El Índice de Precios de Consumo (IPC) se sitúa este mes de noviembre un 6,8% por encima del nivel que alcanzó en el mismo mes de 2021, según avanza el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. Con el dato de noviembre se completa el periodo que el Gobierno tomará como referencia para revalorizar las pensiones en 2023, confirmando que éstas subirán un 8,5% el próximo año (frente al 2,5% que han subido este año).
El IPC mide la evolución de los precios de un conjunto de productos y servicios básicos que consumen las familias. Aquí entra la energía, pero también la compra en el supermercado, el alquiler, el transporte o los restaurantes. El IPC empezó a subir con más fuerza de lo normal en la primavera de 2021 (por el encarecimiento de la electricidad) tras años de cierta estabilidad y sigue haciéndolo a día de hoy, pues la inflación se ha extendido a la mayor parte de la cesta de la compra.
A través de este índice se mide la inflación (que en sí misma implica subida de precios), es decir, si crece, se estanca o se modera. Ésta creció con fuerza entre mayo y julio, cuando alcanzó alcanzó su pico (10,8%) y empezó a descender hasta el 6,8% actual. Esto no significa que los precios bajen, sino que la subida es más moderada que hace unos meses gracias a la bajada de los precios energéticos.
Sin embargo, la inflación subyacente, menos volátil al excluir los precios de la energía y alimentos frescos, continua su escalada y sube en noviembre un 6,3%, una décima más que en octubre. Este indicador refleja el contagio de la inflación a la inmensa mayoría de productos que componen el IPC, con la alimentación, los hoteles y restaurantes y el menaje del hogar en ascenso, según relevó la estadística de octubre.
Sube en 15.000 millones el gasto
La evolución de la inflación es relevante para las proyecciones macroeconómicas del país, pero también para las perspectivas económicas de los consumidores. Para paliar esta pérdida de poder adquisitivo, la primera parte de la reforma de las pensiones aprobada el pasado diciembre establece que éstas se revaloricen tanto como hayan subido los precios en el año anterior. Y esto tendrá un coste extraordinario para las arcas públicas en 2023 próximo a los 15.000 millones de euros.
Al subir todas las pensiones en el mismo porcentaje, serán las más altas las que más gasto adicional supongan, tal y como publicó Vozpópuli. En concreto, la mitad del coste extraordinario que supondrá revalorizar todas las pensiones contributivas un 8% se irá en el 25% que representan las más altas, aquellas de más de 18.900 euros al año. Además, el gasto 'extra' se consolida en el tiempo, lo que supone un riesgo para la consolidación fiscal a medio plazo que reclama Bruselas.
Por esta razón, varios organismos, entre ellos el Banco de España (BdE), han reclamado que se suban sólo las más bajas. Los expertos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) han propuesto abaratar esta factura con una subida selectiva del 11% para las pensiones mínimas y del 2,5% para las que superen los 1.400 euros. Por su parte, los expertos de EsadeEcPol también hacen una propuesta similar y calculan que subir un 8,5% las pensiones más bajas y un 2% las más altas reduciría un 45% el coste.
Revalorización conforme al IPC
Sin embargo, el Gobierno se ha comprometido a subir todas las pensiones por igual. En este sentido, la revalorización conforme al IPC medio del año previo afectará previsiblemente a las 9,98 millones de pensiones contributivas que había en vigor a 1 de noviembre, de las que 6,29 millones son de jubilación, 2,35 millones de viudedad, 949.000 de incapacidad permanente, 341.000 de orfandad, y casi 45.000 en favor de familiares.
La nómina mensual de las prestaciones contributivas de la Seguridad Social asciende en noviembre a 10.913 millones de euros. Para el conjunto del año hay presupuestado un gasto en estas pensiones de 149.996 millones (más los 17.911 millones de las clases pasivas y 2.587 millones de las no contributivas) a los que habría que sumar la revalorización que aplicará el Ejecutivo el próximo año para evitar que los pensionistas pierdan poder adquisitivo.
Los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año tienen consignado un gasto en pensiones contributivas de 166.777 millones de euros, un 11,2% más que en el ejercicio actual. Además de la revalorización, los Presupuestos tienen en cuenta el número de pensiones a pagar que cada año se incrementa en más de 100.000.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación