Economía

¿Turismo de calidad?: "No podemos vivir de emborrachar a niños de 14 años"

Este empresario y exconcejal de turismo critica el modelo de turismo low-cost e incide en la importancia del compromiso de los empresarios para fomentar destinos de calidad. 

El exconcejal de Turismo de Lloret de Mar (Gerona), que ha abandonado esta semana su puesto tras un año en el cargo, critica el modelo turístico que se ha implantado durante los últimos años en la localidad catalana. Joan Gou se ha reincorporado a su puesto en la agencia de viajes al frente de la que lleva tres décadas.

"No podemos vivir de emborrachar a niños de 14 años. Descuidar la excelencia turística nos condena a una rotación continua de turistas y a trabajar con grandes volúmenes que impiden la calidad", se lamenta en una entrevista con Crónica Global.

Gou lleva décadas trabajando con turistas y fundamenta su reproche en tres puntos principales: que el turismo no se prohibirá, que los empresarios del sector deben implicarse con la sociedad y que debe pensarse a largo plazo.

En este sentido, apunta que “no puede ser que solo quieran hacer caja rápido”. Para esto, en su opinión, “no se puede crecer por crecer”, a pesar de que los cargos públicos estén encantados con decir que cada año España recibe más visitantes. Apunta que lo importante está en el gasto per cápita, porque aunque vienen más viajeros, “el gasto por turista baja”. Añade que cuanto más turistas y menos gasto, mayor coste para el destino turístico en cuestión de agua, limpieza y energía.

"El empresario es libre de instalarse y hacer negocio. Vender barato. Pero si no tiene compromiso con el destino, será imposible hacer un modelo de calidad”

Pero su crítica no se dirige sólo contra el turismo de borrachera. Critica que a veces el supuesto “turismo de calidad” en realidad esconde una subida de precios por el mismo servicio. “Tiene que ofrecer algo mejor para que, a medio plazo, el turista fiel esté dispuesto a pagar más", explica.

La cuestión reside, según este exconcejal, en la implicación de los hosteleros. "El empresario es libre de instalarse en un sitio y hacer negocio. Vender barato. Pero si no tiene raigambre, si no tiene compromiso con el pueblo, el destino, el entorno, será imposible pivotar hacia un modelo de calidad. Ahí deben poner el acento las políticas públicas".

Con menos de 40.000 habitantes, la localidad catalana acogió a casi millón y medio de visitantes en 2015. “Lloret de Mar está hoy al 100% de ocupación. Pero, ¿hemos fidelizado al turista? No. ¿Pagaría más sin irse a otro sitio? No. Eso significa que nos hemos equivocado", remata.

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