Economía

Los empresarios gallegos quieren que Escotet les devuelva su inversión en Novagalicia

Un grupo de 17 industriales aportaron 70 millones en Novagalicia, que perdieron tras la operación acordeón previa al rescate. Esta situación provocó una oleada de demandas contra el FROB y la entidad. Los empresarios esperan que el nuevo dueño restituya su inversión.

  • Afectados por las preferentes de Novagalicia.

Ya se han cruzado los primeros mensajes. El grupo de empresarios gallegos que perdió su inversión de 70 millones en Novagalicia confía en poder llegar a un acuerdo con su nuevo propietario Juan Carlos Escotet para evitar el ruido judicial que comenzará en los próximos meses. El primero de esos juicios se celebrará el 30 de abril de 2014 y dilucidará la demanda de Hierros Añón, que invirtió 25 millones, contra el FROB y Novagalicia. De esta manera, se abre otro nuevo frente para el propietario de Banesco, que también tendrá que dar una solución a los preferentistas que son dueños de un paquete del 11% de la entidad gallega.

Precisamente ha sido Manuel Añón el primero de este grupo de inversores en realizar los primeros movimientos con el nuevo propietario de Novagalicia. Añón, que espera una llamada del nuevo propietario de Novagalicia, estaría dispuesto a retirar la demanda judicial que presentó por la pérdida de su inversión de 25 millones en la entidad gallega.

Añón fue el empresario del grupo de 17 inversores que más fuerte apoyó uno de los intentos de privatización de la entidad antes de su rescate. De los 70 millones que invirtieron este grupo de 17 empresarios, Añón se hizo cargo de algo más de un tercio. Este grupo de industriales entró en Novagalicia tras la llamada del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para ayudar a la recapitalización del banco gallego.

La inversión de Añón, según publicó este viernes el Faro de Vigo, formaba parte de un acuerdo con José María Castellano para recuperar los 100 millones que tenía en la cartera industrial de Caixa Galicia. Añón batalló por rescatar los 100 millones invertidos en 2007 y que suponían entonces un 5,6% de la corporación, y lo consiguió pese a que en 2011 en plena crisis económica la cartera industrial ya valía muchísimo menos. A cambio, 25 millones de los que 75 millones que recuperó debía invertirlos en NCG. Otros 25 millones ya los había cobrado como accionista a través de las plusvalías de las ventas de las participadas y de los dividendos que aportaban las empresas de la corporación.

Acuerdo previo de Añón con José Luis Méndez

Este pacto fue posible porque había un acuerdo previo cerrado en 2007 con el entonces consejero delegado de la Corporación Caixa Galicia, José Luis Méndez Pascual (hijo del exdirector general de Caixa Galicia), que le garantizaba la recompra y toda su inversión al cabo de cinco años o una vez que la caja se fusionase con alguna entidad, como sucedió en 2010 al unirse a Caixanova.
Añón entonces amenazó con demandar a NCG, pero al final no fue necesario. Tras perder los 25 millones por la operación acordeón sí presentó demanda judicial contra la decisión del FROB y ahora busca llegar a un acuerdo con Banesco sin esperar a la sentencia.

Al igual que Añón, este grupo de accionistas perdió su 2,59% en Novagalicia tras la operación acordeón -reducción de capital a cero y ampliación posterior por el importe de la ayuda europea para dejar la entidad recapitalizada- realizada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Ante esta situación, el grupo de empresarios gallegos inició la batalla judicial para intentar recuperar su inversión frente al FROB y la propia Novagalicia. Primero, presentaron un recurso contra el FROB por la vía contenciosa-administrativa. En este primer paso, los empresarios recogieron un informe que cifraba la valoración que realizó el FROB de Novagalicia. Por entonces (finales de 2011), el organismo del BdE valoraba a la entidad gallega en el entorno de los 180 millones de euros, según explican fuentes cercanas a estos empresarios.

Un año después, sin embargo, el valor de Novagalicia arrojaba una déficit cercano a los 3.000 millones, debido a que la recapitalización con el dinero proveniente de Europa (5.425 millones). Además, los empresarios alegaron en sus primeros movimientos judiciales que conocieron en abril de 2012, meses después de su inversión, que se reformularon las cuentas del banco de 2011, por cambios contables en la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, que arrojaron unas pérdidas para el banco de 168 millones.

"No se puede decir que 'no' a Feijóo"

"De haber conocido todas estas circunstancias, la decisión acerca de la inversión hubiera sido otra muy diferente. Este grupo no entró en la entidad para hacer negocio, sino para ayudar", explican desde el entorno de un par de estos empresarios, que recibieron la llamada de Feijóo para acudir a la ayuda de la entidad gallega. "Había poco margen para una negativa", insisten estas fuentes.

"Además, como Castellano y González Bueno (presidente y consejero delegado de la entidad, respectivamente) también ponían dinero de su bolsillo, pues eso ponía un plus de tranquilidad", confirman. En este sentido, ninguno de los dos directivos de la entidad tiene previsto sumarse a estas denuncias contra el FROB.

En este recurso, los empresarios también denuncian que el FROB, accionista mayoritario, acordó unilateralmente la ampliación de capital sin haber convocado una junta de accionistas. Más tarde, los empresarios comenzaron a demandar de forma individual tanto al FROB como a Novagalicia.

En esos 17 primeros inversores figuran quince grupos empresariales y dos empresarios a título particular. Con una inversión media de 3,7 millones por inversor, la lista facilitada por la entidad incluye a los grupos Azkar, Cumagal, Copasa, Egasa, Gadisa, Hierros Añón, Hijos de Rivera, Inveravante, Inversión Gallega de Cable; Igalux Innova, Jealsa Rianxeira, Ranave; Rodman y San José.

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