Joan Laporta se agarra a la Superliga en pleno caso Negreira. El presidente del Barcelona invitó personalmente al CEO promotor del torneo que preside Florentino Pérez, el alemán Bernd Reichart, al palco del Camp Nou para el Clásico del pasado domingo. Un encuentro del que la transmisión de LaLiga no llegó a dar imágenes pero que se produjo en medio de la histórica ausencia del propio presidente del Real Madrid tras cancelar Laporta la tradicional comida de directivas. Un distanciamiento entre presidentes que tendría más de show para sus respectivas aficiones que de realidad por los vínculos contractuales que mantienen.
Oficialmente, un portavoz del Fútbol Club Barcelona apunta a este diario que, "según les consta", la visita de Reichart se "enmarcó en acciones que tenía previstas con medios de Barcelona" y que "vio el partido en el palco junto a otras docenas de personas y quizá dentro del palco se saludó con el presidente del Barça". Otras fuentes próximas a las partes corroboran a Vozpópuli que Reichart fue "invitado por el presidente Joan Laporta".
De acuerdo a los mismos informantes, la relación de la empresa promotora de la Superliga, A22, sigue siendo de "excelente sintonía", por igual, tanto con el Barcelona como con el Real Madrid. Paralelamente, según pudo saber ya este diario de fuentes cercanas al Madrid, el club merengue no tocaría sus relaciones contractuales con el Barcelona, al menos, hasta que se conozca la resolución del Tribunal de Justicia de la UE sobre la misma Superliga.
El presidente blanco llevaba semanas sopesando un giro en las relaciones públicas ante la presión de la masa social. Algo que hasta el momento se ha saldado con el anuncio de la personación a título particular -esto es, al margen de LaLiga- en el juicio contra el Barça por los millones que pagó al exvicepresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira.
Y es que las fuentes consultadas ponen igualmente hincapié en el frente legal que Madrid, Barça y Athletic de Bilbao mantienen juntos contra el acuerdo a 50 años de LaLiga con el fondo CVC por considerarlo ilegal. El proceso judicial pende de resolución sobre la suspensión cautelar que han pedido los tres demandantes. De concederse la cautelar, se encarecería a corto plazo la operación para el resto de clubes y se abriría un brete en su relación con el presidente de LaLiga, Javier Tebas.
La Superliga y el caso Negreira que salpica a Laporta
Por lo pronto, la patronal que preside Tebas ha sido la más activa en depurar responsabilidades por el caso Negreira que salpica al Barcelona. "Al socio de LaLiga, CVC, le preocupa el factor reputacional", señalan fuentes próximas a los clubes díscolos. LaLiga fue la primera en personarse en el proceso judicial en España y también la que, de motu proprio, elevó el caso ante la UEFA, que ahora sopesa privar al Barça de la próxima Copa de Europa.
Paralelamente, fuentes consultadas inciden en que el "factor reputacional" por el caso Negreira ha entrado ya en la mesa de las conversaciones entre las partes tras la Superliga, que pende de un préstamo de 4.000 millones del banco JP Morgan.
El contrato original del proyecto incluye una cláusula de "integridad dentro y fuera de la Superliga" que podría afectar a los culés. No obstante, la anterior choca con otra cuestión que se desprende del contrato original: la proporción en que el Barça, como "miembro fundador", ha contribuido al inicio de la nueva competición de forma significativamente superior a otros equipos fundadores que se han desmarcado del proyecto.
Si existe una ruptura de relaciones, difícilmente vendrá del Barcelona: el propio club blaugrana ha reconocido que, de salirse de la Superliga, tendría que abonar 350 millones en penalizaciones
Los informantes cotejados discrepan así sobre las medidas que podría tomar Florentino Pérez en su condición de presidente de la Superliga contra quien pese a añejas diferencias es hoy su bastión. En cualquier caso, si finalmente se produce una ruptura de relaciones, difícilmente vendrá del Barcelona: el propio club blaugrana ha reconocido que, de hacerlo, tendría que abonar 350 millones de euros en penalizaciones.
Por lo pronto, atendiendo a informantes consultados, el presidente merengue sí que prepara un lavado de cara para la marca de la Superliga, independientemente de cuál sea el fallo del TJUE, y con el foco puesto en los méritos deportivos en las ligas nacionales de cara a un estreno en 2025. Las mismas fuentes añaden que el presidente merengue negocia ya el proyecto con múltiples equipos al margen de los fundadores.
Una posible exclusión del Barça de la Champions -potestad de la UEFA al margen de los tribunales- no impediría su acceso a la Superliga, si bien deterioraría sus cuentas con un agujero económico de 100 millones -lo que volvería aún más necesaria para los culés la nueva competición.
Las consecuencias por el caso Negreira en España, como ser un descenso o una inhabilitación, llegarían, salvo avance de las investigaciones que alargue la presunta infracción en la jurisdicción estrictamente deportiva, tras el juicio penal, que podría demorarse hasta dos años, según fuentes jurídicas. La Superliga, en suma, sueña con un estreno tras el verano de 2025, fecha para las que el Barça precisaría mantener un puesto de privilegio en la primera división. Y es que solo por la clasificación al nuevo torneo, los culés, como miembros fundadores, podrían obtener un bonus superior a los 300 millones.
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