Según Economía, la afiliación media creció solo un 0,7% en el periodo, dos décimas menos que en segundo trimestre. Sin embargo, en términos interanuales, las afiliaciones recuperaron cierta fuerza y crecieron un 3%. En cambio, el paro ha caído más en este trimestre de lo que lo hizo el trimestre anterior y el año pasado.
El sector exterior, por su parte, también arroja señales mixtas. La economía generó capacidad de financiación frente al exterior en julio y se redujo significativamente el déficit comercial. Sin embargo, las exportaciones y las importaciones cayeron en el séptimo mes del año.
Y el sector público se anotó un déficit del 3,27% entre enero y julio, prácticamente un 8% más que un año antes por la liquidación definitiva del sistema de financiación autonómico del año 2014. El Estado, cuyos datos van un mes por delante, registró un déficit de 31.091 millones de euros en agosto, una cifra que supone el 2,79% del PIB y que supera ya el objetivo anual y el nivel total de déficit registrado en 2015.
El Gobierno aprueba este viernes el plan presupuestario de 2017, sin nuevas medidas y con un déficit mayor al que exige Bruselas
Unas cifras que no invitan mucho al optimismo y ponen de manifiesto la necesidad de reconducir las cuentas. El Gobierno ya aprobó un cambio en el Impuesto de Sociedades para recaudar 8.000 millones más este año y reconducir el déficit. Y mañana se aprobará el plan presupuestario para el año que viene que el Gobierno tiene que enviar a Bruselas antes del 17 de octubre.
Guindos ya ha dicho que en dicho plan se detallará la obligada prórroga presupuestaria con un déficit del 3,6% porque no pueden aprobarse nuevas medidas mientras el Gobierno esté en funciones. Pero también ha dejado claro que en cuanto se despeje la investidura se pondrán a trabajar rápidamente en un Presupuesto nuevo y en las medidas que reclama la Comisión. Nada más y nada menos, que un ajuste de 5.000 millones.
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