La tensión se ha disparado por la beligerancia de un autócrata, como Vladimir Putin, y eso ha situado a las sociedades occidentales en un nivel de tensión que hacía varias décadas que no se alcanzaba. La incertidumbre se ha adueñado de las economías mundiales y la globalización ha quedado comprometida por las tensiones de la nueva Guerra Fría.
Lorenzo Bernaldo de Quirós es el presidente de Freemarket Corporative Intelligence y en esta entrevista analiza la situación económica, geoestratégica y financiera mundial. Lo hace desde una convencida posición de economista liberal y defensor de que el respeto a la propiedad privada –que no se da en Rusia- y el libre mercado conducen hacia la paz y la prosperidad.
Pregunta: ¿Cómo va a vapulear la economía esta guerra?
Respuesta: Tenemos un escenario terriblemente complicado, de difícil solución en el corto plazo. Las expectativas para las economías occidentales son malas. Desde 2008, llevamos un ciclo negativo muy largo, con una gran recesión, una pandemia y ahora... una guerra, que ha causado estragos. Es un shock brutal que profundizará los desequilibrios que teníamos.
P: Veamos, ¿cómo íbamos antes de la guerra?
R: Las economías europeas se estaban recuperando y la demanda interna aumentaba, pero el incremento del precio de los combustibles lo ha lastrado. Rusia es el líder en petróleo, segundo en gas y tercero en carbón y su shock ha provocado una enorme crisis de oferta que es muy parecida a las de 1973 y 1979.
P: Con subida de precios y costes...
R: Estamos en un escenario de estanflación, pero hay una diferencia con respecto a los años 70, y es que ahora tenemos una deuda mucho mayor. Por eso, si la guerra dura más, el impacto será mayor; y si termina pronto, estaremos en una situación igualmente complicada que nos obligará a tomar decisiones muy duras si no queremos que las economías española y europea se enfrenten a muy serias dificultades.
P: Y todavía no estábamos recuperados de la pandemia...
R: Es que todavía no se habían recuperado los canales logísticos y de distribución europeos, lo que generaba una restricción de oferta y eso presiona al alza los precios. Si se une a la crisis energética... se produce un golpe para la economía de las familias y la renta de las empresas. No te voy a engañar: el escenario es muy... muy malo.
P: ¿Es la economía rusa como esos camiones en llamas que veíamos estos días por televisión?
R: Es una economía subdesarrollada. El PIB per cápita ruso es inferior al de prácticamente todos los países de su antiguo telón de acero. Es una economía tecnológicamente retrasada, completamente fuera de la Cuarta Revolución Industrial. Está basada exclusivamente en la explotación de los recursos naturales. Allí no existe garantía básica de seguridad jurídica y derecho a la propiedad privada. Es 'despotismo oriental' puro y duro.
P: Y se encamina al desastre total...
R: La economía rusa, ante estas sanciones, va a ir inexorablemente al desplome. En el año 2013, antes de la invasión de Crimea, el PIB per cápita era de 15.000 dólares. En 2014 se introdujeron sanciones mucho más leves que las actuales. En 2015, el PIB per cápita había caído a 9.000 dólares.
P: La clave es si aguantará...
R: Mira, nos enfrentamos a una Rusia que no tiene acceso al sistema de mecanismos de pago internacionales, con una acumulación de reservas de 630.000 millones de los cuales la mitad está bloqueada en los bancos centrales europeos. Por tanto, Rusia se va a encontrar en un escenario de desplome del rublo, con una imposibilidad prácticamente crónica para generar divisas y sin capacidad para comprar tecnología occidental. El PIB ruso se va a contraer entre el 10 y el 15% este año. Después, se producirá un largo período de estancamiento.
El PIB ruso se va a contraer entre el 10 y el 15% este año. Después, se producirá un largo período de estancamiento.
P: Europa todavía puede vetar los combustibles rusos...
R: Es que si al embargo que le han hecho Estados Unidos y Reino Unido se suma Europa... eso supone 2/3 de los barriles diarios que vende Rusia en el mercado. El bofetón sería espectacular.
P: ¿Pero cómo obtendría Europa su suministro?
R: Ahí está una clave importante. La crisis rusa ha demostrado la enorme vulnerabilidad estratégica de la UE en el aspecto energético y del político. Eso pone de manifiesto que el plan de transición energética de Europa es un disparate. Si el gas es el backup del sistema en un proceso en el que se tiende a que la inmensa mayoría sea renovable... te estás poniendo en manos de los rusos. Por otra parte, es obvio que a día de hoy un sistema energético europeo cien por cien renovable no garantiza la estabilidad del suministro, pues las energías del sol y el viento son intermitentes y no se almacenan. A la UE no le va a quedar más remedio que revisar de manera sustancial sus planes energéticos y recurrir a fórmulas como la nuclear. ¡Y ya no hacen falta las grandes centrales del pasado! ¡Ahora basta con las mini-centrales nucleares!
P: Hay diferencias entre países en esta guerra...
R: Claro. Mira, Alemania e Italia son los grandes estados europeos que más dependen del gas ruso. A corto plazo, no tienen una alternativa sostenible desde el punto de vista del suministro, pero a medio, sí. El anuncio de las dos grandes centrales re-gasificadoras por parte de Alemania demuestra que está buscando alternativas. Pero, por poner los conceptos en orden: Europa no va a poder renunciar al gas. Su economía depende de los combustibles fósiles en un 70% y hay que buscar una solución en ese escenario, que es el realista. Lo otro, nos lleva al colapso.
Europa no va a poder renunciar al gas. Su economía depende de los combustibles fósiles en un 70% y hay que buscar una solución en ese escenario, que es el realista. Lo otro, nos lleva al colapso.
P: ¿Es la política energética española sectaria?
R: España es una isla energética, pero por ella pasan los tubos de Argelia y Marruecos; y si hiciéramos la interconexión con Francia, unido a las seis gasificadoras que tenemos... podríamos tener una posición privilegiada.
P: Pero reitero, ¿ha habido sectarismo en la política energética patria?
R: Es una política ideológica absolutamente incompatible con la realidad económica del país y con sus necesidades. Que un país como España, que no tiene fuentes de generación propias, tenga las centrales nucleares a punto de desaparecer... Mira, hay que extender su período de vida y permitir el desarrollo de mini-centrales. Y hay que aumentar la interconexión de gas con Francia.
P: El cambio climático...
R: Nosotros emitimos sólo el 0,6% del CO2 a escala mundial. ¡Es que esa política sectaria es una broma si se tiene en cuenta eso!
P: Tenemos una oportunidad de ser referencia en algo y ganar dinero. Verá usted cómo vuelve a salir mal...
R: En este país, pasa siempre lo mismo. Hay un momento en el que la izquierda española la ideología se impone sobre la realidad. Eso nos ha pasado siempre unas grandes facturas. Desde en la recesión de 1990 hasta la actualidad. Reitero: es básico revisar la política energética española. Pagamos el sectarismo a un alto precio.
P: La hipocresía hace ganar mucho dinero. Le pongo el ejemplo de lo que ha hecho Reino Unido con los oligarcas rusos. Ahora se lamentan por sus prácticas y los embargan. Antes, los acogían...
R: En la relación que hemos mantenido con Rusia ha habido un error de percepción desde el principio. ¿Cuál? Mira, Rusia sólo ha tenido un breve espacio de colaboración real con Occidente, que fue el de Yeltsin, quien tenía una vocación de democratizar Rusia y abandonar las ambiciones imperiales. Rusia siempre ha sido la tercera Roma, la que considera que Occidente es la decadencia, el adversario. Eso le genera un complejo de inferioridad y, a la vez, de superioridad.
P: Vaya dualidad...
R: Claro, existe. Y la percepción de que se podía mantener una relación estable con Rusia, con los oligarcas modelando al Kremlin, es un error de análisis enorme. Porque los oligarcas rusos no tienen que ver con los occidentales. Dependen de los favores del zar. De Putin. Su objetivo es ganar dinero, claro, pero ellos no están sometidos a la disciplina de mercado, sino al líder. Quien acepta las normas, se mantiene ahí; quien no, termina laminado, como Jodorowsky. El beneficio de la duda con Rusia surgía de un tremendo error de enfoque.
P: Esto es la nueva Guerra Fría...
R: Así es. Y hay que tener clarísimo que hay un adversario grande, que es China, con un escudero, que es Rusia. Este último, está absolutamente atrasado en términos económicos.
P: Me pongo en la piel de un estonio, con su buen sistema, una renta per cápita al alza, revolución digital...
R: Eso es inaceptable para Rusia, el tener a antiguas colonias rusas que se convierten en democracias y economías de mercado que prosperan. Eso aterra al Kremlin. Imagina que el esquema de Estonia acaba funcionando en Ucrania. ¿Sabes qué se preguntarían los ciudadanos rusos? Que por qué ellos no se benefician de eso.
Imagina que el esquema de Estonia acaba funcionando en Ucrania. ¿Sabes qué se preguntarían los ciudadanos rusos? Que por qué ellos no se benefician de eso.
P: Lo de los países del telón de acero no es quizás querer ser occidentales, sino vivir igual de bien...
R: Es que ellos saben lo que es el dominio ruso. Por eso, los países que estaban en esa órbita tienen un razonable temor a que Rusia les vuelva a poner la bota encima. Por eso, buscan la protección de Estados Unidos y de la OTAN. Pero ojo, Putin ha cometido un error de cálculo en Ucrania. Pensaba que iba a hacer una operación relámpago y se ha encontrado con la resistencia del pueblo y el zarpazo de Occidente. La guerra es una auténtica pesadilla para Putin. Mira, con 150.000 soldados nunca vas a poder ocupar un país con 50 millones de habitantes.
P: Entiendo que él piensa que es posible...
R: Pero es que es un dislate. Para ocupar un país, necesitas tener 14,5 soldados por cada 1.000 habitantes. Con 150.000, no tienes ni para pipas. No tienen ni efectivos militares ni económicos. Y si ocupan... ¡Ucrania se convertiría en un Vietnam! Dice el coronel Baños que en un país plano no puede haber una guerra de guerrillas. Claro... por eso en la Segunda Guerra Mundial había 280.000 ucranianos en pugna contra los nazis. ¡Decir eso es no entender nada!
P: La vida de las personas se traduce en cosas muy sencillas: trabajo, casa, coche, vacaciones, la universidad de los hijos, el seguro de vida, el entierro pagado... ¿Tiene futuro la acción de los sátrapas que alejan de eso a los ciudadanos?
R: Al final, los ucranianos quieren ser occidentales, tener una economía de mercado que les permita prosperar y tener un sistema democrático que les permita deshacerse de los gobiernos que no les gustan sin pegar tiros. Entonces, el atractivo de tener un zar en el Kremlin, de un país subdesarrollado, que los controle, es muy reducido, claro. Eso no lo quieren.
P: Las minorías rusas de Ucrania...
R: Pues mira, te pongo el ejemplo de Járkov. Es una ciudad de mayoría rusa, pero hay una resistencia enorme. Y en el Donbass, que teóricamente es pro Putin, sólo han logrado controlar el 30% del territorio. Ni siquiera la población ruso-parlante quiere formar parte de ese sistema.
P: ¿Es el comercio lo que nos librará de la Tercera Guerra Mundial o al final el hombre sigue siendo un lobo para el hombre?
R: El comercio ha sido siempre un gran mecanismo de promoción de la paz a escala internacional. Las épocas de libre comercio fueron épocas razonablemente pacíficas y prósperas. Fukuyama habló del fin de la historia en 1989, pero esa teoría es errónea: la historia no se detiene ni es lineal. Las victorias nunca son definitivas. Y Occidente dio por supuesto tras la caída del Muro de Berlín que los ideales democráticos no tenían alternativa. Eso fue un error. Yo creo que tras esta crisis vamos a ver el mundo bastante fragmentado en bloques políticos, militares y de comercio. Habrá una esfera de prosperidad Occidental en un lado; y un nuevo bloque autoritario liderado por los chinos. Habrá un equilibrio inestable que no sabemos cómo evolucionará. Por ejemplo, ¿estará unido Occidente pese a la estanflación o los diferentes intereses políticos y económicos?
El comercio ha sido siempre un gran mecanismo de promoción de la paz a escala internacional. Las épocas de libre comercio fueron épocas razonablemente pacíficas y prósperas
P: Se frena la globalización...
R: Ese maravilloso invento que había permitido un crecimiento exponencial se va a estancar, claro...
P: ¿Ha quedado el comercio mundial muy tocado? ¿Cambiarán las dinámicas que lo rigen a partir de ahora?
R: Después del covid y Ucrania, va a haber una recomposición de las cadenas de valor internacionales. Entonces, vamos a ver una vuelta hacia Occidente de una parte de las cadenas de producción que habíamos exportado.
P: ¿Es China un tigre de papel?
R: Lo es. Tiene unos problemas estructurales del demonio. El interior de China vive en la Edad Media y ahí se concentra el 67% de la población con un nivel de capital humano bajísimo, un envejecimiento de la población acelerado, un modelo de crecimiento basado en la acumulación de factores de producción, que, llegado un punto, empieza a tener rendimientos decrecientes. Las empresas intensivas en mano de obra en China se están trasladando a Bangladesh.
P: Ese comunismo extraño...
R: Es que en China no hay respeto a la propiedad privada, no hay competencia interna y hay un control del poder político pernicioso. Pero es que la evolución de la productividad china es negativa. Un trabajador chino medio tiene una productividad que es 2/3 inferior a la de un Occidental. Ese país está a medio camino entre las economías de baja y de alta renta. Para que consiga lo segundo, debe cambiar su sistema político. ¿Lo va a hacer?
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