Economía

La luz y el gas anuncian ‘temporada de rebajas’

Los precios futuros anuncian caídas del 30%. La caída de la demanda por una climatología favorable, la mejora de la producción hidroeléctrica en España y los almacenamientos de gas llenos marcarán las rebajas

Las primeras jornadas de frío han aumentado la demanda de luz y gas para calentar los hogares. Aunque el aumento de la producción de las renovables y la caída del uso del gas en la industria reducen los precios. Un hecho que contendrá las temidas facturas de la cuesta de enero. Los precios futuros tanto de electricidad como de gas muestra en el arranque de febrero que 2023 trae temporada de rebajas, si ningún factor externo lo estropea.

Los precios futuros del gas para todo 2023 caen en el primer mes del año un 23% y un 17% para 2024 se reduce en un 17%. El megavatio de gas para el resto del año marca los 55,23 euros y 60,21 euros para el siguiente. "La baja demanda sostenida y la elevada oferta de gas natural licuado (GNL) están lastrando los precios del gas a medida que avanza la temporada de calefacción en Europa (del 1 de noviembre al 30 de abril) y las reservas se encuentran, pese al corte de suministro ruso, al 72% de su capacidad. Contra todo pronóstico, está muy por encima de lo normal para esta época del año y presiona a la baja los precios", explican los analistas del Grupo ASE.

Por su parte, los analistas de Grupo ASE alertan de que la rebaja en el precio del gas implica que gana competitividad frente al carbón y de otros factores que pueden reactivar su demanda, como la recuperación de la actividad en China o el cierre de tres centrales nucleares alemanas en los próximos meses.

Al reducirse el coste variable de los generadores marginales de gas, también han bajado los futuros en el precio del mercado mayorista de la electricidad. El precio para todo el año se desploma en el arranque de febrero un 30%, hasta 123 euros/megavatio y un 18% para 2024, hasta los 115 euros.

Una moderación del mercado que está marcada porque las medidas energéticas y los factores externos han servido para bajar los precios en toda Europa. Los países más dependientes del gas ruso que llegaba por gasoducto han logrado llenar sus almacenamientos gracias al gas natural licuado (GNL) que llega por barco y que la demanda de gas ha estado en la parte baja de las previsiones.

El problema llega en 2023 con un almacenamiento que se tiene que alimentar con nada de gas ruso, ya que en 2022 sí tuvo participación, y con China reactivando su economía tras tres años de políticas de '0 covid'. En España y Portugal, el efecto del 'tope al gas' se espera que continúe a lo largo del año y, si Bruselas lo permita, que se pueda extender en 2024. Unos factores que marcan actualmente los precios futuros.

Las condiciones meteorológicas han sido favorables en la producción de electricidad en España en el arranque del año. La generación renovable ha alcanzado los 13.559 GWh durante enero, una cifra que supera el anterior récord de marzo de 2018 (13.204 GWh). Las dos tecnologías que más han respaldado la producción han sido la eólica y la hidráulica, que han permitido otro récord con las renovables alimentando el 65,1% de la demanda eléctrica.

La eólica lidera el mix con el 32,4% del total, tras producir un 38,1% más que hace un año. Por su parte, la hidráulica aumenta un 94,2% respecto a hace un año. Los analistas de Grupo ASE aportan otro dato positivo. Las reservas hidráulicas se encuentran al 53,7% de su capacidad, 6,5 puntos por encima del año pasado, lo que asegura un aumento de la producción hidráulica para la próxima primavera.

¿Qué pasará el próximo invierno?

El think thank europeo Bruegel aplaudía esta semana el trabajo de los países miembros en la preparación energética de este invierno y ponía nuevos deberes en su informe titulado: 'Preparándonos para el próximo invierno'. Los expertos de esta casa de análisis en la que se integran las principales potencias europeas, parte de que la invasión rusa de Ucrania y la consecuente reducción de las exportaciones de gas ruso descontrolaron los precios en 2022, causando un estrés insostenible tanto a las empresas como a los hogares.

"La respuesta de la UE se ha mantenido firme. Hasta ahora, la crisis se ha superado mediante una toma de decisiones rápida, el cambio de combustible y los ajustes rápidos facilitados por un marco de mercado sólido, que ha visto un rápido aumento de las importaciones de gas natural licuado (GNL) y reducciones en la demanda interna", explican los analistas europeos.

Un invierno inusualmente cálido, la puesta en marcha de las centrales nucleares francesas, la débil demanda de energía china y la ausencia de sorpresas negativas en los mercados mundiales de gas han aliviado sustancialmente el equilibrio entre la oferta y la demanda de gas en Europa.

El foco se centra ya en la planificación para el próximo invierno 2023-2024. Los expertos europeos apuntan a que todo debe partir, de nuevo, en asegurar el suministro de GNL y las reducciones de la demanda de gas natural. La Unión Europea debe ampliar más allá del 31 de marzo, según Bruegel, la reducción de la demanda de gas si quiere mantener sus almacenes de gas al 90% para el próximo invierno.

Porque los expertos avisan que nadie se puede confiar. Aunque los precios han retrocedido desde máximos históricos, siguen siendo tres o cuatro veces más altos que su rango típico durante la última década. "El equilibrio entre la oferta y la demanda de gas de Europa seguirá siendo caminar por la cuerda floja durante los próximos dos años. Los reguladores deben continuar tomando medidas enérgicas y decisivas", concluyen desde Bruegel.

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