El mercado laboral español sigue lleno de puntos débiles, a pesar de que atraviesa por uno de sus mejores momentos, con cifras récord de ocupación y afiliación a la Seguridad Social, paro a la baja, reducción paulatina de la temporalidad.... Pero siguen sin desaparecer las referencias a la precariedad, los sueldos muy bajos, los contratos de muy corta duración y, especialmente, al subempleo.
El Instituto Nacional de Estadística define el subempleo como el “conjunto de ocupados que desea trabajar más horas, que está disponible para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal”.
Según los últimos datos del INE, en España, a cierre del primer semestre de este año, había 1.683.000 trabajadores subempleados, lo que representa un 8% del total de ocupados, que era a 30 de junio pasado de 21,056 millones, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa.
Los más afectados por esta deficiencia del mercado laboral son aquellos que cuentan en su curriculum académico con estudios superiores. Son 575.000 los titulados superiores que están desarrollando tareas que no se corresponden con sus conocimientos. Cerca de uno de cada tres subempleados ha finalizado sus estudios superiores (31,26%). Este porcentaje está por encima de aquellos trabajadores que han completado la primera etapa de educación secundaria y similar (522.700, el 31,05%) y de los 271.400 que han acreditado la segunda etapa de educación secundaria con orientación general (271.400 trabajadores, el 16,1% del total).
En los años 70 y 80, finalizar los estudios superiores en cualquier universidad española era un orgullo para los progenitores, porque era sinónimo de empleo inmediato, indefinido, generalmente bien remunerado y que llevaba asociado el reconocimiento social. Hoy, 50 años después, las cosas han cambiado y muchas de las titulaciones universitarias tienen salidas laborales muy complicadas. A unas pocas semanas de que comience el curso laboral conviene pensar detenidamente cuáles pueden ser las mejores opciones.
Evolución del subempleo
El número de trabajadores subempleados, 1,683 millones, está en un nivel muy similar al que había en 2019, cuando nada hacía prever la aparición de una crisis sanitaria de dimensiones desconocidas desde hacía siglos. Entonces había 1,75 millones. En 2014, en una etapa laboral mucho más crítica, la cifra alcanzó los 2,43 millones, con 799.200 titulados superiores entre ellos. Pero eran tiempos más difíciles para el empleo.
Sin embargo, cuando la comparación en el tiempo se hace con los titulados superiores que están subempleados los datos entre 2023 y 2019 no varían mucho. Entonces había 580.300, el 33% del total. El problema se mantiene después de cuatro años y nada hace prever que tenga visos de solución a corto plazo, porque no vienen buenos meses para el empleo cuando se acabe la temporada estival.
El subempleo de quienes han finalizado los estudios superiores afecta especialmente a las mujeres. De los 575.000 subempleados de junio pasado, 375.200, el 65% del total, son mujeres, por 179.800 hombres. Esta diferencia puede tener su origen en que las mujeres son más propensas a estudiar carreras de humanidades, con salidas a un apartado del mercado laboral donde hay mucha competencia. En términos globales, las mujeres suponen el 61% del subempleo, por el 39% de los hombres. Se da la circunstancias, además, de que en las mujeres ha crecido en relación a 2018 y 2019, algo que no ha sucedido entre los varones, donde se ha reducido en un 19% desde esa fecha.
Horas trabajadas
Por término medio, un subempleado trabaja semanalmente 21,6 horas, según los datos del INE, una cifra que apenas varía en función del año que se escoja, aunque según manifiestan en la última Encuesta de Población Activa desearían trabajar 40,1 horas semanales.
El sector más propenso al subempleo es el de servicios, que con 1,44 millones de trabajadores en esas condiciones de precariedad absorbe el 86% del total, por delante de la industria (6,12%), la construcción (5,24%) y la agricultura, con el 2,86% restante. Como es obvio, afecta en su práctica totalidad (el 92%) a los trabajadores asalariados y en una mayor proporción a personas que llevan trabajando en la misma empresa más de seis años.
gwy
Disculpe, pero hace al menos un par de décadas que tener un título no garantiza nada ni, peor todavía, se corresponde con la valía profesional Una de dos (o las dos): - O el plumilla está muy desconectado de la realidad, lo cual siendo periodista hace que posiblemente sea un ejemplo de lo que comento, - O el plumilla es parte activa del problema y se rasga las vestiduras hipócritamente mientras sigue apoyando a los que degradan nuestro supuesto sistema presuntamente educativo.
Nafasy
Los de Vox no tienen nada que decir porque es el Pp el que quiere gobernar y elige. De expeperos nada, son de Vox. Que mugre van a tener si nunca han gobernado, eso tu Pp que quiere tapar a un corrupto como Revilla para pillar cacho, y se tapan mutuamento sus corruptelas porque todos son mafia menos Vox. Que la militancia esta hasta las narices, donde y cual militancia, la de su imaginación? Vox no puede hacer nada puesto que no es el q tiene suficientes escaños para gobernar o gacer pactos, esos les corresponde a la Pp. Es a la Pp a la q tiene q pedir cuentas, no a Vox.
Luzmasluz
Lo que vale el trabajo de un empleado, licenciado o no, por cuenta ajena, lo determina el mercado... Pero el propio empleado tiene plena libertad para cambiar de empleo... no estamos en una economía "dirigida"... Si te parece que no cobras/te pagan suficiente, cambia de empelo y/o calla la boca...