El Gobierno creará las “cuentas de ahorro para la jubilación”. Se trata de depósitos que –como las antiguas cuentas de ahorro vivienda—servirán para ingresar fondos y por los que se desgravará hasta el momento de la jubilación, según han revelado a Vozpópuli fuentes del Ejecutivo. El Gobierno está trabajando ya en articular qué activos que podrán ser incluidos en esas cuentas pero esas mismas fuentes adelantan que podrán depositarse en ellas efectivo, acciones, bonos u otros instrumentos de deuda pública y ahorro a largo plazo que cumplan ciertos “requisitos de indisponibilidad durante un plazo de tiempo determinado”.
Los depósitos que cumplan "requisitos de indisponibilidad durante un plazo de tiempo" podrán desgravarse
El objetivo de las nuevas cuentas de ahorro para la jubilación es "ampliar la competencia entre los activos que constituyen el ahorro”, tal y como han recomendado la OCDE y el comité de sabios al que se encargó la reforma fiscal. Así, esas cuentas permitirán incentivar con desgravaciones la inversión en bolsa o deuda pública con el compromiso de que esas inversiones se mantengan durante un plazo determinado y estén orientadas hacia el pago de la jubilación. La decisión política de crear esa cuenta de ahorro está tomada ya aunque los criterios técnicos de cuantías y productos todavía no han sido ultimados, concluyen esas fuentes.
El Ejecutivo fomentará así el complemento a las pensiones públicas, después de que haya intentado también reforzar la inversión en fondos de pensiones privados. Para ello, el Ejecutivo recortó las comisiones máximas que les permitía cobrar a sus clientes. La Ley de Reforma de las Pensiones fijaba la comisión máxima de gestión en el 1,5% frente al 2% anterior y obligaba a rebajar las comisiones de custodia del 0,5% al 0,25%.
Junto a esa desgravación de entrada, el Gobierno contempla también una mejora del tratamiento fiscal en su salida, es decir, cuando se rescaten esos fondos. Para ello, el Gobierno va a rebajar también la llamada "fiscalidad del ahorro" que, tras la última subida de impuestos, quedó fijada en un mínimo del 21%. El Gobierno pretende aplicar una rebaja que fuentes de Economía describen como "sustancial" a la tributación del ahorro.
Limitar la desgravación de los planes de pensiones
Fuentes del Gobierno adelantan que Hacienda estudia, además, recortar las desgravaciones máximas que se permiten a quienes invierten en un fondo de pensiones y que en la actualidad permiten una desgravación con un tope fijo máximo de 10.500 euros anuales y uno límite variable del 40% del total de la renta de quien contribuye, de su base imponible.
Entre las fórmulas que estudia el Ministerio de Hacienda está la de reducir las desgravaciones de que gozan a día de hoy a cambio de disminuir también los impuestos que pagarán el día de mañana. Esa fórmula, que Hacienda está consultando ya con los grupos parlamentarios, implicaría que las cantidades que se rescataran el día de mañana recibirían ventajas fiscales a la hora de pagar el IRPF de forma que Hacienda cobraría un tramo normal a la pensión y un tramo más reducido a los "ahorros complementarios".
El espejo alemán del riester rente
El modelo de "las cuentas de ahorro jubilación" se miran en el espejo aleman del riester rente implantado por el canciller Schroeder. Ese sistema permite que los ciudadanos germanos depositen en cuentas bancarias inversiones de compañías de seguros o bonos del estado que quedan bloqueados durante unos años y que cuentan con desgravaciones fiscales.
El sistema alemán permite una desgravación inversamente proporcional a la renta disponible de los ciudadanos. Así, las rentas más bajas obtienen desgravaciones más altas y viceversa. Sin embargo, ese sistema ha sido criticado en Alemania porque favorece a las rentas más altas y medias-altas, las únicas que tienen capacidad de ahorro y de reforzar las pensiones públicas.
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