El paréntesis abierto por Miguel Ángel Fernández Ordóñez en el Banco de España con el anuncio de su salida el próximo 10 de junio ha llevado a Mariano Rajoy a acelerar el calendario que tenía previsto para la designación del gobernador. Por eso le ha encargado a Luis de Guindos que apure la negociación con los socialistas ya que, de momento, respeta su criterio de que es mejor un acuerdo con la oposición que estabilice la institución que seguir el ejemplo del PSOE en 2006 y colocar en el sillón de la calle Alcalá a alguien sin consenso.
Como resultado de las conversaciones entre el Gobierno y los socialistas, el catedrático Vicente Salas podrá volver al Consejo del Banco de España el 14 de julio para cubrir la vacante que dejará la profesora Ana Sánchez Trujillo, nombrada consejera por Pedro Sobes hace seis años. Salas salió del supervisor el pasado viernes al vencer su mandato, a pesar de que MAFO le pidió expresamente al PP que le mantuviera en su puesto hasta que él mismo abandonara el Banco. Guindos hizo caso omiso de esta petición y consiguió colocar en esta vacante a Luis Linde, su candidato a gobernador.
Salas guarda en su cabeza las principales claves de la reforma financiera en curso
El regreso de Vicente Salas a la institución es importante para el PSOE porque guarda en su cabeza las principales claves de la reforma financiera y hasta hace una semana ha sido la principal terminal de este partido en el BE, por encima, incluso, del propio MAFO.
Una vez que Guindos ultime la negociación con el primer partido de la oposición para la elección del nuevo staff del BE, trasladará a Mariano Rajoy sus conclusiones y será el presidente quien diga la última palabra. Linde es bien visto por los socialistas, pero tiene para ellos un problema ya que, debido a su edad, tendría que dejar el puesto en tres años y eso daría al PP la posibilidad de tener como gobernador a uno de los suyos durante nueve años, los tres que quedan hasta que Linde cumpla los 70 y los seis restantes que marcan el horizonte temporal del mandato del futuro gobernador, a partir de 2015.
El candidato preferido de Rajoy sigue siendo Fernando Becker, ahora en la dirección de la eléctrica Iberdrola, quizás el perfil que se ajusta más a lo que en estos momentos desea un amplio sector del PP: profundo conocedor de los intríngulis financieros, pero liberado del corsé que impone la inercia que ha imperado todos estos años en el Banco de España.
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