Dos meses después de que estallara el caso Negreira, Joan Laporta ha ofrecido su primera rueda de prensa al respecto. El presidente del F.C. Barcelona ha empezado incidiendo en que se trata de hechos sucedidos "hace muchos años" y que "no son responsabilidad de la actual Junta Directiva", si bien fue el propio Laporta quien disparó los pagos al que entonces era el número dos de los árbitros durante su primer mandato (2003-2010).
El presidente blaugrana ha denunciado una supuesta "campaña orquestada" contra el club y su "catalanidad abierta al mundo", repitiéndose en que "no es una casualidad" que el caso haya estallado ahora. Además de cargar contra el presidente de LaLiga, Javier Tebas, por su "incontinencia verbal" sobre el Barça, Laporta también ha arremetido contra el Real Madrid, personado a título particular en el juicio contra los culés, reivindicando que "durante 70 años las personas que han designado e impartido justicia en el terreno de juego han sido exsocios o exjugadores o exdirectivos del Real Madrid".
Un mensaje de advertencia al que seguirá por lo pronto siendo su socio en la Superliga contra la UEFA, Florentino Pérez -con quien el propio Laporta "ha hablado" sobre el asunto, entendiendo la ”presión social” sobre el presidente merengue y con quien ha reconocido una relación “tocada” pero de aún de ”concordia”-, mientras el ente europeo analiza sanciones contra el Barça. En este sentido, Laporta se ha mostrado confiado en que la UEFA no impedirá que el club juegue la próxima Copa de Europa.
"El FC Barcelona no ha realizado jamás ninguna actuación que tuviera como intención el alterar la competición para conseguir ningún tipo de ventaja deportiva", ha remarcado, recordando que la Agencia Tributaria no ha podido demostrar que los pagos realizados a Enríquez Negreira hayan influido en ningún resultado. El club, igualmente, está acusado por la Fiscalía de presuntos delitos de corrupción deportiva por el "intento" de influir en la Federación española para mantener buenas relaciones con ella y asegurarse "neutralidad", toda vez que la relación acabó una vez Negreira dejó su puesto en la RFEF. En cualquier caso, Laporta ha reivindicado que el vicepresidente del Comité Técnico Arbitral "no tenía capacidad de influir en los resultados".
"El asesoramiento profesional (de Negreira) no es un ilícito en sí mismo", ha afirmado Laporta, apuntando que el asesoramiento "existía y está reflejado en facturas", si bien el 'president' ha excusado que varios de estos informes se destruían pasado un tiempo y solo llegaban a las personas que tenían que llegar. La auditoría contratada por el club ha encontrado entre 2014 y 2018 629 informes técnico-arbitrales y 43 CDs con vídeos y grabaciones (por ejemplo, de partidos de la Selección española), que Laporta ha justificado incidiendo en que el prestador principal de los servicios era el hijo de Negreira, Javier Enríquez Romero, antiguo integrante del staff técnico de la Selección, pese a que quien cobraba era su padre.
De la auditoría del club se desprende que el Barça pagaba alrededor de 5.000 euros por cada informe de los Negreira
En cuanto al intermediador del Barça, Josep Contreras, el presidente se ha excusado en que el Barça no empezó sus labores con él como mandatario -si bien mantuvo los servicios de Negreira por considerarlos "interesantes"-, y que si la investigación de la Fiscalía avanza en alguna irregularidad, el Barça será la "víctima". En la misma línea, ha recordado que las facturas de las empresas de Contreras datan de 2013 a 2018, si bien ha querido "no hablar por terceros" en referencia a Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, presidentes entonces del Barça y acusados por la Fiscalía -el presunto delito de corrupción deportiva no estaba tipificado en la etapa Laporta.
Siete millones entre 2001 y 2018
Las investigaciones de la Agencia Tributaria y la Fiscalía han llegado a la conclusión de que el Barcelona ha pagado, entre 2001 y 2018, más de siete millones de euros al entonces número dos de los árbitros, José María Enríquez Negreira, por, oficialmente, informes de asesoramiento arbitral.
Según la Fiscalía, el club blaugrana lo hacía para que Negreira "realizase actuaciones tendentes a favorecer al Barça en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase". Entre las pruebas que han trascendido está el testimonio del propio Negreira, que según reproduce la Agencia Tributaria, reconoció que sus servicios buscaban garantizar "neutralidad" del arbitraje hacia el Barça.
En palabras de los investigadores, el "acuerdo verbal" entre los sucesivos presidentes del Barça y Negreira pudo redundar en que, previa "recomendación" entre las partes, "el Club dispusiera un interlocutor con la Federación que cuidara las relaciones institucionales", como así también en que el vicepresidente del CTA se cerciore de "informar o avisar de cualquier visita institucional de la RFEF o el CTA para que el Club (el Barça) mantuviera 'buenas relaciones institucionales'". Hacienda también sospecha que Negreira recomendaría "qué tarjetas amarillas o expulsiones podrían ser recurridas tras algún partido, porque la decisión arbitral pudiera ser discutible técnicamente", entre otras.
En la Agencia Tributaria existe además la presunción de que el vicepresidente de los árbitros repartía el dinero entre terceros. Dentro de LaLiga, se sospecha que la operativa obedecía a un "fondo de reptiles" para árbitros acordado entre el club y la Federación. Entre otros motivos, por el papel de Josep María Contreras, exdirectivo blaugrana también próximo al expresidente de la RFEF, Ángel María Villar.
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