El Gobierno está a punto de dar su veredicto sobre la Oferta Pública de Adquisición (OPA) del fondo australiano IFM por el 22,6% de Naturgy. Y todos los grupos de interés de la energética ya toman posiciones. Una de las partes que más han mantenido la prudencia en este proceso han sido los trabajadores y, a pocos días de conocerse el siguiente capítulo, los sindicatos han decidido posicionarse.
"La entrada de IFM en Aqualia ha supuesto estabilidad en las condiciones laborales y sociales de los trabajadores de la compañía", declara el secretario de Agua y Energía de UGT FICA, Gustavo Vargas, a Vozpópuli. "Dicho esto, sabemos que no todos los fondos de inversiones son iguales. Por tanto, los organismos institucionales deben estar pendientes de cualquier operación de este tipo, para evitar que las empresas se descapitalicen o que no se realicen en ellas las inversiones ni las mejoras necesarias", añade.
UGT es uno de los principales sindicatos en la empresa que preside Francisco Reynés y comparte mesa sindical con CCOO, USO y SIE. Este sindicato basa su opinión sobre este fondo en la experiencia en Aqualia, la operadora de agua que desde 2018 está controlado en un 49% por el fondo australiano tras su acuerdo con FCC.
"Cuando el fondo IFM entró en Aqualia los trabajadores de la empresa sentimos algo de preocupación", comenta Gustavo Vargas con este medio. "Era incertidumbre por una situación nueva, en la que la compañía pudiera sufrir algún cambio en su modo de gestionar, de tratar a los trabajadores o incluso en su relación con las administraciones titulares de los servicios. En nuestro caso nos pusimos en contacto directamente con el equipo directivo de la compañía, y le planteamos nuestro temor de que la entrada de un fondo pudiera suponer la descapitalización de la empresa y una pérdida de empleo o de las condiciones de los trabajadores", comenta.
UGT ha sido de los pocos que ha decidido 'mojarse' en este proceso. El resto prefiere mantener una posición de mayor prudencia hasta que las autoridades se posiciones. "Lo que puedo decir es que hasta ahora, y hace ya tres años de la entrada de IFM en el accionariado de Aqualia, no hemos visto ningún cambio negativo en el plano laboral", comenta el representante de UGT. "Al contrario, se ha mantenido la tendencia hacia el empleo indefinido, que supone más del 80% de la plantilla, garantizando y mejorando las condiciones laborales y sociales de los trabajadores y su formación", matiza.
Naturgy, un punto caliente
Para los sindicatos es todavía más importante el posicionamiento de las empresas energéticas con los trabajadores en su adaptación a los tiempos verdes. "Entendemos que estos cambios se deben abordar desde un consenso social que tenga presente a todos los agentes involucrados en esta transición. Lo que no podemos permitir es que estos cambios se realicen a costa de dejar a víctimas en el camino", comenta Gustavo Vargas.
Se considera que el sector energético ha sido uno de los sectores estratégicos que mejor ha vivido la crisis provocado por el coronavirus. Aún así, Naturgy ha pactado con los representantes sindicales un recorte de plantilla de cerca de 1.000 trabajadores en España. La fuerte exposición que tiene Naturgy al gas natural provoca que la compañía se replantee su masa laboral. Un argumento que no compran los sindicatos, ya que insisten que el gas natural es considerado una fuente energética para la transición.
"Cualquier cambio que produzcan los nuevos modelos de generación energética, industriales o sociales, debe incluir medidas que eviten una ruptura brusca con los modelos competitivos de nuestras industrias marginales, con nuestros trabajadores o con determinadas zonas geográficas que dependan de manera decisiva de esas industrias y que puedan quedar en una situación complicada", comenta con este medio el representante sindical. "Reclamamos una transición justa para evitar este tipo de situaciones", concluye.
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