Irán ha pasado del 'eje del mal' al 'eje del bien', y eso significa que, en línea con lo que desean el/los promotores del acuerdo que lo ha permitido, el petróleo barato (aún más barato) va a inundar Occidente. Es verdad que hay un acuerdo oficial para que Teherán no componga una bomba nuclear, pero también hay un acuerdo tácito para que la República Islámica bombee petróleo sin piedad fuera de sus fronteras. Y hete aquí que el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, se haya querido apuntar el tanto de ser el primer 'líder' occidental en atraer para sí (y para su país) un proyecto que, a ojos de los expertos españoles y europeos y del sector petrolero, es simple y llanamente "marciano", según palabras de uno de estos expertos consultados.
El ministro dice que el proyecto ya se ha tratado con el Gobierno iraní, pero en Europa, y en España en particular, hay sobreoferta de refino y están cerrando refinerías
En Europa en general, y en España en particular, "hay tal sobreoferta de refino que hay refinerías que están cerrando (Shell) o en parada técnica (dos de Total), además de la de Tenerife de Cepsa, que paró en 2013 por razones económicas y ahora sigue parada por las exigencias medioambientales del gobierno canario, de forma que no tiene sentido alguno montar una nueva refinería en el entorno de Algeciras", explica un experto.
Esta misma semana, Margallo afirmó que España va a ser uno de los primeros países beneficiados por el levantamiento de las sanciones a Irán y avanzó que el gobierno de este país está estudiando un proyecto para poner en marcha una refinería en esa zona, un proyecto que "contribuiría a crear puestos de trabajo en el Campo de Gibraltar". El ministro tuvo que matizar, horas después, que el proyecto no está cerrado, pero que las empresas (no dijo cuáles) "ya están hablando".
Vozpópuli se ha puesto en contacto con las principales petroleras que operan en España y ninguna de ellas ha sido informada al respecto por parte de las autoridades, ni españolas ni iraníes. Es más, ninguna de ellas, tiene el más mínimo interés en participar en un supuesto proyecto para el desarrollo de una nueva refinería en España.
Montar una refinería en España costaría más de 5.000 millones y más de cuatro años: ninguna de las petroleras está dispuesta a participar en un proyecto así
"¿Golpe de efecto de un Gobierno en funciones en los estertores de su mandato o planteamiento real?", se pregunta otro experto. Según Margallo, el tema ya se abordó en septiembre pasado, cuando visitó el país islámico tras la firma del histórico acuerdo nuclear, lo que nos da "una posición política muy buena; gracias a Dios, nos anticipamos a otros muchos países", ha dicho el ministro en funciones.
Las fuentes del sector consultadas creen que el proyecto forma parte "más de un calentón del ministro, tras recibir del Gobierno iraní buenas palabras y propuestas genéricas sobre cómo van a cambiar las cosas en Europa con la llegada masiva del petróleo barato de Irán. De aquí a los hechos hay un gran trecho".
España cuenta con nueve refinerías y una de ellas está cerrada (la de Cepsa en Tenerife). Desde que Repsol y Cepsa realizaran las ampliaciones y mejoras en sus plantas, en España hay sobreoferta de refino. Las estadísticas de Corres demuestran que ya no hay déficit de refino y que, de hecho, se exporta diésel. Si Irán decidiese montar una refinería en Algeciras, tendría que invertir más de 5.000 millones de euros y más de cuatro años en ponerla en marcha, en un momento de tendencia a la baja del consumo mundial de derivados del petróleo por la crisis económica, el parón de países como China y el impulso de las energías renovables.
"Esto parece un nuevo Eurovegas. Promesas de alto nivel que luego son inviables. Irán puede haberse planteado montar alguna refinería en Europa o en la cuenca mediterránea, pero no tiene sentido que lo haga en España por la situación del mercado y los altos costes laborales. Tiene más sentido que ante la nueva situación de Irán, haya petroleras internacionales que colaboren con el Gobierno en montar nuevas refinerías o modernizar las antiguas, pero en el propio país productor, para luego exportar el refino a precios competitivos", resume un experto.