Economía

El Gobierno de Rajoy inicia su campaña para salvar Valencia bajando al 10% el IVA de las Fallas

El temor a que el PP pierda el feudo ché en las próximas elecciones autonómicas lleva a Rajoy a inaugurar la campaña valenciana con una bajada de impuestos solicitada por el president Alberto Fabra y la alcadesa Rita Barberá.

El temor a que el PP pierda Valencia en las próximas elecciones autonómicas ha provocado que Mariano Rajoy despierte de su letargo y ponga en marcha la maquinaria electoral. Una rebaja del IVA al 10 por ciento en principio destinada a los artistas esconde un propósito meramente político: salvar la Comunidad Valenciana, ya sea con Fabra o sin él, comentan fuentes populares.

La crisis económica de una región muy apoyada en el ladrillo combinada con el fango de la corrupción ha dejado al PP muy tocado a las orillas del Turia. Desde Camps a Rafael Blasco pasando por los bolsos de Louis Vuitton, el cierre de Canal Nou o la chapuza de la Ciudad de las Artes, las malas noticias asedian a un líder sin liderazgo, Alberto Fabra.

Vapuleado en las encuestas y reprochado por ello día sí y día también, Fabra pedía árnica en Génova. Así que ha tenido que ser el propio Rajoy quien ha acudido a su rescate. Mediante su ministro Montoro y no sin vacilaciones, el presidente del Gobierno ha brindado una buena nueva al electorado valenciano. Aunque la rebaja del IVA a los artistas supone una minucia para los Presupuestos de Cristóbal, para los valencianos significa un guiño a sus tradiciones y un alivio a su bolsillo a la hora de comprar los trajes falleros, los aderezos, las manteletas o pagar la cuota con la que se financia el monumento fallero. Populismo en estado puro.

Con la presencia de Rita, Fabra y Margallo, este viernes se celebró La Exaltación de la Fallera Mayor, un evento que arranca la cuenta atrás de las Fallas en Valencia y una excelente oportunidad para vender el recorte del IVA como un triunfo.

Fabra se perfila como candidato a las elecciones autonómicas de puro aburrimiento y por descarte

Desde hace unos meses, el ambiente estaba muy caldeado porque los valencianos tenían que desembolsar un 21 por ciento de IVA en todos y cada uno de los capítulos de una festividad plagada de gastos. Por local que parezca, la polémica había encendido a los votantes de la comunidad ché. Tanto que, a instancias del PSOE valenciano, las Cortes autonómicas votaron en noviembre una proposición no de ley para instar al Gobierno de Madrid a modificar el IVA. En ese momento, el presidente Fabra no tuvo alternativa: si no quería perder más electores, tenía que romper con las directrices del PP nacional y respaldar la iniciativa.

En Valencia siempre se dice que Rita gana las elecciones por la semana fallera, botando en las fiestas la primera y más que nadie. Y visto el batacazo en las encuestas, la dirección nacional del PP no ha tenido más remedio que pasar por el aro e ingeniárselas para sacar de la chistera un rebaja del IVA que les permita recobrar el impulso en Valencia, incluso si eso supone irritar aún más a una parte de su electorado nacional, al que otra vez se le recuerda que los impuestos se mantienen muy altos para todo lo demás.

Y máxime cuando no se ha encontrado sustituto fuerte para un Fabra sin carisma en Valencia y sin fuste en Génova. A González Pons se le ofreció y se negó. Suena mucho el verso suelto de Alfonso Rus, presidente de la diputación. E incluso han circulado intensos rumores que sitúan al ministro Margallo en la carrera por arrebatarle la poltrona. Sin embargo, al final Fabra aguanta la silla de puro aburrimiento y se perfila como el candidato por descarte.

Pero la necesidad de reconducir las proyecciones demoscópicas obliga al PP a volcarse con la Comunidad Valenciana. La carrera para atajar la debacle y alejar la amenaza de un tripartito en la Generalitat formado por socialistas, Compromis y Esquerra Unida ha comenzado.

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