Grandes patrimonios e inversores latinoamericanos y árabes, además de fortunas del Asia oriental, están dejando trascender su interés en el Centro Canalejas de Madrid, aunque su disposición dista de las pretensiones económicas de los actuales propietarios, OHLA y Mohari, de acuerdo a las fuentes del mercado inmobiliario consultadas por este diario. La operación de venta de este megacomplejo en el kilómetro cero de la capital se podría demorar así otro ejercicio.
La empresa constructora que controlan ahora los Amodio, José Elías y Andrés Holzer ve en Centro Canalejas una de sus principales palancas potenciales para terminar de enderezar la complicada situación financiera que atraviesa OHLA, que hace unos días consiguió alcanzar un acuerdo con bancos y bonistas para alivianar sus compromisos de devolución de deuda para 2025 y 2026. Fue la antigua OHL de Juan Miguel Villar Mir la que compró el conjunto de edificios de Canalejas a Banco Santander en 2012 con vistas a reconvertir estos activos en el centro de Madrid en un 'macrocomplejo' hotelero y comercial.
Hace ahora ya más de un año que OHLA inició de la mano del propio Banco Santander el proceso para la venta de Centro Canalejas con la pretensión de unos 800 a 1.000 millones de euros por el 100% -repartido ahora a mitades entre OHLA y el grupo inversor de Mark Scheingberg, el fundador de PokerStars. La cantidad seguiría resultando muy elevada para los inversores interesados, aun pese a las perspectivas que plantea la bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo para la valoración de estos activos.
En las últimas semanas se habrían empezado a intensificar los contactos, aunque la posición que dejan trascender algunos de los interesados apunta por el momento a una valoración por el 100% de Canalejas claramente inferior incluso a los 539 millones de euros de valor neto contable total que le ha asignado la auditora Deloitte. Las fuentes consultadas confirman el interés de grandes patrimonios -con los que Santander tendría llegada a través de su división de banca privada- así como vehículos de inversión en general procedentes fundamentalmente de países de la Península Arábiga e Iberoamérica -como México o Colombia-, pero entre dudas sobre la viabilidad del negocio a corto y medio plazo por la ubicación de los edificios -en la zona popular de Sol- y el plan de negocio interno a la hora de atraer a un público con el nivel de poder adquisitivo que lo haría sostenible.
Negocio estabilizado en 2026
La mercantil tras el complejo cerró el 2023 con algo más de 12 millones de euros de pérdidas aunque con un aumento de la facturación, hasta los 70 millones de euros, empujado fundamentalmente por la actividad del hotel que gestiona para el proyecto la marca Four Seasons.
Las perspectivas para este 2024 apuntan a una cifra de ingresos cercana a los 100 millones con la comercialización plena de la primera planta de Galería Canalejas. El objetivo es que el negocio se pueda "estabilizar" hacia 2026 a la par de la comercialización total de la Galería, que ya alberga marcas como Dior, Louis Vuitton o Rolex. Con todo, las dudas persisten por la situación que arrastran algunos inquilinos y las dificultades para colocar el resto de la Galería.
"La explotación de las inversiones de la Sociedad se encuentra todavía en fase operativa inicial, la generación de flujos de caja no es suficiente para atender las obligaciones corrientes, motivo por el cual existe un alto grado de dependencia de la aportación de fondos por parte de sus socios", señalaba Deloitte en su auditoría sobre Canalejas relativa al ejercicio 2023, el último cerrado.
Ya el último año, una década después de las primeras obras, los socios tuvieron que inyectar unos 18 millones adicionales
La empresa que canaliza la gestión del proyecto retenía a cierre del 31 de diciembre 314 millones en fondos propios, esto es, aportados directamente por sus accionistas. En 2012, el grupo Villar Mir se hizo primeramente con la propiedad del conjunto de edificios entonces en manos de Santander comprometiéndose a invertir 215 millones, y Mohari le compró luego un 50% por hasta otros 225 millones en 2017.
En lo que va de 2024, más de una década después de las primeras obras, los accionistas han tenido que aportar otros 4,6 millones como así también préstamos con carácter subordinado por unos 6,8 millones, que igualmente vencerán con posterioridad a la deuda con la banca. El complejo emplea paralelamente a cerca de 500 personas.
La totalidad de las participaciones sociales se encuentran pignoradas a favor de un grupo de bancos liderados por el mismo Banco Santander. Con sus acreedores financieros, la mercantil del complejo mantiene una deuda superior a los 150 millones de euros que vencería a finales de 2025.
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