Casi dos meses han pasado desde que se celebró el referéndum ilegal en Cataluña y los informes y las estadísticas económicas empiezan a reflejar las consecuencias en la economía de la región. Servicios de estudios como el de BBVA, Funcas o la propia OCDE ya han revisado sus previsiones económicas y el martes el INE publicó las últimas cifras de comercio minorista, con una caída casi del 4% en la comunidad autónoma, más de 3 veces el descenso nacional.
Y aún hay más. La Agencia Tributaria publicó también el último informe de recaudación, que refleja la evolución de los ingresos impositivos en el mes de octubre. La Agencia da datos por comunidades autónomas y de ellos se desprende que los ingresos por el Impuesto de Sociedades en la comunidad cayeron un 23,4% el mes que se celebró el referéndum.
Aunque Sociedades es un impuesto estatal y la caída no afecta de ninguna manera a la financiación de la comunidad, podría estar relacionada con la fuga de empresas que produjo el desafío soberanista. Y es que alrededor de 1.000 empresas han trasladado su sede fiscal desde Cataluña a otras comunidades autónomas desde que se celebró la consulta.
Los cambios de la sede fiscal no tienen impacto recaudatorio ni en Cataluña ni en el resto de España
Y casi. 3.000 compañías han trasladado su sede social. Insistimos en que ni el cambio social ni fiscal de estas empresas puede hacer perder recaudación ni a Cataluna ni a España. La Agencia Tributaria seguirá recaudando el tributo, con independencia del lugar donde se genere, y la Generalitat seguirá recibiendo la misma financiación.
Lo que sí podría perder la comunidad es cierta capacidad recaudatoria en algunos impuestos cedidos, como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el de Actor Jurídicos Documentados (AJD), pero los expertos calculan que el impacto sería muy pequeño. Sería diferente si alguna empresa decidiera trasladar la sede física de la empresa y a sus trabajadores, lo que afectaría al IRPF, un impuesto cedido al 50%.
Miedo a la Hacienda catalana
Pero sí nos da una idea de lo que sucedería en una Cataluña independiente con una agencia tributaria propia. Si finalmente la región se independizara sí sufriría y mucho las consecuencias de la fuga de empresas, que además podría ser mucho mayor si la comunidad diera más pasos al frente. En el acumulado de todo el año, Cataluña ha perdido un 19,4% de ingresos por este impuesto.
Y es que las empresas temen que, si finalmente se llega a declarar la independencia, la Hacienda catalana les pueda reclamar unos tributos que ya están pagando a nivel estatal, como el de Sociedades, precisamente. Esto podría llevar a una situación complicada en estas compañías que tendrían que optar por una administración u otra o pagar dos veces por lo mismo.
En general, la recaudación cayó un 7,7% en Cataluña en el mes de octubre, pero han subido un 1,6% en el conjunto del año. La caída del mes del referéndum se explica, principalmente, por la evolución del Impuesto de Sociedades, aunque el IRPF también cayó un 3,6%. El IVA, en cambio, creció un 7,1%.
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