La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, ha oficiado de mediadora en el acuerdo del sector lácteo al que se ha llegado este jueves en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Consiste en que "la distribución dé valor a los productos lácteos y no los utilice como reclamo", entre otras medidas. Otra medida es la recomendación de seguir el 'Modelo Mercadona', con compras a la industria-cooperativas en contratos de largo plazo que den mas seguridad, tal y como hacen los supermercados valencianos con la cooperativa del Valle de los Pedroches (Covap), que conoce año a año el precio al que va a vender su producto a los supermercados.
Estas medidas tendrán un efecto, y es que los consumidores tendrán que pagar más por la leche en los supermercados con el compromiso de que deje de utilizarse como reclamo. La ministra lo ha justificado: "La más valiosa garantía para los consumidores es tener un sector productivo que es el mejor del mundo en calidad y seguridad. En la UE es donde más garantías se exigen, estamos hablando de revalorizar la leche y los consumidores deben saber que es necesario para que se cumplan los estándares de calidad exigidos. Los consumidores exigimos mucho al sector productor y hay que estar dispuestos a pagar lo que nos están dando".
"Los consumidores exigimos mucho al sector productor y hay que estar dispuestos a pagar lo que nos están dando"
Los ganaderos están conformes y la industria también se ha pronunciado a favor en un escueto comunicado de su patronal Fenil. Sin embargo, los representantes de la distribución no han salido tan conformes con lo 'acordado'. "Parece que no hemos estado en la misma reunión", se lamentaba uno de ellos. Tal y como informó este diario hace unas semanas, otro de los acuerdos a los que se ha llegado implica mucha mayor transparencia en las compras de leche que los supermercados e hipermercados realizan a la industria, con la publicación de un índice -aún no se sabe la periodicidad que tendrá- que indique estos precios en forma de 'pull', ya que atentaría contra el secreto empresarial y la competencia que los acuerdos privados de cada empresa de distribución quedaran a la luz.
"El objetivo es que haya más valor. La industria se compromete a que la mejora de los márgenes sea compartida", ha dicho la ministra en una declaración pública después de firmado el acuerdo. Se trabaja en la redacción de un real decreto que ha de ser muy cuidadosamente redactado, pues en casos como el francés, que es el modelo que se ha venido a imitar, existen dudas sobre si se está atentando contra la libre competencia al 'recomendar' unos precios mínimos. La ministra lo ha dejado claro por activa y por pasiva no en esta, si no en todas las reuniones lácteas: "Hay unas líneas rojas que no podemos pasar, pero donde se pueda obligar, obligaremos"
Con el campo revolucionado y los ganaderos gallegos bloqueando las entradas de importantes centros de Carrefour y DIA, a los que "tenían ganas", el Gobierno cede a sus reivindicaciones: "Entendemos la preocupación cuando alguien por su trabajo no percibe los precios esperados".
Por otra parte, ha quedado patente que industria y distribución tienen posiciones contrapuestas. Para los primeros, son precisamente las marcas de la distribución, las conocidas como marcas blancas que gestionan los supermercados e hipermercados, los que tendrán que subir sus precios para así "arrastrar a todo el sector".
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