El ahorro de los hogares españoles creció un 71% en 2023, hasta superar los 100.000 millones, una cifra sólo alcanzada durante los dos años primeros de pandemia, tan marcados por las restricciones a la movilidad. En 2022, el ahorro bruto acumulado cayó hasta los 63.400 millones, un dato que el año pasado se superó con creces.
La principal conclusión que se desprende de este dato es que las familias conservaron gran parte del incremento que experimentó su renta disponible, que subió un 11%, hasta los 923.560 millones de euros, por la revalorización salarial que se produjo el año pasado y la buena marcha del mercado laboral en España.
Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, apunta a estos dos factores. "La revalorización salarial, que permitió recuperar parcialmente el poder adquisitivo perdido durante la pandemia, junto a la creación de empleo, impulsó la renta disponible de los hogares, que creció casi un 12%", apunta.
Sin embargo, una parte importante de ese aumento de renta disponible se guardó. En total, de los más de 90.000 millones que aumentó la renta disponible de los hogares, 44.760 millones se ahorraron, 46.455 millones se gastaron y otros 4.244 millones se invirtieron.
El gasto en consumo aumentó un 6%
El gasto en consumo de las familias sólo creció un 6% respecto al año anterior, hasta los 813.000 millones. Es prácticamente doce veces menos de lo que aumentó el ahorro. La inversión de los hogares subió un 8%, quedando ligeramente por debajo de los 65.000 millones.
Torres explica que "el repunte de la tasa de ahorro el año pasado obedeció a la sorpresa que supuso para muchos hogares la desescalada de los precios". Dicho de otra manera, "muchas familias habían anticipado precios mas altos y habían ajustado su consumo en consecuencia, lo que hizo que el consumo creciera la mitad que la renta disponible.
En 2022, un año antes, pasó justo lo contrario. "En aquel año la sorpresa fue negativa, con una inflación más elevada de lo que esperaban los hogares. Éstos se vieron golpeados por un encarecimiento en el consumo e hicieron frente a esa situación ahorrando menos", recuerda Torres.
Además, otro de los motivos por los cuales los hogares ahorraron en lugar de consumir más podría achacarse a la incertidumbre política y económica del momento. Además de anticipar precios más altos, las familias se vieron condicionadas por la subida de tipos de interés, los efectos de la guerra en Ucrania y la inestabilidad política generada por las elecciones anticipadas en España.
Las perspectivas para este año son algo más positivas. El Banco de España, en sus últimas proyecciones de marzo, anticipó un ritmo de avance del gasto de las familias algo superior al de 2023 por la progresiva moderación de las presiones inflacionistas, los aumentos salariales previstos, la relativa robustez del mercado de trabajo y las condiciones financieras algo más favorables.
El Banco de España revisó seis décimas a la baja su previsión de inflación general promedio en 2024, hasta el 2,7%, fundamentalmente por la extensión de las medidas adoptadas por el Gobierno, como la rebaja del IVA a los alimentos o la subvención al transporte. Se prevé que el proceso de moderación de la inflación siga avanzando en los próximos años, para alcanzar el 1,9% en 2025 y el 1,7% en 2026.
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