El inspector del Banco de España José Antonio Delgado Manzanares ha asegurado que la información de partida con la que los expertos de Afi y PwC contaron para la unión de las siete cajas en el SIP que daría lugar a Bankia era falsa, añadiendo que Caja Madrid estaba "moribunda" y, Bancaja, "muerta".
Así lo ha declarado Delgado durante su comparecencia en calidad de testigo en el juicio que investiga la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011, que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid).
"Lo ideal hubiera sido que alguien revisara los balances de las cajas, pero eso no lo hizo nadie"
"Lo ideal hubiera sido que alguien revisara los balances de las cajas, pero eso no lo hizo nadie. El plan de integración, que incluía las proyecciones futuras, se determinó mediante una información de base proporcionada por las entidades que era incorrecta", ha indicado el testigo ante la sección cuarta de la sala de lo Penal.
Delgado ha subrayado el hecho de que la información de partida para la constitución del SIP era "falsa" y derivaba de años muy anteriores, de cuando en 2005 comenzó a crecer la burbuja inmobiliaria, por lo que los problemas de Bankia no se debieron al impacto de una recesión.
Según ha explicado, estos problemas se iban maquillando mediante refinanciaciones que iban devengando intereses en la cuenta de resultados. El inspector del Banco de España ha añadido que si el propio supervisor, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o el auditor se hubieran salido del plan en el momento de la p integración, eseroceso "claramente no hubiera salido adelante".
Una vez constituida Bankia, cuando Delgado asumió la responsabilidad de la estructura de seguimiento a petición de José Antonio Casaus en septiembre de 2011, su misión era detectar operaciones que pudieran tener un contenido irregular, analizando su solvencia, si las coberturas de provisiones son adecuadas o si los créditos están debidamente clasificados.
"Un banco inviable"
"Nada más llegar Casaus me avisó de a lo que me enfrentaba. Era un banco inviable. Se decía que había un banco bueno (Bankia) y un banco malo (BFA), pero la realidad es que había un banco malo (Bankia) y un banco peor (BFA)", ha sentenciado.
"Cuando llego al grupo ya se deducía, desde el primer informe de seguimiento, que había activos clasificados como inversiones normales y que debían estar en subestándar, o dudas sobre el descuento en la valoración de la salida a Bolsa y cómo afectaba eso a la participación que BFA tenía en Bankia", ha explicado.
Todas estas irregularidades fueron poniéndose de manifiesto a la entidad en reuniones semanales con la intervención general, a la que fundamentalmente acudía como representante Sergio Durá, si bien se mantenían y no se corregían.
"La preocupación fue aumentando, el tono era de mucha más gravedad. Veíamos que el deterioro que se traía de base se materializaría", ha añadido, remarcando que la entidad estaba informada de todas las deficiencias.
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