El fantasma de la fractura del fútbol europeo asoma en torno a la sentencia este jueves del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Un fallo que las fuentes consultadas por este medio se anticipan a calificar de histórico ante la demanda de algunos de los principales clubes europeos contra el denunciado monopolio de la UEFA como organismo rector de las competiciones del deporte rey en el Viejo Continente.
Fue una iniciativa de competición independiente impulsada por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, junto a sus pares del FC Barcelona y el Atlético de Madrid, que avanzó en exclusiva Vozpópuli, la que ha dividido abiertamente al mundo del fútbol desde su presentación oficial en abril de 2021. La respuesta con amenaza de sanciones a los clubes díscolos por parte de la UEFA abocó a un proceso judicial sobre el que, más de dos años después, se expedirán finalmente los jueces europeos desde su sede en Luxemburgo. La Justicia de Madrid, donde se radicó la empresa de la Superliga, ha blindado cautelarmente a sus impulsores de las sanciones del ente que preside el esloveno Aleksander Ceferin.
A falta de la publicación detallada este jueves, fuentes cercanas a las partes coinciden en señalar que ambas acabarán teniendo motivos para celebrar, pero que el camino hacia una 'revolución' como plantean los demandantes no sería ni rápido ni sencillo. En cualquier caso, desde el lado de la Superliga confían en que la sentencia acredite la legalidad de un sistema potencial de competiciones europeas al margen de la UEFA.
Por otro lado, se ilusionan con que los jueces europeos abran alguna rendija hacia una hoja de ruta con garantías para que cualquier institución deportiva en ámbito europeo pueda solicitar su autorización a UEFA para iniciar una competición europea al margen del ente suizo y sin por ello tener que asumir necesariamente el precio de dejar de participar en las ligas nacionales -algo que fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli ponen en entredicho por la vinculaciones reglamentarias de las ligas y federaciones nacionales con la UEFA.
Serán los jueces del TJUE y eventualmente la jurisdicción donde se inició el procedimiento, la española, los que tendrán que delimitar las palabras del abogado general de la UE, Athanasios Rantos, sobre la medida en que el ente rector con sede en Nyon ha ofrecido y ofrece un "sistema de autorización previa -en este caso, a los impulsores de la Superliga- que garantice que 'los terceros no se vean privados indebidamente de un acceso al mercado'".
En todo ello y sus consecuencias inmediatas para los demandantes podría acabar teniendo también su importancia el hecho de que la UEFA haya incorporado un sistema de autorización de competiciones de terceros con posterioridad al inicio de la causa y después de los expedientes abiertos a los díscolos. Un marco de autorización que contempla, para los solicitantes, importantes sanciones económicas y el castigo de la exclusión de las copas europeas organizadas por UEFA, aunque no explícitamente represalias a jugadores ni a nivel nacional.
La UEFA y LaLiga podrían sancionar... si bien hay veto del Gobierno
Por su parte, desde el lado de la UEFA confían en que el Tribunal convalide la posibilidad de amenazar con sanciones a los equipos bajo su esfera por su impulso a competiciones que puedan perjudicar económicamente a las del ente suizo -solo LaLiga española ha denunciado un posible perjuicio de hasta 1.900 millones anuales por parte de la Superliga en su formato original, de 20 equipos con 15 miembros permanentes-.
Entre las posibles sanciones podría estar, precisamente, la exclusión de los clubes involucrados -como el Real Madrid o el FC Barcelona- de las competiciones organizadas por la UEFA, como la Champions League, y eventualmente de sus jugadores de cualquier competición internacional, bien de UEFA o su ente superior, la FIFA -extremo este último al que se ha opuesto la Comisión Europea.
Se espera, de este lado, que el TJUE habilite también una potestad de amenaza de sanción para las federaciones europeas y las ligas nacionales... En España, la Ley del Deporte que sacó adelante el PSOE con la abstención del PP impediría en principio represalias de la RFEF o LaLiga contra los impulsores de la Superliga.
El alcance, el tiempo y los supuestos de aplicación de los posibles castigos son incógnitas que podrían resolverse este mismo jueves. En cualquier caso, se descuenta que los impulsores de la Superliga no tendrían una sanción inmediata habida cuenta de la citada falta de un sistema de autorización previa a terceros para competiciones independientes dentro de UEFA en el momento del anuncio de la Superliga en 2021.
Pero también, se da por hecho que la Superliga necesariamente habrá de modificar su formato original de 20 equipos con plazas permanentes para garantizar su correspondencia con el "modelo deportivo europeo" completamente abierto al mérito que el TJUE consideraría de singular protección asumiendo que son la UEFA y sus brazos nacionales, las federaciones y ligas, los que ahora garantizan preservarlo. El abogado general de la UE, de hecho, llegó a afear a los clubes de la Superliga la pretensión de querer organizar un evento que compita con eventos de la UEFA y, a la vez, seguir obteniendo los beneficios de su vínculo con ella.
Una nueva Superliga, ¿en 2024 o 2025?
Como informó este medio, una de las hipótesis que se barajan desde el lado de la Superliga es que la resolución del TJUE empuje a los clubes a elegir dónde competir, bien la próxima temporada, o en la 25/26, tras un período de transición. Por lo pronto, la Superliga ha cursado ya contactos con entre 50 y 60 clubes en pos de un nuevo sistema de competiciones en el que cabrían dos o tres divisiones de ligas europeas.
Este nuevo sistema se desplegaría sobre el lugar del calendario que hoy corresponde en exclusiva a la Champions, la Europa League y la Conference League en manos de la UEFA, que no ha podido evitar vender su nuevo formato a partir de 2024 sin rebajas de los operadores televisivos. El proyecto que plantea la Superliga sería definido por un ente formado por al menos 60 clubes que se constituiría en los próximos meses, ya con las garantías legales del TJUE sobre la mesa.
Así las cosas, desde el lado díscolo se confía en que el Alto Tribunal europeo fije un marco transitorio y otro bajo el cual los equipos que quieran, puedan solicitar competir, en el futuro, en la Superliga, sin por ello tener que dejar de hacerlo en sus ligas y copas nacionales aunque estas se encuentren ligadas reglamentariamente a la UEFA.
Negociaciones con 60 equipos
La letra pequeña del fallo del TJUE marcará las negociaciones entre los fundadores de la empresa de la Superliga y los clubes que se planteen entrar a la nueva entidad. Esta última pasaría a supervisar, también, la gestión del negocio conjunto de la nueva competición, y funcionaría estatutariamente como lo hace actualmente La Liga española: sería gobernada exclusivamente por sus miembros con el mismo derecho de voto.
El proyecto procuraría hacer un adelanto económico a los integrantes con cargo a bonos en mercados de capitales internacionales. Ya para el formato semicerrado de 2021, el banco de inversiones JP Morgan llegó a levantar 4.000 millones. A principios de este 2023, la Superliga hizo pública su intención de abandonar el formato semicerrado de 20 equipos con miembros permanentes en favor de un nuevo sistema de entre 60 y 80 clubes y sin plazas fijas.
La iniciativa se ha mantenido viva por las aportaciones de los clubes fundadores, como el Real Madrid o el FC Barcelona. La Junta directiva que encabeza Joan Laporta reconoció recientemente haber prestado 2,6 millones de euros a la empresa promotora de la nueva competición, A22. Como informó ya este diario, A22 cerró el 2022 con un resultado de 1,92 millones tras registrar ingresos por 7,22 millones, provisiones por 4,7 millones y 535.831 euros en gastos de explotación.
La UEFA promete 3.807 millones a los clubes a partir de la 24/25
En contrapartida, la UEFA ha puesto sobre la mesa del conjunto de los clubes europeos una proyección de ingresos bajo el nuevo sistema de competiciones con Champions de 36 equipos que entraría en vigor a partir de la temporada 2024/2025, el primer cambio a la Copa de Europa en tres décadas, previo acuerdo con la Asociación Europea de Clubes (ECA) que preside el catarí y máximo ejecutivo del Paris Saint Germain, Nasser Al-Khelaifi.
La última cifra que ha traslado a los equipos el organismo con sede en Nyon equivale a una promesa de ingresos global de 3.807,4 millones por temporada hasta la 2026/2027. La cantidad corresponde a lo que le quedaría a los clubes una vez descontados lo que la UEFA llama "gastos de competición" y la partida exclusiva de dinero a favor del ente suizo.
En total, 4.400 millones que están por debajo de los cerca de 5.000 millones que trascendieron en 2022 pero por encima de los 3.500 millones en total proyectados por la UEFA para la presente temporada y por los menos de 3.000 millones que van a los clubes con el formato actual. El pastel global crecería en un 26% a base de disparar el número de encuentros: solo la grilla de partidos de la Champions se vería ampliada en un 51% respecto al formato ahora vigente.
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