Economía

El perfil del defraudador corporativo: directivo de entre 36 y 55 años y con 6 de antigüedad en la empresa

Los analistas forenses de KPMG reconstruyen tras los últimos escándalos contables el perfil del defraudador: se trata de un directivo de entre 35 y 55 años, con más de 6 años de antigüedad en la empresa. Suele contar con, al menos, cinco cómplices y su fraude suele pasar desapercibido durante cinco años.

En plena alarma por la creciente corrupción, los analistas forenses de las empresas –encargados de reconstruir cómo se han producido problemas y fraudes contables—han elaborado el retrato robot del defraudador: se trata de un directivo con al menos 6 años de antigüedad en la compañía y con un perfil de edad entre 36 y 55 años. El perfil es el resultado del análisis realizado por 42 equipos especialistas en contabilidad forense de KPMG, encargados de revisar 596 escándalos en 78 países y recogido en un documento titulado "perfiles globales del defraudador". Según esos estudios, los defraudadores mantienen sus actitudes delictivas durante más de 5 años sin ser detectados en tres de cada cuatro estafas detectadas. 

Según ese estudio, el gran fraude corporativo –el que supera la apropiación indebida de más de 5 millones de dólares—sólo se realiza en solitario en 1 de cada 10 casos. En el 21% de las ocasiones, son tramas de fraude las que llevan a cabo esos desfalcos. De hecho, el defraudador cuenta con al menos un cómplice en la empresa en el 70% de los casos y entre 2 y 5 socios en más de la mitad de las ocasiones. 

Por el contrario, la actuación en solitario suele corresponderse con fraudes de pequeñas cuantías, inferiores a los 50.000 dólares, en casi la mitad de las ocasiones.

Cinco años en detectar el fraude

El fraude en las empresas suele pasar desapercibido durante años. Es lo que constatan los informes forenses que cifran en hasta cinco años el tiempo transcurrido en la detección. Según esos análisis, la estructura del fraude puede comenzar como una acción individual pero suele contar con, al menos, cinco cómplices dentro de la empresa.

Esas estructuras de fraude suelen prolongarse en el tiempo hasta dar lugar a estructuras que perviven durante un lustro en la compañía. Eso aumenta la cuantía de lo defraudado hasta superar los 500.000 euros en las grandes empresas.

El perfil es el resultado del análisis realizado por 42 equipos especialistas en contabilidad forense de KPMG, encargados de revisar 596 escándalos en 78 países.

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