Economía

La automoción europea espera de Biden una eliminación mutua de aranceles

La victoria de Joe Biden ha sido bien recibida por la industria europea de automoción, que espera retomar las negociaciones comerciales para tratar de eliminar los aranceles a la importación

Las ventas de coches europeos en Estados Unidos superaron el año pasado los 17 millones de unidades, lo que convierte a este mercado en uno de los que más vehículos de la eurozona adquiere, sólo por detrás de China. Pero desde hace dos años, la amenaza de Donald Trump de subir los aranceles aduaneros del 2,5% al 25% sobre los coches europeos ha estado latente en un afán proteccionista para fomentar más la producción y la compra de coches fabricados en suelo americano.

Una amenaza que ponía en juego miles de millones de euros y que con la victoria de Joe Biden en las recientes elecciones ha hecho que la industria europea respire y vea el futuro con más optimismo. Así lo ha hecho ver la presidenta de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Hildegard Müller, que espera que la Comisión Europea retome pronto las negociaciones comerciales con el presidente electo de EEUU.

Müller dijo la pasada noche en un encuentro virtual con periodistas en Frankfurt que la patronal alemana de la automoción espera que la Comisión Europea y el nuevo presidente de EEUU reinicien pronto conversaciones para acordar un nuevo comienzo conjunto de la política comercial. La industria automotriz alemana quiere que "ambas partes eliminen completamente los aranceles" a las importaciones y que intensifiquen la cooperación en regulación "para minimizar las trabas comerciales técnicas". "Para lograrlo Europa también tiene que aportar su parte", según Müller.

EEUU relanzará el coche eléctrico

También uno de los grupos automovilísticos europeos más relevantes, Volkswagen, en boca de su consejero delegado Herbert Diess, ha opinado sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos y ha señalado que el fabricante de vehículos podría ser más compatible con una administración presidida por Joe Biden.

"El programa demócrata probablemente está más alineado con nuestra estrategia mundial, que es realmente luchar contra el cambio climático, volverse eléctrico", dijo Diess durante un evento virtual organizado por Bloomberg. Sin embargo, Diess aseguró haber tenido una "relación de confianza" con la Administración del todavía presidente, Donald Trump, ya que juntos hicieron "mucho" para contribuir a construir Estados Unidos.

En el mismo evento, el consejero delegado de Volkswagen aseguró que la estrategia de la empresa pasa por una transición rápida hacia la movilidad eléctrica, a pesar de que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus es ahora un reto a corto plazo.

En este sentido, Diess ha subrayado que la evolución de la compañía en los próximos meses dependerá de cómo las principales economías mundiales sean capaces de controlar la enfermedad sin poner en marcha restricciones a la movilidad. Aun así, Volkswagen continuará invirtiendo para el desarrollo de las tecnologías eléctricas para no quedarse atrás. "Si no eres lo suficientemente rápido, no vas a sobrevivir", ha sentenciado.

Una carrera hacia el coche eléctrico que a buen seguro se impulsará aún más en EEUU con Joe Biden, y de la que la propia General Motors ya ha anunciado que contratará a 3.000 nuevos empleados principalmente en el desarrollo de software para la investigación, desarrollo y despliegue de vehículos eléctricos. Espera que la contratación de nuevos empleados se prolongue hasta el primer trimestre de 2021.

Pero además de para desarrollo, General Motors también ha anunciado la creación de unos 1.100 puestos de trabajo en una nueva fábrica de baterías en Lordstown, ubicada en el Estado de Ohio, que ya está en construcción y tendrá un tamaño de unos 250.000 metros cuadrados. Tal como ha indicado la compañía, la marca norteamericana continúa avanzando hacia un futuro totalmente eléctrico, por lo que esta nueva factoría producirá celdas de batería Ultium Cells LLC de su empresa conjunta con LG Chem.

Con una inversión de unos 2.000 millones de euros en esta fábrica, General Motors espera producir celdas de batería en masa para reducir su coste y situarlo por debajo de los 100 dólares (84 euros) por kilovatio hora (kWh), una proporción de la que debieran salir ya coches eléctricos a precios de mercado similares a los de combustión.

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