La posibilidad de que el PSOE retome las riendas de La Moncloa reactivará a buen seguro la atención de muchos hacia los postulados socialistas en materia económica. Uno de sus mayores exponentes es el economista y exministro de Administraciones Públicas durante el Gobierno de Zapatero, Jordi Sevilla. Valedor del actual líder socialista y virtual candidato a presidir el Gobierno, Pedro Sánchez, Sevilla, que este jueves presentaba en Madrid su libro "Qué pasa con tu sanidad", respondía así a Vozpópuli sobre distintos interrogantes de la actualidad macroeconómica española, apenas horas antes de que su partido presentara la moción de censura a Mariano Rajoy.
Usted apunta en su libro que el envejecimiento de la población es uno de los grandes retos del siglo XXI. Está de actualidad el debate de las pensiones, y no son pocos los expertos que alertan de que el sistema actual es generoso con los pensionistas y que es preciso cambiar el sistema...¿Usted qué cree?
Yo creo que no es imprescindible debatir sobre si es o no generoso. Podríamos hablar de la generosidad de los españoles cuando dimos 60.000 millones para rescatar a la banca. Se podría discutir mucho lo que es generosidad o no. Lo que es evidente es que vamos a tener en muy pocos años muchos más pensionistas de los que tenemos ahora y eso va a obligar a revisar el sistema. Pero lo que no funciona es revisarlo unilateralmente en base a un Gobierno con una mayoría absoluta. Hay que recuperar el Pacto de Toledo, el consenso, y hay que incorporar a los partidos políticos y a los pensionistas.
En ese Pacto de Toledo, el PSOE pide ligar las pensiones al IPC de forma permanente. Hace unos días, Rafael Doménech, de BBVA, alertaba de que el solo ligarlas en 2018 y 2019 supondrá un gasto añadido de 40.000 millones a largo plazo. ¿Usted cree que es viable ligarlas al IPC de forma permanente?
Bueno, el Gobierno ha estado diciendo que no era viable hasta que ha necesitado los votos de Cs y el PNV para sacar el PGE y a partir de ahí da la impresión de que ha encontrado la manera de financiarlo. Creo que hay que evitar los falsos debates y huir de los catastrofismos. Viví este mismo debate a mediados de los años 90, donde los mismos expertos que hoy nos están anunciando un gran cataclismo del sistema de pensiones, lo anunciaban también entonces. Creo que hay que ser mucho más propositivo, proclive a buscar soluciones, que a señalar problemas. Problemas hay, no digo que no. Lo que digo es que si hasta ahora hemos sido capaces de encontrar soluciones, no veo por qué, de repente, la capacidad de encontrar soluciones ha desaparecido de nuestro mapa político…
Entonces usted cree que es viable…
Yo creo que es viable. Es una reivindicación muy asentada en la tradición de nuestro sistema de pensiones y muy identificada con la democracia. Creo que eso debería formar parte de una solución que necesitará adoptar otro tipo de problemas. Lo que no podemos hacer es abordar el problema de las pensiones solo con la óptica de recortar el gasto. A lo mejor, lo que hay que plantearse es incrementar los ingresos.
De todas formas, Bruselas ha reprendido al Gobierno por retrasar el factor de sostenibilidad...¿qué valoración le merece esto?
La reforma de las pensiones la aprobó un solo partido que tenía mayoría absoluta, no ha sido fruto del consenso. No veo por qué tenemos que asumir todos lo que se decidió de forma unilateral, rompiendo uno de los principios del Pacto de Toledo. Creo que hay que sentarse a hablar, es evidente que hay que sentarse a hablar, pero también que en el abanico de problemas no puede estar solo cómo recortamos el gasto. No puede ser que llevemos cinco años de crecimiento, y que los frutos de ese crecimiento no estén llegando a los pensionistas, jóvenes, mujeres, investigadores…¿quién se lo está quedando?
¿Qué cree usted?
Bueno, creo que hay por una parte un exceso de optimismo respecto a nuestra recuperación económica. Es evidente que existe pero también están surgiendo voces de alarma. Cuando el precio del petróleo se dispara de repente resulta que los milagros que hasta ahora se consideraban que eran de la economía española estaban mucho más vinculados al precio del petróleo que a ninguna otra cosa. Lo que es evidente, y lo dice el Foro de Davos o el FMI, estamos en un modelo de crecimiento que tiene un serio riesgo no solo de incrementar la desigualdad, sino de seguir incrementándola, de no ser inclusivo. Y esos son los debates de los que deberíamos estar hablando.
¿Cómo se consigue que el sistema no cree más desigualdad, se genere empleo y crecimiento económico?
Esto está muy inventado: pagando mejor a los trabajadores y redistribuyendo mejor a través del gasto público. Esto se inventó en los años 30 del siglo pasado.
¿Qué le parecen los nuevos Presupuestos Generales del Estado?
Ha habido mucho debate si son los PGE de un Estado pequeño o grande... A mí lo que me preocupa es la eficiencia, y nuestro Estado no es eficaz. Hay suficientes pruebas e informes que demuestran que en España no paga más el que más tiene ni recibe más el que más necesita. Tenemos un Estado que no recauda bien y no redistribuye bien, y ese es para mí el verdadero problema. Eso va más allá de estos presupuestos y creo que es para mí el tema relevante.
¿Cómo cree que se podría resolver?
Abriendo el debate sobre la fiscalidad, ¿estamos de verdad pagando los impuestos que tenemos que pagar y los está pagando la gente que lo tiene que pagar? Hay mucho debate de que esta crisis ha hecho aflorar un nuevo tipo de pobreza y de marginación social a la que sencillamente no están llegando los instrumentos puestos en marcha a través de los PGE o la Seguridad Social. A lo mejor hay que crear otros nuevos como un ingreso mínimo vital, para hacer frente al nuevo tipo de pobreza que está surgiendo. Esta semana, el Banco de España ha sacado un informe y dice una cosa interesante: toda la competitividad que ha ganado la economía española se debe a un único factor: la bajada de salarios. No ha habido ajustes de márgenes empresariales ni mejoras de eficiencias empresariales, al menos globalmente. En el último informe de Cotec estamos a la cola de Europa en materia de investigación y desarrollo, de todo eso se tiene que hablar en algún momento.
¿En I+D cuánto debería invertir el Gobierno?
El Gobierno debería comprometerse a cumplir lo que ha dicho que va a cumplir, que es marcarse el 2% del PIB para el 2020...pero desde que lo dijo está yendo en dirección contraria. El resto de países de la UE están avanzando hacia la economía del conocimiento y la IA, y aquí seguimos discutiendo si subimos los salarios o no.
Las cuentas de este año han estado de todas formas condicionadas por la situación en Cataluña, ¿qué solución avista para el procés, teniendo en cuenta que Sánchez ha apoyado al Gobierno?
No creo que sea una cuestión de apoyar o no al Gobierno. Yo apoyo mi propia concepción de España y el artículo uno y dos de la Constitución. Apoyo mi idea de España, que incluye la unidad y la lucha contra el independentismo. No sé cuál es la solución, lo que sí que tengo muy claro es que lo que hemos hecho unos y otros no ha funcionado. Lo que está siendo el actual presidente de la Generalitat no ha funcionado ni va a funcionar...y creo que lo que se ha hecho desde el Gobierno de España, aunque haya podido funcionar, ha tocado techo, y en algún momento tendremos que intentar otra cosa.
¿Cuál?
Si tuviera la solución...primero la patentaría...Es evidente que pasa por dos cosas. El Gobierno de España no puede obviar que la mitad de los catalanes dicen que no quieren seguir viviendo con nosotros. Y el Gobierno de la Generalitat no puede obviar que la otra mitad de los catalanes no se quiere independizar. Creo que si los dos Gobiernos asumieran esas dos realidades entonces podría fluir un diálogo productivo.
El camino para usted pasa por una reforma constitucional…
Va a ser difícil no hacerlo. Yo formé parte de un Gobierno que hace diez años ya planteó una reforma constitucional. No fue posible entonces, a lo mejor es que llevamos diez años de retraso.
Desde un punto de vista económico, ¿usted tiene una idea de cómo se pueden paliar los efectos del procés?
Depende de lo que pase a partir de ahora, hay medidas que ya han ocurrido. Las empresas que ya han dejado su sede social de Cataluña, a corto plazo, veo difícil que lo puedan revertir. De estancarse la situación, el riesgo que corremos es un declive progresivo de la situación económica en Cataluña y en España.
Se habla de una especie de ‘mejora’ del encaje económico de Cataluña en el sistema de financiación autonómica para ‘paliar’ el independentismo…
Llevamos ya años de retraso no solo en revisar la relación entre Cataluña y España sino entre todas las comunidades autónomas y el Estado. El modelo de financiación autonómica debería haberse revisado hace tres años. Creo que esto podría ayudar a un cambio pero no creo que el principal problema de los catalanes que se quieren ir se resuelva solo con financiación.
A nivel estatal, en cualquier caso, ¿cómo valora la gestión del líder de su partido, Pedro Sánchez?
No estoy en el día a día del partido, aunque tengo mi opinión. Yo apoyé y voté a Pedro Sánchez, y haré todo lo posible por que sea el próximo presidente de España.
O sea que para usted es el mejor líder que puede tener el PSOE…
Bueno, es el líder que tenemos, y al que yo apoyé. Era el mejor de los que había.
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