El último atentado contra las infraestructuras de Saudi Aramco, la petrolera pública del principal productor mundial, no solo ha generado un terremoto en el mercado del crudo. También ha sembrado de incertidumbre el proceso de salida a Bolsa de la compañía, que parecía haber tomado un camino firme en las últimas semanas tras muchos trimestres de vacilaciones. La estimada como la mayor salida al parqué de la historia podría volver a retrasarse debido al clima de tensión generado por el ataque con drones sufrido por sus instalaciones, que ha disparado el precio del petróleo.
El ataque ha supuesto un descenso del 50% de la producción diaria de Aramco, por lo que los primeros esfuerzos de la empresa se están centrando en recuperar cuanto antes el ritmo de bombeo. Hasta ahora, la compañía no se ha pronunciado sobre posibles consecuencias del atentado para el proceso de salida a Bolsa pero las alertas se han encendido en el mercado, que había recibido con entusiasmo los últimos anuncios por parte de Aramco, que incluso barajaba comenzar a cotizar antes de que finalice el presente año en la Bolsa local.
Poco antes del verano, Aramco nombró a Amin Nasser como nuevo presidente y consejero delegado, un paso significativo para el inicio de una nueva era en la que es considerada como la mayor compañía del mundo, de cualquier sector. Tras un largo proceso, la empresa también ha designado a nueve bancos de inversión internacionales para llevar a cabo la colocación que, incluso, ya cuenta con un esquema definido.
Así, mientras las principales plazas bursátiles del mundo compiten por servir de plataforma para las acciones del gigante petróleo saudí, los planes de Aramco pasan por estrenarse en Bolsa con una oferta del 1% de sus acciones, que cotizarían solo en el mercado local.
A continuación, pondría en el mercado otro paquete del 1%, a lo largo de 2020, ya en mercados internacionales. Progresivamente, la compañía iría colocando paquetes de títulos hasta alcanzar el 5% del capital, que es el máximo inicialmente comprometido.
Incertidumbre
Debido a su complejidad, la operación, que estaba prevista para el pasado año, se ha ido retrasando entre notables dudas sobre su viabilidad y sobre el hecho de que finalmente se fuera a llevar a cabo. Sin embargo, Nasser manifestó a comienzos del mes de septiembre que todo estaba previsto para iniciar una colocación que el mercado ha valorado en unos 100.000 millones de euros.
Sin embargo, los ataques de las últimas horas han provocado reticencias entre los inversores, toda vez que no es el primero que se da en los últimos meses. La agencia de calificación Moody’s señaló que los incidentes no afectarán a la fortaleza financiera de la empresa, fuera de toda duda. Pero la amenaza de que los atentados contra instalaciones petrolíferas en Arabia Saudí no se queden ahí condiciona la actitud del mercado.
Suben Repsol y Técnicas Reunidas
A última hora de la tarde, el barril de crudo incrementaba su recorrido alcista en los mercados de materias primas, que no asistían a una evolución similar desde comienzos de la década de los 90, con motivo de la invasión de Kuwait por parte de Irak, que desencadenó la denominada "Guerra del Golfo". El precio de los futuros del Brent se disparó más de un 14% para situarse por encima de los 69 dólares por barril. Mientras, el West Texas superaba la cota de 62 dólares, con un avance similar.
Los efectos del atentado se vieron reflejados también en la Bolsa española. Las acciones de Repsol subieron un 1% en una sesión en la que el Ibex cerró en rojo, con descensos del 0,9%. Otros títulos se vieron aún más beneficiados por la tensión generada en el mercado del petróleo, como fue el caso de Técnicas Reunidas, con un avance cercano al 4%. Aramco ha adjudicado a la ingeniería española multitud de contratos relacionados con sus instalaciones.
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