La banca periférica, con mención especial para la española, se afanará en devolver el próximo 31 de enero gran parte de lo prestado en el Banco Central Europeo (BCE) a través de la inyección extraordinaria LTRO (Long Term Refinancing Operation) que generó un enorme caudal de liquidez, que rondaba el billón de euros. Los principales tomadores fueron los bancos domésticos, ya que tenían cerrado el acceso a los mercados de capitales y con esta inyección obtenían liquidez para fortalecer balance, su operativa ordinaria y, sobre todo, arbitrar con deuda pública (carry trade), para obtener unas plusvalías que no permite ya el margen de intereses. Los bancos medianos se volcaron con esta operativa. Pero ahora los mercados se han abierto y las entidades españolas comenzarán a devolver al BCE más de lo esperado.
Hace pocos días era Barclays quien pronosticaba una devolución de alrededor de 200.000 millones de euros. Ahora es Commerzbank quien afirma en una nota interna a sus clientes que “nuestro equipo de analistas estimó que durante el primer semestre de 2013 el repago de los 500.000 millones netos (992.000 brutos) de inyección de liquidez via LTROs ascendería a 150.000 millones. El número se ha quedado corto en lo que son nuestras expectativas ahora, que sitúan las devoluciones en 250.000 millones”.
Esto supondría quitarse de un plumazo y a las primeras de cambio más del 25% de lo tomado, lanzando un mensaje de fortaleza a los mercados que debería tener un impacto positivo.
Motivos concretos
Los motivos de la urgencia en la devolución se debe a “carry trades menos atractivos”, así como “el acceso de los bancos periféricos a los mercados”. Además, la relajación de las exigencias de Basilea III sobre los ratios de cobertura de liquidez han sido otro impulso para que los bancos saquen el dinero de la cuenta del BCE. Estas entidades “quieren devolver el capital como señal de fortaleza”, teniendo en cuenta, además, que el organismo emisor “puede endurecer su política de colaterales, por lo que los bancos querrán reducir su funding dependiente del BCE”.
Esta borrachera de liquidez se tradujo en una bajada de tipos de interés del bund hasta niveles negativos, algo que poco a poco se irá revirtiendo. De momento, el bono germano a 10 años se mantiene en el 1,58% y el español en el 5,11%. La prima de riesgo sigue rondando los 350 puntos básicos. A más corto plazo, los tipos como el Eonia siguen en mínimos, prácticamente al 0.
Habrá que ver si la devolución de dinero al BCE y la reducción del arbitraje provoca que los tipos de la deuda repunten de nuevo. La prima de riesgo en 350 puntos básicos continúa siendo mucho más alto de lo deseable, aunque al menos no descuenta ya el default ni la expulsión de España de la Eurozona.
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