Economía

KFC, la receta que llevó al éxito al muy veterano Coronel Sanders

El fundador de la famosa cadena de franquicias no alcanzó el éxito hasta los 62 años, dos décadas después de abrir su primer restaurante para camioneros en Kentucky

Harland Sanders, de familia de ascendencia irlandesa, nació en Henryville (Indiana) un 9 de septiembre de 1890 y fue el hijo mayor de tres. Su padre falleció cuando él tenía 5 años, por lo que tuvo que trabajar desde muy joven en la granja familiar. Sólo aguantó en la escuela hasta los 12 años. Por culpa del maltrato de su padrastro, se muda a la residencia de sus tíos, cerca de New Albany, en el mismo estado. A los 15 se alistó en el ejército de Estados Unidos con un certificado falso. Era, y en algunos casos sigue siendo, una forma de huir de la pobreza, ya que allí ofrecían sustento y educación. Cumplió su servicio militar en Cuba, y por suerte no tuvo que participar en ninguna acción bélica. Si es conocido como “Coronel Sanders”, como veremos, no es por su carrera militar.

Luego de completar su servicio militar en Cuba, se trasladó a Alabama, donde contrajo matrimonio con Josephine King (con ella tuvo 3 hijos) de la que se divorciaría en 1947. Estudió leyes por correspondencia, mientras pasó por una serie de trabajos tales como marino de un barco a vapor por el río Ohio, vendedor de seguros, de llantas, granjero, bombero de ferrocarriles… en ninguno tuvo éxito. 

Nada indicaba que podría llegar a ser un empresario famoso. Consiguió una cierta estabilidad económica con 39 años cuando, tras ocupar varios puestos en diferentes gasolineras del centro de los Estados Unidos, abrió una propia en las afueras la pequeña ciudad de Corbin, al sureste del estado de Kentucky, en 1929. Y se le ocurrió ofrecer pollo frito, primero cocinado en sartén –donde tardaba media hora- y luego en olla a presión –mucho más rápido-, a los conductores que paraban a repostar. Ese primer “restaurante” (entonces era el “Sanders Café”) es hoy es un museo de KFC llamado Harland Sanders Café and Museum. Su fama de buen cocinero lo llevó en 1935 a ser nombrado “Coronel”, una condecoración honorífica que se le da a los habitantes destacados de Kentucky.

Su receta de pollo frito con 11 hierbas y especias unidas a la harina, no fue patentada hasta 1940 (y fue secreta hasta que fue desvelada al público en 1983), cuando, gracias a que un año antes un crítico gastronómico lo incluyó en una guía de los mejores restaurantes, su popularidad salió de las fronteras de Kentucky. Sanders aprovechó su éxito para abrir un motel, el primero en Kentucky. Hizo bien porque la construcción de una nueva carretera, que desvió el tráfico, y el racionamiento provocado por la II Guerra Mundial, le hubiera llevado a la quiebra al tener que cerrar la estación de servicio.

Su fama de buen cocinero lo llevó en 1935 a ser nombrado “Coronel”, una condecoración honorífica que se le da a los habitantes destacados de Kentucky

En 1948, un año después de su divorcio, Sanders se casó con una empleada de su restaurante, Claudia Price, con la que permaneció hasta el fin de sus días. Tenía casi 60 años y aún nadie se podía imaginar el éxito tan enorme que le estaba esperando. En 1950 vende su negocio por 75.000 dólares, cultiva su icónica imagen de chaqueta blanca y corbatín negro, y se dedica en exclusiva a promocionar su pollo frito abriendo franquicias a las que llamó Kentucky Fried Chicken. El trato ofrecido era que debían pagarle 5 centavos por cada pollo frito vendido con su receta. En 1952, en Salt Lake City (Utah) se abrió el primer restaurante de la franquicia, que luego comenzó a expandirse por todo Estados Unidos.

El éxito por fin llegaba a la vida del “Coronel” Sanders… ¡con 62 años! Y poco tiempo después decide medio jubilarse ya que en 1964 vendió Kentucky Fried Chicken a un grupo inversor por 3 millones de dólares, más un salario vitalicio de 40.000 dólares al año para hacer apariciones públicas como embajador de la marca. Dicho sueldo llegó a incrementarse hasta unos 200.000 dólares anuales por ser la imagen publicitaria de la compañía hasta su muerte, si bien en 1970 ya abandona su puesto en Consejo de Administración. 

Expansión de KFC

Hizo bien, los nuevos dueños se expandieron con demasiada rapidez y hasta tuvieron que cerrar franquicias antes de vender la compañía en 1971, por 700 millones de dólares, a la empresa de bebidas alcohólicas Heublein, que tardó casi una década en volver a llevar al grupo a los beneficios y a ampliar la expansión internacional. La multinacional tabaquera R. J. Reynolds absorbió Heublein en 1982 y se hizo con el control de KFC.

Sin embargo, no tuvo mucho interés en mantener su inversión y en 1986 lo vende, por 840 millones de dólares, al grupo alimenticio PepsiCo, que ya controlaba Pizza Hut y Taco Bell. En 1992 los beneficios de las franquicias internacionales superaron por vez primera a los de las nacionales, lo que llevó a sus nuevos dueños a ampliar aún más la expansión internacional. Sigue perteneciendo a Pepsico en la actualidad, si bien la filial para gestionar las cadenas de alimentación se denomina Yum! Brands y cotiza en el New York Stock Exchange desde 1997 aunque hasta 2006 se llamaba Tricon Global Restaurants, Inc.

En cuanto a Harland Sanders, aún tuvo tiempo para un nuevo proyecto, si bien más modesto: en 1968 inaugura un restaurante familiar en Shelbyville con el nombre de su esposa, que actualmente sigue funcionando como Claudia Sanders' Dinner House. Murió de leucemia en 1980 y fue enterrado con su más famosa vestimenta. Su epitafio bien podría haber sido una frase suya que se ha vuelto viral: “Sólo he tenido dos reglas: Haz todo lo que puedas y hazlo lo mejor que puedas. Es la única manera en la que lograrás grandes cosas en la vida”.

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