La Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España han presentado ante el Supremo de Estados Unidos argumentos para defender que el cuadro 'Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia', de Camille Pissarro, expoliado por los nazis, debe ser devuelto a los descendientes de sus antiguos propietarios, y retirado del Museo Thyssen de Madrid.
El cuadro de Camille Pissarro, pintado en 1897, se expone en el Thyssen desde el año 1993, y está valorado en 30 millones de dólares. La obra era propiedad en la década de los años treinta del pasado siglo de Lilly Cassirer y su marido, quienes lo vendieron de forma forzosa por 360 dólares para conseguir huir de la Alemania nazi y establecerse en Inglaterra.
El cuadro fue saqueado por los nazis en el Holocausto y que el Thyssen esté financiado por el Gobierno español ofende a los judíos en España, advierten las asociaciones
En 1976, el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza adquirió el lienzo al dueño de una galería de Nueva York, por 275.000 dólares. Los nietos de aquel matrimonio judío llevan 15 años pleiteando y reclamando la propiedad del cuadro.
El Tribunal de Apelación de EEUU determinó en agosto de 2020 que la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza es la legítima propietaria del cuadro. Lo hizo después de que los Cassirer apelaran la decisión de otro juzgado de California que, a mediados de 2019, también concluyó que la Fundación Thyssen era el dueño del lienzo.
Sin embargo, el pasado 30 de septiembre, el Tribunal Supremo de Estados Unidos (semejante a lo que sería en España el Tribunal Constitucional), admitió a trámite la solicitud de revisión de sentencia presentada por la familia del antiguo propietario de la pintura, algo excepcional en el sistema judicial estadounidense.
Las dos principales asociaciones judías en España, representadas por B. Cremades & Asociados, se han personado ante el máximo tribunal de justicia estadounidense
Las dos principales asociaciones judías en España, representadas por el despacho español B. Cremades & Asociados, se han personado recientemente ante el máximo tribunal de justicia estadounidense reclamando que el cuadro, tanto bajo Derecho español como Derecho estadounidense, debería ser devuelto a la familia Cassirer.
En su escrito al Supremo, las asociaciones judías españolas explican que su intención es dar "voz a la comunidad judía que todavía hoy se recupera de uno de los mayores genocidios de la historia y de los efectos de los delitos cometidos durante ese periodo".
Y advierten que siendo el Thyssen una "institución financiada por el Gobierno" se ofende a la población judía en España al mantenerse en posesión del museo "una obra artística saqueada por los nazis durante el Holocausto".
Thyssen, encubridor
En su escrito al Supremo de Estados Unidos, las asociaciones indican que, hasta ahora, los juzgados estadounidenses han aplicado la Ley española al caso, pero, aseguran, desde la misma Ley española la pintura debería ser entregada a los demandantes.
El Juzgado de California indicó que el barón Thyssen, siendo un experto, debió haber sospechado del origen de la obra
Bajo la Ley española, dicen, debería aplicarse el artículo 1956 del Código Civil ("las cosas muebles hurtadas o robadas no podrán ser prescritas por los que las hurtaron o robaron, ni por los cómplices o encubridores, a no haber prescrito el delito o falta, o su pena, y la acción para exigir la responsabilidad civil, nacida del delito o falta").
El Juzgado californiano que en mayo de 2019 concluyó que el Thyssen era el legítimo propietario del cuadro, advirtió, no obstante, que el barón, siendo un experto coleccionista de arte (entre otras razones), debió haber sospechado del origen de la obra.
"El Tribunal no tiene más remedio que aplicar la Ley española y no puede obligar al Reino de España o a la Fundación Thyssen a cumplir con sus compromisos morales", sentenció el tribunal estadounidense.
Las asociaciones judías sostienen que el Thyssen debe ser considerado encubridor del expolio nazi del cuadro de Pissarro
Por esta razón las asociaciones judías en España sostienen en su escrito al Supremo que el Thyssen debe ser considerado encubridor del expolio del cuadro.
El Thyssen "eligió deliberadamente no investigar la procedencia de la pintura más allá de 1980, en lugar de concluir que el barón probablemente había adquirido la pintura a través de las leyes de prescripción adquisitiva de Suiza", señalan.
La representación legal del Thyssen, y también la Abogacía del Estado, han defendido hasta ahora que para aplicar el artículo 1956 del Código Civil, el barón Thyssen debía haber sido condenado anteriormente como encubridor del delito en cuestión.
Las asociaciones judías sostienen en su reciente escrito al Supremo estadounidense que la legislación española "no exige que alguien que recibe una propiedad robada sea declarado penalmente responsable para ser encubridor en virtud del artículo 1956". Y acompañan su argumentario con sentencias de tribunales españoles que avalarían sus tesis.
Los Principios de Washington
Las asociaciones judías recuerdan en su escrito al Supremo de Estados Unidos que España firmó en 1998 los Principios de Washington, por el que las naciones firmantes se comprometían a restituir a sus propietarios obras confiscadas por los nazis. También que, en 2009, los países que firmaron aquel compromiso lo revalidaron, mediante la firma de la Declaración de Terezin.
La población judía en España está formada por 45.000 personas; en el país hay más de 30 sinagogas
El Juez de California que sentenció hace tres años que el cuadro de Pissarro era propiedad del Thyssen apuntó en todo caso que la "negativa de la Fundación Thyssen es inconsistente con los Principios de Washington y la Declaración de Terezin".
La Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España subrayan que comparten con el Juzgado estadounidense "la decepción por la vergonzosa negativa del Reino de España de cumplir con tales compromisos".
En la actualidad, la población judía en España está formada aproximadamente por unas 45.000 personas. Los judíos españoles mantienen instituciones educativas en todas las comunidades, así como colegios específicos para enseñanza Infantil, Primaria y Secundaria, en Madrid, Barcelona y Melilla.
Existen más de 30 sinagogas en el país, algunas con capacidad de hasta 800 personas. Cementerios judíos hay en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Melilla, Ceuta, Palma de Mallorca, Benidorm y La Línea de la Concepción.