Economía

Almunia someterá al superregulador a un ‘stress test’ antes de acabar su mandato como comisario

El mandato de la actual Comisión Europea finaliza en un año y antes de esa fecha Joaquín Almunia, responsable de Competencia, piensa someter a examen a los diferentes reguladores que operan en cada país europeo con el fin de medir su eficacia. La iniciativa tiene especial importancia para España ya que es la única, junto a Holanda, que está pasando por la experiencia de un regulador único.

La decisión de Joaquín Almunia de realizar este stress test a los principales reguladores europeos ya le ha sido comunicada por el propio comisario al presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín. Ambos tuvieron recientemente un primer contacto en Madrid y hace unos días se entrevistaron en Bruselas, donde Marín ha tenido la oportunidad de intercambiar impresiones con los responsables de otros reguladores europeos.

El comisario europeo de la Competencia se ha entrevistado ya en dos ocasiones en el último mes y medio con el presidente del superregulador

El calendario que maneja el comisario europeo de Competencia para realizar este examen está condicionado por el final de su mandato. Las elecciones europeas se celebrarán en mayo y después se elegirá una nueva Comisión cuya toma de posesión tendrá lugar en el mes de noviembre. Para esa fecha, Almunia quiere tener cerrado ya el examen de eficiencia a los diferentes reguladores europeos, algo que tiene especial importancia para España ya que es la única, junto a Holanda, que está pasando por la experiencia de haber concentrado todos los organismos en uno solo.

Fuentes comunitarias explican que desde la comisaría que ostenta Almunia se veía con satisfacción el trabajo desarrollado desde la antigua Comisión Nacional de Competencia. Con el nuevo superregulador, está a la espera de ver si trabaja o no con la misma eficacia ya que está siendo complejo encajar todas sus piezas. La Comisión Europea no puede entrar en la idoneidad de los nombramientos, pero sí en la evaluación del nuevo modelo único para ver si ha perdido o no eficacia. Esto es, en síntesis, lo que persigue el stress test que prepara Almunia y que tendrá un contraste en el resto de los reguladores europeos.

Con el examen de Competencia, Almunia medirá la eficiencia de los diferentes reguladores europeos

En Bruselas ha llegado a calar la preocupación por la posible pérdida de independencia de la CNMC a raíz de los nombramientos que recientemente pasaron por el filtro del Congreso de los Diputados. Es un asunto espinoso al que se ha llegado a referir en público la vicepresidenta de la Comisión Europea, Neeli Kroes, advirtiendo de que lo importante es que los reguladores sean organismos plenamente independientes y puedan emitir sus propios juicios al margen de lo que opine cada Gobierno.

Salga bien o mal la experiencia, España ha sido pionera, junto a Holanda, en la creación de un regulador único, modelo que encuentra como ventaja, mal que les pese a algunos afamados bufetes de abogados, la existencia de una ventanilla única para las empresas, lo que evita que tengan que pasear sus expedientes por ocho organismos diferentes, como antes pasaba con la Comisión Nacional de Competencia, la de Energía, la de Telecomunicaciones, la del Sector Postal o la de Medios Audiovisuales, un proceso que multiplicaba sus costes.

La 'ventanilla única' que ha supuesto el superregulador para las empresas ha quitado negocio a los principales bufetes de abogados

Tanto el Gobierno como Almunia son conscientes de que el nuevo superregulador ha nacido en medio de la polémica al haberse negado el PSOE a incluir en su consejo a personas de su confianza, decisión que tomó personalmente hace dos meses Alfredo Pérez Rubalcaba para disgusto, entre otros, del exministro Valeriano Gómez, que aspiraba a sentarse en el nuevo organismo. El ministro de Economía, Luis de Guindos, llegó a ofrecerles a los socialistas hasta tres asientos en el consejo, incluida una vicepresidencia. Cuando la negociación quedó abortada, el PSOE alegó que estaba en desacuerdo con tanta concentración de poder, pues lo lógico, a su juicio, hubiera sido mantener viva a la Comisión Nacional de Competencia y formar tres organismos con el resto de los reguladores.

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