"Lo peor es que muera matando". El presidente de una de las mayores patronales españolas ironiza sobre la debilidad imparable de Yolanda Díaz y sus consecuencias sobre el escenario económico. Sumar acumula dos descalabros electorales y un gran revolcón parlamentario en un año de vida. Sin esa realidad no puede entenderse por qué la vicepresidenta segunda -y ministra de Trabajo- intenta aprobar a contrarrelejoj una medida tan compleja como la reducción de la jornada laboral.
Este lunes, su Ministerio lanzó un ultimátum a las patronales CEOE y Cepyme. Le exigió que manifiesten por escrito en la reunión de mañana sus aportaciones al ambicioso plan: recortar a 37,5 horas la jornada laboral en 2025. La decisión está tomada, por lo que a los empresarios sólo les queda hacer observaciones. Pese a las advertencias de las patronales, que exigían un debate a la altura de semejante medida, Díaz pretende sacar adelante el recorte en un tiempo récord.
Las prisas obedecen a la necesidad de Díaz de salir de un pozo que parece no tener fondo. La formación política que fundó en junio de 2023 pinchó en las elecciones de Galicia, su tierra natal. Y volvió a estrellarse en las europeas, razón por la cual dimitió como coordinadora de Sumar. Como ministra de Trabajo también sufrió una derrota bochornosa en el Congreso. La primera medida 'estrella' presentada esta legislatura (el subsidio por desempleo) fue vapuleada en el Parlamento por los diputados de Podemos.
Con el partido en proceso de descomposición, Díaz ve la reducción de la jornada laboral como un último intento de reivindicarse dentro de la coalición y ante el electorado de izquierdas. Quienes han negociado con ella saben que "quiere pasar a la historia como la política que facilitó un poco más la vida a los trabajadores". "Si saca adelante la jornada de 37,5 horas, ¿qué partido político se va a atrever a dar marcha atrás en el futuro? Ni siquiera el PP", reflexiona un conocido empresario madrileño.
Tanto en CEOE como en Cepyme son plenamente conscientes de ello. Por eso quieren evitar a toda costa que salga adelante la medida. Los empresarios nunca se han negado a explorar fórmulas para optimizar la jornada, pero ligadas siempre a parámetros como la productividad, uno de los talones de aquiles de la economía española. Dentro de las patronales hay un fuerte debate sobre la línea de actuación, entre los partidarios de abandonar la mesa de diálogo con un portazo y los que apuestan por acudir a la reunión con una propuesta de mejora.
Apoyo sindical al recorte de la jornada laboral
En cualquier caso, hay consenso en torno a una predicción: Díaz sacará adelante la reforma de manera unilateral junto a CCOO y UGT. Hay precedentes: el más reciente, la subida del salario mínimo internacional (SMI). Salvado el primer 'set', la vicepresidenta tendría por delante el auténtico 'match ball': el visto bueno del Parlamento.
Es en ese tramo donde entran en juego las fuerzas que la ministra no puede controlar. La primera es conocida por Díaz, a su pesar. Podemos ya hizo una demostración de fuerza en enero, tumbando la reforma del subsidio, y sometiendo a la vicepresidenta a escarnio del Congreso… y de Bruselas (de esa medida dependía una entrega de fondos europeos).
El apoyo del partido morado a la reducción de la jornada laboral no está garantizado. Al contrario, Ione Belarra arremetió con dureza contra la coalición esta semana, por pactar junto al PP la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Además, Podemos tiene una excusa clara para votar no: propone reducir la jornada dos horas y media más que Sumar, hasta las 35 horas.
Los negociadores de la reforma recuerdan que el trámite parlamentario puede provocar una paradoja. Podemos podria hacer 'pinza' con un partido en las antípodas ideológicas: Junts. El partido que lidera Carles Puigdemont ya ha mostrado abiertamente sus dudas sobre el recorte de la jornada laboral. De reforzar esas dudas se está encargando en los últimos días la patronal catalana. Los líderes de Foment del Treball, con el ex 'convergente' Josep Sanchez Llibre, se están moviendo en el entorno de Junts para asegurarse el voto en contra.
Esa 'pinza' es la gran amenaza para la reforma de la jornada. Supondría otro borrón para el currículum político de Yolanda Díaz y un golpe más para la coalición. Está por ver si la vicepresidenta segunda tiene la misma capacidad de resistencia que Pedro Sánchez.
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