"El PIB aumentó un 2,5% en 2023, algo que ha supuesto cierta sorpresa para la mayoría de instituciones internacionales y nacionales, pero más importante que la cifra es la composición de la misma" y, en base a ésta, "no está tan claro que vayamos a revisar al alza nuestra previsión para 2024", ha apuntado la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, en un encuentro sobre reglas fiscales organizado por EY este miércoles. Unas palabras que empañan el optimismo que promulga el Gobierno sobre la marcha de la economía española frente al resto de países del euro.
Herrero ha explicado que tanto la institución que preside como el Gobierno se quedaron cortos en sus previsiones para 2023, con una 'sorpresa' del consumo privado (animado por el empleo y la recuperación de renta), pero sobre todo del consumo público (con un crecimiento del 3,8% frente al 0,8% y 0,4% previsto por AIReF y el Ejecutivo, respectivamente). Por el contrario, ha destacado que la inversión y las exportaciones crecieron muy por debajo de las expectativas. "Esto es muy relevante", ha dicho. De esta forma, ha despejado cualquier expectativa de revisión al alza de su previsión de crecimiento para este año, ubicada ahora en el 1,7%.
En el marco fiscal, si bien aún no hay datos de cierre de 2023, ha apuntado algunos condicionantes que pueden hacer variar la cifra. "Desde nuestra última estimación de déficit, ubicada en el 4,1%, han pasado varias cosas", ha dicho la presidenta de la AIReF. Ha mencionado el mayor dinamismo del consumo público, tanto en 2023 como en 2022 por parte de las entidades locales, o la posibilidad de que las CCAA cierren peor de lo previsto el año, lo que debería compensarse con otros subsectores. Será el próximo mes de abril cuando la AIReF actualice de nuevo sus perspectivas macroeconómicas y fiscales.
Reglas fiscales
La presidenta de la AIReF ha recordado que el 2024 es un año clave para los países de la UE por la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales. En septiembre deberán presentan los planes de ajuste para cuatro o siete años, dependiendo de si tienen en marcha inversiones y reformas que justifiquen la prolongación de los mismos. En ellos deberán trazar ajustes a todos los niveles y garantizar que la deuda mantiene una senda descendente durante los diez años siguientes a la finalización del plan, hasta 2038.
Sin embargo, a día de hoy "la deuda tiende a estabilizarse por encima del 100%", pues "el crecimiento podría no ser suficiente para mantener la senda descendente sin tocar las finanzas públicas", según AIReF. "La reducción de la ratio de deuda en los últimos años ha venido del crecimiento económico, con un peso importante del deflactor del PIB, frente a la parte fiscal, que ha seguido contribuyendo al aumento de deuda. Ahora se ha elevado el coste de la cartera y en 2024 nos enfrentamos a una cierta desaceleración económica", ha alertado la presidenta.
En cuanto al déficit, alcanzar el 3% era posible siempre y cuando al término de 2023 no se prorrogasen las medidas contra la guerra y que las administraciones territoriales no agotasen la evolución positiva del sistema de financiación, que excede del 10%. "De cara a nuestro pronunciamiento en abril tendremos que analizar el impacto de la prórroga de las medidas contra la inflación y el hecho de que el gasto de las comunidades autónomas podría tener una evolución muy superior a la tasa de referencia del 2,6%. Por tanto, así como como en la parte macroeconómica, por la composición del crecimiento de 2023, no cabe esperar una gran revisión para 2024; en la parte fiscal hay que ver si la previsión del 3% de déficit es realista o no", ha sentenciado Herrero.
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