En el último sorteo de la Lotería de Navidad, el más popular de cuantos se llevan a cabo en España, se introdujeron 100.000 bolas en el bombo de los números y sólo 1.807 bolas en el de los premios. La probabilidad de que un número sea premiado es, por tanto, del 1,807%. Pero si a esta cantidad se le suman las pedreas, terminaciones y centenas, las expectativas suben en torno al 5%. No es solo una cuestión de puro azar sino de matemáticas.
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Trabajo. Su misión, recogida en la página web, es “contribuir al de desarrollo de la política de empleo, gestionar el sistema de protección por desempleo y garantizar la información sobre el mercado de trabajo con el fin de conseguir, con la colaboración de los Servicios Públicos de Empleo Autonómicos y demás agentes del ámbito laboral, la inserción y permanencia en el mercado laboral de la ciudadanía y la mejora del capital humano de las empresas”.
Llegados a este punto algunos de ustedes se estarán preguntando qué tienen en común la Lotería de Navidad y el SEPE. Entre los amantes de la estadística circula desde hace ya varios años un chascarrillo que asegura que las posibilidades de que el SEPE encuentre un puesto de trabajo a un ciudadano a través de su mediación son menores a que, a esa misma persona, le toque un premio en el sorteo del Gordo de diciembre. Y es que, en 2020, por ejemplo, solo 316.600 personas fueron contratadas a través de la mediación de una oficina de empleo público, cuando en España hay más de 16,1 millones de asalariados: el 1,96%. Son datos de las “Condiciones de Trabajo” que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El papel que desarrolla el SEPE en la búsqueda de puestos de trabajo a parados o inscritos en sus listas es casi inapreciable, pero no tiene nada que ver con las extrañas circunstancias en las que tuvo que realizar su misión durante el año 2020. Su mediación en el 2% de los contratos de los asalariados es una cantidad que se repite, con pequeñas fluctuaciones, desde el año 2013. En ese ejercicio, que tiene el dudoso honor de encabezar las mayores cifras de paro en la historia reciente de España (6.202.700 desempleados y una tasa del 27,16%), el SEPE intermedió en la firma de 277.900 contratos, el 2% del total. Un año antes se había dado la cifra más baja, el 1,6%, con 239.000.
Un 3,2% en el mejor año del SEPE
Ni siquiera en los años de bonanza económica que acompañaron al “boom” del sector inmobiliario los porcentajes fueron mucho más elevados. Fueron algo más presentables, pero en el mejor de los casos, el año 2007, alcanzaron el 3,2% y beneficiaron a 543.600 personas, pero entonces había en España más de 20,5 millones de ocupados.
De una lectura algo más detallada de los números se deduce que el SEPE colocó a 163.100 mujeres y 153.500 hombres en el año de la pandemia. Es la tónica general de los últimos ejercicios. En 2019 fueron 153.800 hombres y 171.500 mujeres y en 2017, 153.000 hombres y 159.300 mujeres.
El mayor número de contratos realizados en los que ha intervenido el SEPE se dio en la franja de entre 45 y 54 años, con 101.100 personas, casi una tercera parte del total. Entre los más jóvenes (16-24 años), los servicios públicos de empleo intermediaron 12.500 contratos, alrededor del 4% del total, y entre los más mayores (55 y más años), 54.600, el 17,2%.
No todos los Servicios Públicos de Empleo Autonómicos funcionan igual en España. Las comunidades de Aragón, Extremadura y Cantabria tienen el mayor porcentaje de contratados a través de su mediación. En Aragón, un 4,2% de los asalariados deben su empleo a la mediación de su servicio regional. En Extremadura se alcanza el 3,8% y en Cantabria, el 3,7%. Son valores que casi duplican la media nacional. Con mejores datos que ésta (2%) hay nueve regiones. Las tres ya citadas, más Asturias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja.
Andalucía y Baleares, a la cola
Los peores datos de mediación de los servicios públicos de empleo se dan en Andalucía y Baleares, con el 1,2% cada una de ellas, y en Madrid y Canarias, con el 1,3%. Otras cuatro comunidades están por debajo de la media del país: Castilla-La Mancha, Galicia, Murcia y País Vasco.
Tampoco la contratación a través de la mediación de una empresa de trabajo temporal (ETT) tuvo un buen año en 2020. El número de asalariados contratados por esta forma ascendió a 561.000, el 3,5% del total, tras registrar un descenso de 121.000 personas en el ejercicio. Sus mejores registros data del año 2007, cuando las ETT intermediaron 709.100 contratos, el 4,2% del total.
El SEPE no tiene como misión primordial la búsqueda de empleo para los parados o para aquellos que buscan su debut en el mercado laboral. Buena parte de su trabajo se lo lleva la gestión de las contrataciones (altas y bajas). En el año 2020 tuvo que gestionar cerca de 16 millones de contratos que se realizaron entre empresarios y trabajadores, porque en 2019, por el SEPE pasaron más de 22,5 millones de contratos.
Fue un año atípico, marcado por el cierre de la actividad económica durante el estado de alarma y en el que su actividad se volcó en la gestión de las prestaciones por desempleo (2,97 millones) y en los que dejaron de trabajar mediante expedientes de regulación de empleo temporal, 3,5 millones de personas en abril del pasado año.
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