"“Yo no iría a juicio contra el Barça nunca porque es el club que amo", esgrimió Messi para justificar su marcha atrás. Se trata de la última derrota de la que parece su manera de gestionarse: fiada mayormente a lo suyo, su padre y su hermano Rodrigo, quienes le llevan los negocios y le representaron en la reunión cumbre con la directiva del Barça.
El peso de la familia, los amigos y lo amateur en sus decisiones futbolísticas y extrafutbolísticas es uno de los estigmas que siempre han perseguido al mayor genio de este deporte y que parece haberse terminado de revelar como cierto en estas últimas semanas. Como si su vida y decisiones fueran parte de un clan, el Clan Messi, en parte ajeno a las leyes que rigen la empresa del fútbol.
Casi en el extremo opuesto a su archienemigo futbolístico Cristiano Ronaldo, siempre al son de Jorge Mendes, el agente de futbolistas más poderoso y exitoso del mundo la última década. Cristiano dijo en su momento que se iba del Real Madrid de Florentino Pérez...y Jorge le consiguió una salida salomónica.
Probablemente Jorge tenga algo que ver también con el hecho de que un incansable buscador de retos como CR7, tras lucir naturalmente antipático y arrogante a los ojos del mundo, sea hoy no solo un cinco veces balón de oro sino también el rey mundial de Instagram y además una franquicia cada vez mayor de negocios con gimnasios, hoteles, fragancias y transplantes capilares.
La franquicia CR7 avanza, Messi se apaga
Mientras tanto, el actual balón de oro sigue siendo Messi (lleva seis) pero el final de su carrera, con dos años menos que CR7, nunca pareció tan cerca. Y cuando la filigrana no sale y el el balón no entra, entra lo de fuera.
Muchos entenderán, para bien o para mal, que Messi ha expresado un mero arrebato personal, incluso sentimiento, anunciando su marcha sin tener realmente atado otro club. Un ansia de querer ganar otra Champions porque, es evidente, el Barça de los fiascos y la operaciones oscuras de Josep María Bartomeu no ha sabido estar a su altura o, al menos, gestionar al hombre que ha participado directamente en 1 de cada 11 goles que hizo el Barça en sus 117 años de historia. Que quiso irse, incluso, por el trato dispensado por el flamante nuevo entrenador Ronald Koeman a su amigo Luis Suárez.
Pero muchos otros verán, como él mismo llegó a dejar traslucir, que montó está historia porque, lisa y llanamente, está mal rodeado: "jamás iría a juicio contra el Barça porque es el club de mi vida", acabó asegurando. Sí, tras seguir la instrucción de Cuatrecasas (el hasta ahora despacho del propio Barça) de mandar un burofax pidiendo irse gratis. Y horas después de que su padre Jorge emitiera un comunicado de respuesta a La Liga reivindicando la posibilidad desde un punto de vista legal. Hay quien pensará que buscó un último gran contrato ante los problemas económicos del Barça. Interpretaciones jurídicas aparte, al fin y al cabo, Messi solo ha conseguido hacerse mucho daño - para algunos, hacer el ridículo - sin ganar, al menos de momento, nada a cambio.
Frente legal
Parte de la prensa argentina llegó a especular con que la decisión final del rosarino ha estado mediada por un chantaje del Barça sobre problemas legales de su padre. "Yo a su padre no le compro un auto (coche) usado", suelen decir periodistas argentinos críticos con el entorno de Leo. Este martes declarará en la Audiencia Nacional Federico Rettori, testigo clave en la causa por presunto blanqueo contra la Fundación Messi.
"Jorge Messi es el que ha llevado todo, en España y en Argentina. La Fundación ha sido su caja B a la hora gestionar los ingresos por la imagen de Messi. Tiene una mentalidad de sacar ventaja de lo que sea, de creer que nunca le va a pasar nada. Leo probablemente no supo nada, pero su nombre impregna toda la operativa", dijo en su momento Rettori a Vozpópuli.
La causa es del todo peligrosa para la situación incluso legal del jugador, ya condenado a 21 meses por fraude fiscal. "Si lo dice mi papá firmo con los ojos cerrados", dijo en su momento en el juicio. Su hasta entonces pulcra imagen fuera de las canchas no volvió a ser la misma en España. Y habrá que ver ahora qué pasa con su relación amorosa con el Barça tras esta ida frustrada al capital del Manchester City de su amigo Agüero o del PSG de su hermano Neymar.
La web de los Messi estos días sin actualizar, su decisión de no hablar con la prensa tras el histórico 2-8 con el Bayern de Múnich o su me quedo final en la entrevista con Rubén Uría en ojotas parecen resumir que a él igual en el fondo solo le preocupa lo que pasa en el campo, su familia y sus amigos. Y eso es parte de su inigualable genio pero también, a veces, su tendón de Aquiles.
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