"El tope al gas funciona". El Gobierno repite una y otra vez esa frase cuando se le pregunta sobre la medida más mediática que han adoptado para frenar el descontrol de los precios de la luz. Y lo cierto es que España y Portugal pagan desde junio la mitad en el mercado de la electricidad que sus vecinos europeos gracias a la excepción ibérica. Pero esta intervención tiene una letra pequeña que castiga a todos los consumidores y que está castigando las últimas facturas.
"Me cambié en junio de Endesa a Naturgy por una mejor oferta de precio y para tener estabilidad ante las noticias que iba siguiendo. Mi sorpresa ha sido que, pese a ser precio estable y mantener un consumo responsable, he pagado el doble por el cargo del 'tope del gas'", explica una consumidora a Vozpópuli. Sobre una factura de luz de 13 días que se eleva hasta los 33,32 euros, 12,90 euros corresponden a esta medida del Gobierno.
Es decir, cerca del 40% de su factura corresponde a la compensación para centrales de producción eléctrica con gas o carbón que han vendido por debajo del precio de coste para cumplir con el tope al gas. Una renovación de un contrato de Endesa que comparte un lector muestra que, para su sorpresa, el 15% de la factura corresponde a la compensación del mecanismo ibérico.
Su caso es uno de los muchos que ha contactado este verano con este periódico. Su sorpresa es que están apostando, o apostaron en su momento, por las 'irresistibles' tarifas del mercado libre, con su correspondiente precio fijo para no sufrir la volatilidad de la tarifa regulada o PVPC. Este grupo pertenece a los contratos del mercado libre que han renovado después del 26 de abril y los nuevos contratos de las mismas características que se han cerrado desde entonces.
¿El que avisa es traidor?
La propia Teresa Ribera lo explicó el pasado 13 de mayo cuando anunció la medida en un Consejo de Ministros extraordinario. Pero, ante la avalancha mediática y de novedades de actualidad con la crisis energética, muchos hogares no han previsto este efecto. La ministra avisó que todos los consumidores iban a beneficiarse de la medida sin tener que hacer nada para disfrutar de ella.
"El efecto será inmediato en los consumidores con tarifa PVPC -la tarifa de luz por horas- y progresivo para el resto, que irá incorporándose al mecanismo conforme se vaya realizando la actualización de sus contratos, la renovación o el cambio. Al aplicarse durante un año completo, todos los hogares y las empresas -salvo aquellas que tuvieran un contrato a un plazo más largo- se verán beneficiados", señalaba Ribera.
¿Culpa de las compañías de luz?
El descontento de los consumidores también es con las compañías eléctricas. Empresas como Iberdrola, Endesa, Naturgy o Repsol han subido la agresividad para intentar captar la cartera de clientes del mercado libre en plena crisis. El problema es que muchos de estos nuevos contratos se realizan por teléfono y los nuevos clientes se dejan llevar por la letra grande de su nuevo contrato sin prestar atención a la letra pequeña que se les ofrece. Y cuando llega la primera factura se sienten "estafados", como lo define la consumidora anteriormente citada, y pide explicaciones a la propia compañía.
Con los datos desde el 23 de junio hasta el pasado 24 de agosto, que comparte el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el precio medio en el mercado mayorista se ha situado en 144 euros megavatio hora (MWh). A ello hay que añadir la citada compensación a las centrales de gas, que ha supuesto, de media, otros 108 euros. En total, el precio medio queda en 252 euros, frente a los 316 que habrían salido de no aplicar la excepción ibérica. Un ahorro de 64,10 euros.
"22 millones al día de ahorro"
Ribera explicaba ante los medios este verano que, desde el 15 de junio (inicio del mecanismo ibérico) hasta el 15 de agosto, el ahorro acumulado para los consumidores de electricidad que se benefician directamente del mecanismo ibérico se estima en 1.383 millones de euros. En términos diarios, este ahorro se cuantifica en aproximadamente 22 millones de euros/día desde el 15 de junio hasta el 15 de agosto.
Un hecho que ha beneficiado especialmente a los cerca de 9,5 millones de hogares acogidos a la tarifa regulada, aquellos que dependen de la volatilidad del mercado mayorista eléctrico y que ahora comparten el coste de limitar este mercado con los 20 millones de consumidores del mercado libre.
Bienvenidos a la inestabilidad
El consumidor del PVPC asume, o debería asumir, la inestabilidad de sus facturas mensuales. Un problema que no tenían los del mercado libre que, con un consumo estable, contaban con un coste similar en electricidad factura tras factura.
Ahora, con el coste del tope al gas que debe pagar, debe asumir que sus facturas tendrán un concepto variable que depende de aspectos como el precio del gas en el mercado mayorista, la demanda de electricidad o la cantidad de producción con gas o carbón que necesite el mix energético. Una inestabilidad que le durará, como mínimo, hasta mayo de 2023.
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