AGC Equity Partners, fondo con sede en Londres y controlado por inversores kuwaitíes, ha recurrido la adjudicación de la Ciudad Financiera a Santander y reclama la anulación del proceso.
El fondo participó en la puja de la sede del primer banco español en Boadilla del Monte (Madrid) organizada el pasado año, pero quedó fuera al ser su oferta superada por la de los hermanos Reuben (inversores británicos de origen indio), y la del mismo Banco Santander.
La sociedad de inversión con sede en la capital británica, explican las fuentes consultadas, basa su solicitud de anulación del proceso en que la venta a Santander del activo, acordada con los hermanos Reuben el pasado mes de julio, habría sido por debajo del precio estipulado en la subasta organizada por el juzgado a cargo del concurso de acreedores de Marme, antiguo propietario de la Ciudad Financiera.
AGC ya estuvo a punto de quedarse con la Ciudad Financiera en 2017, cuando presentó una oferta de 2.800 millones
Santander vendió entre 2007 y 2008 la Ciudad Financiera a Marme Inversiones, sociedad constituida por los financieros Glenn Maud y Derek Quinlan, que acordaron con los Botín ser sus caseros hasta 2048, año en el que la entidad presidida por Ana Botín podría recomprar su sede.
Marme entró en concurso de acreedores en el año 2014 al no poder hacer frente al pago de los cerca de 2.000 millones de euros que costó la sede del banco español. La liquidación de Marme ha incluido un complejo proceso de venta de la Ciudad Financiera para pagar a los acreedores, entre ellos Caixabank, el antiguo The Royal Bank of Scotland e ING.
A ese proceso de subasta, que se puso en marcha en el segundo semestre de 2018, acudió el banco presidido por Ana Botín, y también el fondo AGC y los hermanos Reuben, que presentaron su oferta a través de una sociedad constituida en España para llevar a cabo la operación, Sorlinda.
El pasado mes de noviembre, la administración concursal de Marme designada por el juez, anunció que la mejor oferta presentada por la Ciudad Financiera había sido la de los hermanos Reuben, algo más de 3.000 millones de euros.
La administración concursal no se ha pronunciado todavía sobre la solicitud de AGC de anular la subasta de la sede del Santander
En julio, Santander acordó con los hermanos británicos la compra de su sede, por un precio no desvelado, a través de la adquisición de Sorlinda.
Ahora AGC Equity Partners -con el que este diario ha contactado para tratar de ampliar la información, sin obtener respuesta- pretende tumbar ese acuerdo entre los Reuben y Santander y el proceso de subasta.
El fondo ya estuvo cerca de quedarse con la Ciudad Financiera en 2017, cuando acordó con el primer banco español y los acreedores presentar una oferta por el activo cercana a los 2.800 millones de euros.
De acuerdo a fuentes conocedoras del proceso, Santander ha cumplido con las obligaciones asumidas por los hermanos Reuben -la asunción de los pasivos de Marme- al comprar Sorlinda.
Varios acreedores han recurrido la adjudicación solicitando que se paguen intereses, en base a dos sentencias recientes del Tribunal Supremo sobre la cuestión en el ámbito concursal -una dice que los créditos privilegiados no devengar intereses moratorios, y otra pone ciertas condiciones a los intereses remuneratorios-.
De momento, explican las fuentes consultadas, la administración concursal designada por el juzgado en el concurso de Marme se ha opuesto a esta última pretensión, pero todavía no se ha pronunciado sobre la reclamación de AGC, que solicita la anulación del proceso de subasta.
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