El tope al gas funcionó en 2022, sobre todo para los 10 millones de hogares que están acogidos a la tarifa regulada de electricidad. El Precio de Venta del Pequeño Consumidor (PVPC) o ‘tarifa de los tontos’, como lo denominó hace un año el presidente de Iberdrola, ha ahorrado casi 2.100 millones de euros en el último año gracias a esta medida.
Un dato que surge de un estudio publicado este jueves por los investigadores de la institución académica EsadeEcPol Insight. El resultado de sus análisis parte de que el precio medio de la electricidad en el mercado regulado habría sido un 31,8% más alto sin el tope al gas. Esto se corresponde aproximadamente con un ahorro acumulado de unos 209 euros por consumidor. Cerca de 10 millones de hogares están en esta tarifa regulada y supondría, por lo tanto, un ahorro total de casi 2.100 millones de euros para estos consumidores.
El tope al gas, la medida que se ha implementado de manera excepcional en España y Portugal, ha sido una de las medidas más mediáticas para moderar la escalada del precio de la electricidad durante 2022. La decisión liderada por la ministra Teresa Ribera se basa en una compensación que se paga a las centrales de ciclo combinado de gas, a las de carbón y a las de cogeneración para que rebajen el precio ofertado en el mercado mayorista, buscando así un descenso del precio final.
El estudio no refleja, en este sentido, cuánto ha aumentado la tarifa de los consumidores del mercado libre que han tenido que incorporar en su factura la compensación de esta medida según han renovado o firmado contratos nuevos.
Los investigadores del EsadeEcPol Insight apuntan en su análisis que, como resultado de este menor precio de la electricidad, la inflación interanual en 2022 fue 0,4 puntos más baja. España habría cerrado en el 8,7% en lugar del 8,3%. “Recordemos que la Eurozona tuvo una inflación de 9,2%. Es decir, alrededor de la mitad de la mejor situación española frente a sus vecinos fue gracias a la excepcionalidad ibérica”, explican.
Más consumo de gas
La parte negativa de la medida es que durante 2022 ha continuado el mayor consumo de gas para la generación eléctrica en centrales de ciclo combinado. El incentivo por el tope a usar más esta fuente energética emisora de CO2 seguiría existiendo, aunque se ha generado cierto conflicto entre el objetivo de ahorro en la factura de los hogares y el de ahorro general en el consumo de gas para la economía española y europea.
Los últimos meses del año, gracias al aumento de la producción de las energías renovables, los ciclos combinados han registrado una producción similar a la que hubieran tenido sin tope al gas. “Por tanto, el mayor incremento se localizó en los meses de verano, lo cual sugiere que la imposibilidad de recurrir a fuentes como la hidroeléctrica por la sequía de esos meses pudieron influir en el recurso extra al gas”, puntualizan desde la institución académica.
Por último, su estimación indica que, sin el mecanismo, el precio español habría sido ligeramente superior al francés en casi todo momento desde mediados de septiembre. Esto sugiere que la elevada exportación durante 2022 sí podría deberse en parte al menor precio de la electricidad en España gracias a la compensación pagada por los hogares españoles.
El balance final es que, en 2022, las exportaciones a Francia más que duplicaron las de 2021 y las importaciones se redujeron a menos de la mitad, invirtiendo totalmente el saldo tradicional entre ambos países y, al mismo tiempo, intensificando la relación de intercambio, que aumentó un 56,3%.
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